En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha evolucionado de gran manera, convirtiéndose en una parte integral de nuestra vida cotidiana. La IA promete transformar la forma en la que interactuamos con nuestro entorno, desde asistentes virtuales en nuestros celulares hasta algoritmos que determinan las decisiones en diversos sectores.
La tecnología de inteligencia artificial (IA) aporta grandes beneficios en muchos ámbitos, pero sin barreras éticas corre el riesgo de incrementar los prejuicios, alimentar las divisiones, amenazar los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Según la UNESCO, el rápido auge de la inteligencia artificial (IA) ha generado nuevas oportunidades a nivel global, desde facilitar los diagnósticos de salud hasta posibilitar las conexiones humanas a través de las redes sociales, así como aumentar la eficiencia laboral mediante la automatización de tareas.
¿Cuántos tipos de inteligencia artificial existen?
Docusign lo clasifica de la siguiente manera:
- Sistemas expertos: Programas informáticos que se basan en imitar la toma de decisiones y el razonamiento humanos en áreas específicas.
- Redes neuronales artificiales: Estructuras inspiradas en el sistema nervioso central de los animales diseñados para reconocer patrones.
- Deep learning: Redes neuronales y aprendizaje profundo que sirve para el reconocimiento de voz, imagen y procesamiento del lenguaje natural. Por ejemplo, las plataformas de streaming como Netflix o Spotify utilizan deep learning.
- Agentes inteligentes: Son simples como un agente de software que navega por un sitio web o complejos como un vehículo autónomo que navega por el tráfico. Por ejemplo, los chatbots del servicio al cliente.
Beneficios del uso de la IA según INESDI
- Automatización de procesos: La inteligencia artificial permite la optimización de procesos, con el fin de ejecutar tareas repetitivas sin la intervención humana.
- Menor intervención humana: La automatización no solo agiliza los procesos, sino que también brinda a los empleados la oportunidad de dedicar su tiempo y energía a labores que requieren pensamiento innovador y soluciones únicas.
- Resultados más precisos: La búsqueda de resultados más precisos encuentra su solución en las capacidades de las máquinas. Estas superan notablemente las habilidades humanas.
- Mejor toma de decisiones: La IA permite que la toma de decisiones sea mucho más rápida y eficiente, ya que cuenta con mayor información y se encuentra mejor organizada.
- Mayor productividad: La inteligencia artificial impulsa la productividad al automatizar tareas repetitivas y analizar grandes volúmenes de datos con rapidez y precisión.
Preocupaciones éticas sobre su impacto potencial en la sociedad y el empleo
- La IA podría desplazar a los trabajadores y automatizar tareas que antes realizaban los humanos.
- Podría aumentar la desigualdad de ingresos si solo prosperan aquellos que poseen las habilidades necesarias para trabajar con IA.
- Existe la preocupación de que algunos algoritmos utilizados por la IA puedan perpetuar prejuicios basados en la raza, el género y otros factores.
Las implicaciones éticas
- Los modelos que funcionan como “cajas negras” no proporcionan transparencia sobre cómo llegan a sus decisiones, lo que puede llevar a resultados sesgados, injustos o poco éticos.
- La falta de transparencia también podría dificultar la rendición de cuentas de los responsables de la toma de decisiones.
- Hay temores de que pueda ser utilizada para hacer daño, especialmente en el desarrollo de armas autónomas.
En conclusión, el uso adecuado de la inteligencia artificial es crucial para asegurar que esta poderosa tecnología sirva al bienestar de la humanidad. Si bien la IA ofrece oportunidades inigualables para mejorar la eficiencia, optimizar procesos y resolver problemas complejos, también plantea desafíos éticos, sociales y económicos que deben ser gestionados con responsabilidad. A medida que la IA se integra cada vez más en nuestras vidas, es fundamental garantizar que su desarrollo y aplicación se guíen por principios éticos sólidos, que promuevan la equidad, la transparencia y el respeto a los derechos humanos.