Dicen por ahí que ser economista es chévere. No solo te pagan cuando asesoras a una empresa, organización o gobierno (o cuando renuncias a alguno, como PPK), sino hasta cuando “casualmente” metes la pata. Sí, leíste bien, los economistas son tan chéveres que incluso elaboran reportes de por qué ellos o sus colegas se equivocaron y ¡Reciben dinero por elaborarlos! Es como si te pagaran por explicar –coherente y analíticamente– por qué no aprobaste ningún parcial. #PorEsoQuieroSerEconomista
Antes de crearte una imagen distorsionada de la economía, debes considerar que los economistas tampoco la tienen fácil. Ellos tratan de explicar el comportamiento de la sociedad empleando herramientas de las ciencias “duras”. Por ejemplo, intentan entender por qué ayer te dormiste en el lado izquierdo de la cama, como ello afecta tu productividad y, por ende, el PBI nacional (asumiendo que eres Neymar e importas en el cálculo del PBI del país). Para ello, utilizan la estadística, teorías previas, modelos matemáticos complejos e incluso trabajo de campo; lo que resulta una tarea tediosa que justifica por qué existen muchos economistas que aciertan en sus modelos y muchos que no.
Un economista explicando por qué nunca te quiso
Como cualquier apasionado a su disciplina, muchos economistas académicos han dedicado su vida a intentar crear una teoría económica general. Es decir, una que esta vez no se equivoque sea capaz de predecir cuánto debe gastar el gobierno para minimizar el desempleo, cuántos productos consumir para ser feliz y si el trago está incluido o quizás en qué lado de la cama debes dormir para mejorar el PBI del país. Es claramente una galaxia meta muy muy lejana, pero aquí está VA, que a través de mí, un futuro economista (si mi JP de mate 4 no me vuelve a machetear), para explicarte qué realista es alcanzar esta ansiada “teoría económica del todo”.
¿En qué estamos?
Actualmente, la teoría económica se divide en 2 partes: The Core (o “centro”, en inglés porque decirlo en inglés te permite cobrar el doble) y The Periphery (o “la periferia”). Usaré las definiciones de Caballero (2010) para resumirlas:
El centro: Es aquella parte rigurosa de la economía que busca establecer un modelo que explique todo lo que sucede dentro de ella. Emplea un esquema casi científico y sus teorías suelen ser ambiciosas y atractivas por emplear modelos matemáticos sofisticados. Pretende analizar tus decisiones con estos modelos y definir cómo afectan al PBI actual y el de largo plazo, y asume que todos los individuos tomas decisiones racionales. Las escuelas de pensamiento económico tradicionales se encuentran aquí.
La periferia: Es la parte más reciente de la economía. Todo lo que has escuchado de Behavioral Economics y Behavioral Finance pertenece aquí. A diferencia de The Core, sus teorías son menos matemáticas y son más cualitativas. No pretenden explicar “todo lo que pasa en la economía”, sino casos específicos. (Pero los explican demasiado bien). Por ejemplo, cómo afecta dormir en el lado izquierdo de la cama al PBI, pero solo cuando la economía está en crisis. No siempre asumen que las personas toman decisiones racionales.
En resumen, las teorías del centro buscan explicar toda la economía en conjunto, de una manera súper matemática y rigurosa mientras que las teorías de la periferia buscan explicar casos específicos de una manera más cualitativa y con menos mate.
Pues, así pensaban la gran mayoría de economistas antes del 2007, y .. ¿adivina qué pasó? La más grande crisis de los tiempos modernos apareció (sí, la de los documentales, Inside Job, The Big Short ) … y ninguno de los modelos del centro sirvió para predecirla o contenerla. Curiosamente, los modelos de la periferia sí pudieron.
¿Por qué las teorías del centro fallaron en la crisis?
Muchas personas se la agarran contra las teorías del centro (en especial, el famoso nobel de economía, Paul Krugman). Sus argumentos suelen ser:
- Las teorías del centro simplificaron mucho la realidad, en lugar de “adaptar las matemáticas a la realidad, adaptaron la realidad a las matemáticas”. (Algo así como cuando fuerzas un ejercicio en tu parcial de mate para que te salga).
- Los individuos no son siempre racionales. Por ejemplo, ser hincha peruano a inicios de las eliminatorias era poco racional. Hasta la fecha 4 teníamos 3 derrotas y solo 1 victoria, con una goleada 3-0 de Brasil. Lo racional hubiera sido no esperar que Perú clasifique, pero no somos así: somos hinchas, somos irracionales y pensamos con el corazón antes que con la cabeza y con los números. (#PorqueYoCreoEnTiPerú). Ahora, imagina cómo le complicas la chamba a un economista con estas cosas.
¿Qué tan cierto es esto? Respecto a lo primero, no mucho. Si bien los economistas empezaron con modelos muy simplificados de la realidad, desde los 80 hasta la actualidad han ido desarrollándolos, haciéndolos más complejos y agregando más imperfecciones (como fricciones de precios y más floro que aprenderás en macro). De hecho, los modelos matemáticos actuales son problemas tan complejos que ya no son resueltos “a mano” sino en computadora. Asimismo, las teorías del centro sí habían funcionado hasta antes de la crisis, y habían explicado muchos fenómenos económicos.
La segunda crítica si dolió. Asumir que las personas no son siempre racionales los vuelve aún más impredecibles. Es sin duda un enfoque nuevo, pero bastante innovador y es el nuevo “hot topic” de la economía. Sin embargo, crear teorías y modelos matemáticos a partir de que las personas no son siempre racionales es mucho más complicado, probablemente más allá de lo que tenemos actualmente.
¿Qué esperar para el futuro de la economía y una posible “teoría del todo”?
Prestarles más atención a estas nuevas “teorías de periferia”, en particular a Behavioral Economics y Behavioral Finance; que explican que las personas no son siempre racionales. Así tratar de buscar formas de cómo incorporarlas a teorías cada vez más generales. Probablemente la teoría del todo unifique la periferia y el centro, lo que sin duda, es un reto inmenso, ya que las herramientas matemáticas actuales probablemente no sean suficientes. Sin embargo, hay que tener fe (así como le tuvimos a Perú) en el desarrollo tecnológico.
En mi opinión, considero que las nuevas formas de Inteligencia Artificial (AI-Machine Learning), podrían ayudarnos significativamente a incorporar estas “teorías de periferia” a las del centro. Quizás la “teoría económica del todo” incorpore modelos tan complejos que el solo el AI pueda resolverlos.
De todos modos, como buen economista, si me equivoco … igual puedo cobrar por explicar por qué me equivoqué.
REFERENCIAS:
Caballero (2010) Macroeconomics after the Crisis: Time to Deal with the Pretense-of-Knowledge Syndrome. Journal of Economic Perspectives. Recuperado de: https://economics.mit.edu/files/12598
Cochrane (2012). How did Paul Krugman get it so wrong?. Recuperado de: http://www.econ.nyu.edu/user/bisina/Cochrane%20on%20krugman_response.pdf
Krugman (2009) How did economists get it so wrong? NYT. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2009/09/06/magazine/06Economic-t.html