En estas épocas de caos, pánico y gran afluencia de gente en redes sociales, existe un escenario perfecto para difundir fake news #TheLamestreamMedia. ¿Crees en todos los mensajes y cadenas que llegan a tu celular? A pesar de no conocer a alguien, ¿le enseñas tu QR? Aquí en Juris te explicamos cómo las noticias falsas pueden significar hasta 6 años de cárcel, así como si estuvieras en #AprendoEnCasa.
Pese a tener una conferencia diaria al medio día (Aló Vizcarra), las redes sociales de las instituciones y poderes del Estado están bastante activas para difundir y generar más alcance. Por tal motivo, hace unos días el Ministerio de Justicia difundió mediante su cuenta de Twitter una infografía que detallaba que el hecho de difundir noticias falsas, sabiendo que lo eran, podía castigarse con hasta 6 años de pena privativa de la libertad.
Pero, ¿qué dice exactamente el Código Penal? La infografía hace referencia a dos delitos específicamente: la falsedad genérica, contenida en el artículo N° 438, y el de grave perturbación de la tranquilidad pública, contenido en el artículo N°315-A.
La falsedad genérica hace referencia a “El que (…) comete falsedad simulando, suponiendo, alterando la verdad intencionalmente y con perjuicio de terceros, por palabras, hechos o usurpando nombre, calidad o empleo que no le corresponde, suponiendo viva a una persona fallecida o que no ha existido o viceversa (…)”. Es decir, si recibes mensajes o llamadas de José, y este estuviera suplantando la identidad de Rodrigo con el objetivo de obtener un beneficio o de perjudicar a terceros, José puede recibir entre dos y cuatro años de pena privativa de la libertad. A esa “mala intención” se le conoce en el mundo penal como dolo. En el ejemplo, José estaría actuando dolosamente.
Por otro lado, la grave perturbación de la tranquilidad pública comprende a aquel “(…) que perturbe gravemente la paz pública usando cualquier medio razonable capaz de producir alarma (…).” Asimismo, se define como grave perturbación a “todo acto por el cual se difunda o ponga en conocimiento de la autoridad pública, medios de comunicación social o de cualquier otro por el cual pueda difundirse masivamente la noticia, la inminente realización de un hecho o situación falsa o inexistente, relacionado con un daño o potencial daño a la vida e integridad de las personas o de bienes públicos o privados.” Volviendo con José, este mal hombre cometería el delito mencionado si usara sus redes para anunciar un falso saqueo en algún supermercado.
Considerando que vivimos actualmente en un Estado de Emergencia Nacional y el temor de las personas está a flor de piel, es probable que mucha gente se aproveche de la vulnerabilidad de la sociedad para encender más las alarmas. Así como los audios del posible golpe de estado en el 2016, o la posible tormenta eléctrica apocalíptica en Lima en el 2017 durante el Fenómeno del Niño, hoy se difunden noticias falsas que generan terror por el coronavirus.
Así que guerra avisada no mata gente. En tiempos de crisis, lo mejor es recurrir a fuentes oficiales de las entidades públicas y privadas para obtener información verídica: cuentas oficiales en Twitter, Facebook o www.gob.pe (la web del Estado). Un ejemplo de estas noticias falsas son los remedios caseros que emulan a los famosos ‘mates’ o ‘manzanillas’ que eran considerados elixires milagrosos en las enfermerías de los colegios. Estos abundan en cadenas de WhatsApp generando desinformación sobre los tratamientos oficiales. Las redes sociales son un arma de doble filo en estos tiempos, y algunos la aprovechan.
Y el hecho de que todos estén en casa, no implica que el alcance de la ley quede afuera de las puertas del domicilio de cada uno. Así como existe rigidez para el incumplimiento del aislamiento e inmovilización social obligatoria, las demás medidas que se toman buscan velar por mantener la tranquilidad y orden público en lo que resta del Estado de Emergencia Nacional.
Por ende, quienes se entretienen
generando fake news para pasar el rato en su encierro en vez de hacer TikToks, deberían pensarlo dos veces, pues
este encierro puede alargarse lejos de su hogar y detrás de unas rejas, incluso
cuando el aislamiento haya culminado. La libertad de algunos podría depender de
un solo click y compartir.
Edición: Raisa Escudero