Es Halloween y, coincidentemente, nos invade el terror de contagiarnos. Así, es evidente que esta celebración será muy distinta a las de los años anteriores. Lo más probable es que ya tengas preparada la lista de películas para tu maratón de Netflix and chill (?). Seguramente, dentro de esta, no faltará la clásica en la que el protagonista debe escapar de una casa embrujada. Este tipo de cintas suele causarnos ansiedad por las acciones, a veces poco racionales, que toman los protagonistas. Ante ello, tu ente anónimo favorito se sumergirá como protagonista dentro de uno de estos clásicos y te mostrará cómo harían los economistas para recorrer una casa embrujada. ¿Qué crees tú? ¿Escaparé en one?

¡Alerta! Para mayor humo, disfrute escuchando este audio.

Para ello, estableceré algunos supuestos para contextualizar la escena. Un psicópata me encerró en una casa embrujada. Este hombre me informa que mi objetivo será huir de este lugar. La forma más eficiente para hacerlo, es decir, la que maximiza mi utilidad, será encontrar una llave maestra. El psicópata me informa, también, que esta se encuentra en uno de los dormitorios de los cuatro pisos de la casa, específicamente, en el que no existe señal de actividad paranormal. Me encuentro en el cuarto piso.


Con la información anterior, empezaré a formar mi conjunto de información inicial. Dado que  los datos son un poco despreciables #QuieroMásPistas, mi conjunto de información incluirá mucha incertidumbre. Así, tengo, como posibles estrategias de movimiento, a cada uno de los dormitorios de los cuatro pisos. Sin embargo, ignoro la cantidad de habitaciones dentro de esta casa. Me encuentro en un camino completamente aleatorio y difuso, en el que parto desde un punto inicial, pero tengo diversas estrategias para hallar el cuarto donde está la llave.

Fuente: The Conversation

Durante los primeros quince minutos, escuché las indicaciones del psicópata, pero ahora comienza lo bueno #ReadySteadyGo. Parto del piso cuatro, donde me encuentro, pero no sé a dónde dirigirme. Decido probar suerte ingresando al cuarto más cercano. Las luces parpadean, y, de inmediato, los libros del estante comienzan a caer y las sillas a moverse. Hay constantes fenómenos paranormales #Poltergeist. Entonces, valientemente, huyo. Perdón, me asusté más que con el fantasma de la bica. A todos nos pasa (a ti también).

Decido olvidar este susto y continuar; entro al siguiente dormitorio. La luz está completamente prendida, los libros caen y la ventana se abre, y siento una leve actividad paranormal. Decido recorrer las siguientes habitaciones, hasta que, horrorizado, luego de recorrer seis de ellas, por fin puedo concluir algo: cuando las luces parpadean, la actividad paranormal es frecuente; en cambio, cuando están totalmente prendidas, los hechos sobrenaturales son menores. Entonces, a pesar de que la luz prendida me permite ver con más claridad, también me va a indicar que habrá más presencia paranormal. 

Si bien mi recorrido por este piso fue sin éxito, pude observar que me encontraba dentro de un juego repetido con un período finito de seis etapas (dormitorios). Además, la estrategia estrictamente dominada es entrar a los cuartos cuya luz estaba prendida o parpadeante; y la dominante, entrar aquellas habitaciones donde estén las luces apagadas. Por lo que, en mi recorrido por el resto de los pisos, omitiré los dormitorios en los que vea las luces prendidas o parpadeantes.

En mi paso por el tercer piso, he notado también que, cuando hay sonidos al entrar a una habitación y, a pesar de que las luces están apagadas, suceden fenómenos paranormales. Por lo que, con la eliminación interactiva de estrategias estrictamente dominadas, excluyo las tácticas que impliquen ingresar a un cuarto apagado donde haya sonido por sobre un dormitorio apagado donde no haya ningún ruido. La gran variedad de estrategias que tenía en la situación inicial se va reduciendo. Es así como, con base en la experiencia y la nueva información que tengo, voy reduciendo la incertidumbre y, a la vez, la falta de felicidad (desutilidad) que me generaba.

Cuando estoy a punto de ingresar al segundo piso, noto que absolutamente todas las habitaciones tenían las luces prendidas y podía oír sonidos extraños. Así, paso rápido y descarto mi búsqueda en ese piso, y pienso en que la llave debe encontrarse en algún cuarto del primer piso. Para mi gran infortunio, este nivel era el más difícil. Resulta que, mientras más me acerco a mi objetivo, más actividad paranormal hay. En mi recorrido por el primero, finalmente, logro encontrar un dormitorio donde las luces están apagadas y no hay evidencia paranormal; sin embargo, no encuentro la llave y, en eso, veo al psicópata acercarse. No puedo huir. Todo fue una trampa.

¿Creías que tendría un final feliz? Pues no seas gil, es Halloween. Y, en realidad, cometí un error #YoTambiénMeEquivoco. Todo parte de la estrategia inicial. El psicópata tenía información perfecta y conocía sus estrategias: lo que maximizaba su utilidad era verme desde el exterior intentando encontrar la llave sin éxito. Sin embargo, yo desconocía sus movimientos, así como tanto sus pagos, como los míos. En mi conjunto de información, debí añadir estrategias que me permitieran huir sin necesidad de encontrar la llave y, así, actuar de manera racional. Esto es, efectivamente, lo que deberían aplicar los personajes de tus clásicos para lograr huir. Pero, a todo esto, ¿crees que este final lo cuento desde mi tumba o logré sobrevivir?

Continuará…

Edición: Claudia Barraza