En América Latina, el acceso de una niña a una toalla higiénica o tampón define que ella asista o no a las clases escolares. Según el Banco Mundial, en el 2019, las niñas se perdieron entre 10 a 20% de clases debido a esta razón. En tal sentido, esta situación resulta clave para disminuir las brechas de desigualdad relacionadas al sexo. La menstruación es inevitable (no optativo) y cada mes, las mujeres la vuelven a ver. Esto ocurre durante 35.4 años en promedio, de acuerdo con cifras de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia Peruana. Por lo tanto, los productos de higiene femenina deben ser reconocidos como parte de la canasta básica de cualquier persona que tenga órganos reproductores femeninos.
¿Qué es la pobreza menstrual?
Según la definición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la pobreza menstrual es la lucha que enfrentan millones mujeres y niñas de bajos ingresos para poder pagar los productos de higiene femenina. En América Latina, los productos de esta categoría están gravados (Colombia es la excepción) y debido a esto, las mujeres pagan un impuesto de 9 dólares anuales como mínimo. Para tener en cuenta, según Economía Femini(s)ta, los costos de la menstruación son aproximadamente 2.82- 4.23 dólares mensuales o 36.6-54.9 dólares anuales (dependiendo de la cantidad de toallas higiénicas y días de menstruación). Si junto a ello consideramos que 26 millones de personas de la región viven debajo de la línea de pobreza (con menos de dos dólares al día), este gravamen forma parte de una decisión entre alimentarse o comprar estos productos.
Esta lucha, aparte de ser financiera, es una lucha por igualdad de oportunidades pues se estima que en el mundo, 2 de cada 5 niñas que están en edad de menstruar, pierden en promedio 5 días escolares al mes. Según Unicef, la tasa de matrimonio infantil en América Latina es dos veces mayor en mujeres con menos años de escolaridad, que en mujeres que terminaron la escuela (25% y 12%, respectivamente). Entre las del primer grupo, existe una mayor probabilidad de repetir el ciclo de pobreza o sufrir violencia doméstica y sexual.
Educación acerca de la menstruación
Acerca de la menstruación se han creado diversos mitos, tal es así, que en Nepal las niñas son encerradas en chozas durante sus periodos y muchas de ellas mueren congeladas o por inhalar humo después de encender fuego para calentarse. La desinformación y el estigma, son factores que juegan evidentemente en contra. Prueba de ello es que 71% de mujeres entre 14 y 21 años de una encuesta a cargo de Unicef, manifestaron sentirse avergonzadas de comprar productos de higiene menstrual y en Colombia 34.8% de las niñas encuestadas indicaron no saber nada sobre la menstruación antes de la primera menarquía.
Un país con solución
El 25 de noviembre de este año, Escocia se convirtió en un país pionero en ofrecer gratis tampones y productos de este tipo . Esta propuesta llevaba años discutiéndose en los plenos del país británico; primero como iniciativa para quitar el gravamen y luego fue evolucionando. El enfoque relacionado al impuesto no llegó a buen puerto debido a la existencia de los acuerdos económicos que se tenía con la Unión Europea (tienen un impuesto fijo para estos productos). Sin embargo, una vez que Gran Bretaña (Escocia forma parte de ella) salió de la UE ya no había impedimentos y se agilizó todo.
En este momento, 300 millones de niñas y mujeres están menstruando en el mundo y el acceso a productos necesarios durante el periodo de la menstruación, podría dificultar su acceso a la educación, más aún , significar una pérdida de distintas oportunidades. Solucionar una problemática como esta es un factor decisivo en la lucha contra la desigualdad vinculada al sexo. Por ello, es necesario que se promuevan más leyes o propuestas con un enfoque empático y, asimismo, trabajar en la eliminación de estigma absurdo que se mofa de la naturaleza de ser mujer.
Nota del autor: Lamento la utilización del término higiene femenina pues la menstruación no está relacionada a la suciedad. Sin embargo, considere conveniente utilizarlo para una mayor facilidad al momento de leer el artículo. El término correcto es gestión de la menstruación.
Edición: María Fernanda Tumbalobos