Acaba de pasar octubre, el mes del terror, y los fantasmas de la bica se aproximaron a nuestras mentes. #Halloween es el día en el que los individuos racionales muestran sus miedos más profundos y comen dulces #TrickOrTreat #QuieroDulces. Por su parte, los economistas, como dioses del Olimpo seres racionales (?), no le tememos a las arañas, los payasos o los fantasmas (en verdad sí, pero no lo decimos en público). Nuestra objetividad no nos permite temerle a estas cosas tan banales; sin embargo, existen algunas (pocas, muy pocas) cosas que sí nos aterran. A continuación, algunas historias que aterrarán a cualquier economista…

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¿Qué da más miedo? ¿La Monja o tu parcial de Econometría?

La maldición de la endogeneidad

Hace ya algún tiempo, durante la noche anterior a #Halloween, no podía conciliar el sueño. Estaba cansado, eran las 11 de la noche y la jornada académica y laboral había sido pesada. No obstante, debía enviar mi paper a las 7:30 am del día siguiente y el profesor encargado no era la persona más amigable de mundo. “Si no lo envían antes de la hora obtendrán un cero” – expresó cuando dio las indicaciones.

Mi compañera se había encargado de hacer la revisión de literatura y juntos planteamos nuestro objetivo e hipótesis del trabajo, el cual se trataba sobre la relación entre el grado de instrucción y el salario por hora promedio de las personas. Algo así como la ecuación de #Mincer, pero atributos adicionales.

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Por si creen que sólo nosotros somos Freaks… ¡en UCL también lo son!

Yo me encargaba de realizar la programación en #Stata. #EconomistaQueSeRespeta es programador nato. Demoré 4 horas en limpiar esa famosa base de datos y ya eran las 3 de la mañana. Estaba muy cansado, pero ya sólo faltaba correr la regresión y encontrar el efecto causal para irme a descansar. Plantee un modelo similar al de la literatura e incluí tantas variables de control como mi base de datos me lo permitía #MeZurréEnLaParsimonia.

De pronto, algo me llamó la atención. Las luces de mi computadora parpadeaban y escuché un ruido extraño en la cocina; quise levantarme a ver qué era, pero tuve miedo. Mis manos temblaron y sudaron de repente, presioné Ctrl+D para correr mi código y de pronto mi piel se escarapeló, lo que vi era realmente aterrador:

el p-value del parámetro de mi interés era 0.06…

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#TanTanTaaaaan

Se cayó mi hipótesis, mi objetivo… se cayó mi paper. Probé distintas especificaciones del modelo, pero no encontraba significancia. Me desesperé, quise correr y llorar. Fue el evento más traumático que tuve.

Traté de tranquilizarme. ¡#Sesgo! – Pensé. Algo me decía que, a pesar de probar tantos controles, no podía quitar el sesgo de variable omitida. Volví hacia mi computadora y busqué en mi base de datos una variable podría ayudarme a resolver el problema #LaViejaConfiable y encontré una interesante: cantidad de libros que la madre leyó en su infancia. Según la literatura, una proxy de la educación de la madre podría servir como un instrumento. Mi supuesto era que, a medida que más leía la madre, más educada estaba y más ayudaba al niño en sus tareas.

Los estimados me salieron tal y como quería, terminé de redactar el documento y lo envié a la persona correspondiente. Sólo tenía que esperar para sustentar. De repente, tocaron a mi puerta, salí a ver… “¡¿Quién es?!” – exclamé, nadie respondió. Volvieron a tocar, salí y no había nadie; bajé la mirada y observé una nota en el suelo, la levanté y leí:

Entre genes y vivencias,
innata 
o aprendida,
habilidad de una madre,
correlacionada con su hija…
¿Dónde está el problema entonces?
en la exogeneidad asumida…

Se me hizo un nudo a la garganta. Volví rápidamente a mi computadora. El archivo había sido enviado. No había posibilidad de recuperarlo, mis estimaciones estaban sesgadas y mi modelo no era robusto. Me sentí autoengañado… #RudeButTrue

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El miedo de todo Economista…

Una inversión del más allá

Fue una tarde lluviosa… hacía unos días me habían ascendido como Analista de Evaluación de Proyectos de Cartera. Había estado en la empresa 2 años como practicante y luego de llevar proyección social por tercera vez #MalditaBika, por fin llegó la graduación y con ella, mi tan anhelado ascenso. Recuerdo que el primer proyecto que me encargaron era sobre la adquisición de una nueva tecnología. Calculé el #VAN del proyecto, era positivo, se reducirían los costos de la empresa y las utilidades aumentarían en 15%. Era un éxito. Se invirtió en el proyecto sin lugar a dudas y los gerentes me felicitaron.

Dos semanas más tarde, me encontraba bien agustín sentado en mi trabajo revisando el informe final de evaluación del proyecto. Quise revisar los archivos #Excel, así que los abrí en mi computadora; en ese momento, algo llamó mi atención. ¡Había un mensaje de error al lado de la #TIR! No entendía por qué sucedía esto. ¿Qué había pasado con esta tasa? Trate de rastrear el origen de cada una de las celdas asociadas a este indicador, cuando de pronto, vi algo que me dejó paralizado y cortó mi respiración de golpe: ¡varias celdas no habían sido fijadas!. Al fijarlas, los resultados mostraban periodos con pérdidas y con ganancias, los cuales mostraban el problema del TIR múltiple.

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El mejor disfraz de todos

Recuerdo que pasé toda la noche encadenado en la oficina para solucionar el problema. Al amanecer, ya todo el proceso había sido corregido. Era el día en que se iban a exponer los resultados de inversión a la mesa directiva. Pasé la hoja Excel hacia la que mostraba los cálculos del VAN. Un sudor frío recorrió por mi cuerpo, sentí la piel congelada…

el VAN había sido negativo todo este tiempo e invertir en dicho proyecto generará pérdidas de hasta 5 millones de dólares… y mi cabeza #RIP