Los congresistas Elvis Vergara y Raúl Doroteo fueron expulsados del partido Acción Popular debido a una presunta implicación en el caso ‘Los Niños’, una presunta red de corrupción en la que se acusa que algunos congresistas participaron en actividades ilegales relacionadas con el tráfico de influencias y la obtención de beneficios indebidos.
Ya, ¿y eso es todo? Pues estos congresistas han retirado sus firmas de la moción de vacancia presidencial presentada por las bancadas de izquierda, la cual señalaba que la presidenta Dina Boluarte había cometido una presunta infracción constitucional debido a sus viajes al extranjero. Pero aquí viene el golpe, la moción fue guardada y archivada en el cajón del olvido debido a la falta de votos.
La pregunta que todos se hacen es, ¿Qué pasó en el medio de este enredo político? Aquí hay gato encerrado, pues plantea interrogantes sobre la integridad y la coherencia de estos legisladores. ¿Fueron convencidos por argumentos razonables 100% reales no fakes, o esto es solo un juego político en marcha?
El congresista Elvis Vergara indicó: “De repente me precipité al firmar la moción porque existen otros caminos menos dañinos para la institucionalidad del país. Y, este camino alternativo es el que estamos siguiendo ahora que es la demanda de inconstitucionalidad. Yo he firmado y he sido uno de los autores y demandantes”.
La moción se sustentaba en la interpretación del Artículo 115 de la Constitución, el cual establece que, cuando el Presidente de la República tiene un impedimento temporal o permanente para ejercer sus labores, el Primer Vicepresidente asume sus funciones. Asimismo, regula quién asume el mando del despacho presidencial cuando el mandatario necesita huir o ausentarse del país para asumir sus responsabilidades internacionales y con una previa autorización del congreso.
En este contexto, la moción argumentaba que Dina Boluarte habría salido del país en tres oportunidades a Brasil, Estados Unidos y Europa de manera inconstitucional, pues incumple las normas del artículo mencionado. Aunque previamente el Congreso aprobó una ley permitiendo que la presidenta mantenga sus responsabilidades desde el extranjero, la moción continuó avanzando con el respaldo de 26 parlamentarios.
La retirada de Vergara y Doroteo de la moción plantea serias dudas sobre su verdadero compromiso con los principios y la Constitución del país. En un principio, se mencionó que su cambio de opinión se debió al tiempo que había transcurrido desde que firmaron la moción. ¿Qué fue lo que los hizo cambiar de parecer? ¿Fue la presión de su partido o algún acuerdo político en juego?
Es difícil no pensar que hubo un elemento de conveniencia en su decisión, especialmente si consideramos su participación en el caso ‘Los Niños’. Este contexto sugiere que su retiro en el momento oportuno -que resultó en que la moción careciera de las firmas necesarias para avanzar- podría haber estado impulsado por intereses políticos particulares y no necesariamente por un compromiso con la Constitución o el interés público, dejando a la moción sin las firmas necesarias para avanzar.
La congresista Silvia Monteza, ya retirada del partido de Acción Popular, expresó su sorpresa y preocupación por la decisión de sus excolegas del partido. La falta de transparencia y una explicación convincente sobre este revés solo contribuye a la percepción de que la política en el Congreso se está jugando a menudo a expensas de la integridad y la responsabilidad hacia la Constitución y el pueblo peruano.
Al final del día, la ciudadanía merece respuestas claras y coherentes de sus representantes electos, especialmente cuando se trata de cuestiones tan importantes como la destitución de un presidente. La falta aparente de consistencia en la toma de decisiones por parte de Vergara y Doroteo genera preocupaciones válidas sobre la sinceridad y la ética en la política peruana.
Edición: Camila Chirinos