La música es definida por el diccionario de la Real Academia Española (2001) como “el arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad…” Sin embargo, la realidad nos ha demostrado que no solo puede funcionar para dedicarle canciones a tu crush, tu pareja –o tu ex–; sino que también se puede convertir en un potente vehículo para la difusión de un mensaje de cambio, irreverente ante el establishment, en busca de justicia, paz, libertad y/o también reflexión sobre nuestra propia condición ante una realidad compleja y cambiante.
Ahora, cuando uno piensa en este tipo de mensajes, uno tiene muy presente la música de Jorge Gonzáles, Los Prisioneros, Pablo Milanés o la gran Mercedes Sosa; sin embargo, en años más recientes podemos encontrar nuevas formas de comunicación para problemáticas de hoy en día. Aquí presento tres de estos casos alrededor del mundo (incluido Perú) en los que la música se volvió un mensaje en pos del cambio social.
La revolución kurda
El año pasado pude leer un texto escrito por el profesor Martin Mac Kay titulado “Desde la otra orilla: modernidad, interculturalidad e identidad en la expresión artística contemporánea”. En el texto, se hace introducción a un tridente kurdo de mujeres que han encontrado en Europa un lugar para poder desarrollar su talento musical y llevar un mensaje muy potente: la situación de Kurdistán (pueblo que reside entre Turquía, Irak, Arabia Saudita y Siria), también conocida como la nación sin estado. Una de las cantantes es Helly Luv es una cantante pop nacida en Irak que residió en Turquía para finalmente instalarse en Finlandia.
Su canción titulada “Revolution” resulta impactante por su letra y el video musical con los que se expone una convivencia pacífica entre diversas religiones en Kurdistán. Aquí podemos ver a Helly portando armas y proyectiles como accesorios y con su música de muestra desafiante ante los tanques, portando un sombrero con la bandera del Kurdistán Iraquí. La música es su arma más poderosa. Por el lado musical, nos exponemos a música electro-pop de una inspiración cultural diferente, en la que se recurren a cromatismos y progresiones de acordes que nos remiten a su cultura y que estos a su vez nos permiten comprender el deseo de este pueblo por alcanzar la libertad y la paz.
Para las ratas de la política peruana
En el marco de las Elecciones Generales del 2016 en Perú, el grupo de rock tropical peruano llamado Nave Ascensor lanzó el EP (Extended play) titulado “Hartistas II”. En él se incluyeron 5 canciones, de la cual destaca su sencillo “Las ratas”. En el respectivo video musical se hace uso de marionetas que representan a los candidatos que ellos califican como “ratas”: Keiko Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo, César Acuña, Pedro Pablo Kuczynski, entre otros.
En el respectivo video se hace referencia a los diversas faltas y/o delitos que se le atribuye a cada uno de sus movimientos políticos, o incluso, a sus propias personas: las esterilizaciones forzadas, el tráfico de drogas, la corrupción, el plagio, el robo al Estado, entre otros. La letra de la canción nos dice que ellos son las ratas y que solo nos quieren controlar para poder robar. Sin embargo, esta no es la primera vez que este grupo peruano hace una alusión directa a los problemas que existen en la gestión del país.
En 2015, este mismo grupo lanzó su EP “Hartistas I”. El primer sencillo del mencionado trabajo fue “Ciudad Reacción”. En esta canción realizan una crítica a los problemas de la sociedad peruana y se escucha que el cantante, Diego Rojo, pide en un clamor: “¿Quieres despertar? ¡Quiero oír tu voz! Necesito escuchar tu reacción”. Se realiza una crítica al sistema de salud porque “ahora es negocio la enfermedad”, y la influencia de la iglesia en las decisiones que toma el país porque “la fe trabaja para el mercado”, e incluso se rebelan contra el sistema económico porque “le ponen precio a tu libertad”.
Esta canción tiene muy presente una idea que escribió Gonzales Prada en su libro “Pájinas Libres” (1888): “Con las muchedumbres libres, aunque indisciplinadas de la Revolución, Francia marchó a la victoria; con los ejércitos de indios disciplinados y sin libertad, el Perú irá siempre a la derrota”. Es una canción que busca incitar el despertar en la sociedad peruana, la búsqueda de ese primer momento de lucidez que describió José Carlos Mariátegui. El video acentúa aún más la crítica con imágenes de las calles de Lima. Es un EP subversivo que se mantiene sublime, desde el punto de vista armónico, durante sus 5 canciones. Con un rock potente y de alto vuelo se mantiene esta crítica social durante 17 minutos.
Solo somos humanos
En 2020, con la pandemia galopante en todo el mundo, el grupo estadounidense Foster The People lanzó su single “It’s Ok To Be Human”. Mark Foster, vocalista de la banda, tuvo el detalle de acompañar esta canción con una breve reflexión personal publicada el 24 de marzo, la cual pueden leer aquí.
La narrativa de su ensayo acompaña la de la letra de la canción. Realizada con solo piano y un sintetizador, además de algunas capas de voces. Simpleza en la producción para transmitir un mensaje estremecedor que, desde su trasfondo, critica el individualismo, el egoísmo, el capitalismo abusivo de la naturaleza y las grandes desigualdades socioeconómicas que ha desnudado la pandemia. Pero nos deja también un mensaje de esperanza, pues la única forma de salir de esto es todos juntos: empresarios y trabajadores, políticos y sociedad, gobiernos de todo el mundo. Los efectos de reverberación y eco sobre el final en los que se pierde la canción, Mark Foster nos invita a reflexionar sobre nuestra fragilidad como humanos, que no somos invencibles y que la pandemia lo ha demostrado.
Es así como hemos podido ver que la música, desde diversos géneros como el pop, el hard rock tropical y el indie, y desde diversas partes del mundo, se ha utilizado a la música para llevar un mensaje diferente, que busca generar conciencia y generar un “¡Ah manya!” respecto a diversas aristas de nuestras vidas, o las de muchos otros alrededor del mundo. Así, la música se convirtió, como describió Fela Kuti en la película de Jean Jacques Flori y Stephen Tchal-Gadjieff (1982): “La música es el arma del futuro”.
Edición: Kelly Pérez.