Jaime Saavedra probablemente representa lo mejor que la intelectualidad peruana ha podido ofrecerle en muchos años al país para el manejo del sector educación. Se graduó primero del pregrado en Economía en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), obtuvo un PhD en la Universidad de Columbia y ejerció cargos muy altos en el Banco Mundial. Pero estos logros personales no son el principal motivo por el cual estamos agradecidos de tenerlo en un cargo que representa uno de los más grandes retos del Perú, y que es pilar de todas las políticas que diferentes sectores plantean. Estamos agradecidos con Jaime porque les devolvió a los peruanos la fe en la reforma educativa.
Resulta mezquino que existan bancadas que desmerezcan los logros que se han obtenido en el sector durante su mandato. Los avances en la Evaluación Censal de Estudiantes y en las pruebas Pisa son quizás un gran resumen de lo que se ha avanzado en los últimos años. Denominar psicosociales o cortinas de humo a las prueba Pisa resulta muy irresponsable especialmente porque a los congresistas se les ha otorgado un poder que debe ser usado de forma adecuada y en beneficio de los ciudadanos.
Más preocupante aún es que la forma bajo la cual se condujo la interpelación sea la misma en la que se realicen los demás debates respecto a las políticas que el país requiere para transitar al desarrollo. O será tal vez que ciertos parlamentarios realmente no saben qué es lo que el país necesita y están más preocupados por demostrar su poder a los demás.
El actual gobierno se caracteriza por una reconocida calidad de los tecnócratas. Sin embargo, en menos de medio año, la debilidad de su bancada es más que evidente. Esto es el resultado de que no cuentan con un verdadero partido político y de que las ideologías individuales son las que priman. Por ello, el ejecutivo necesita establecer una estrategia real que le permita afrontar este tipo de crisis porque parecería que su bancada no siempre va a estar para apoyar.
Jaime Saavedra no va a renunciar. Para él lo importante no es el cargo sino servir al país.
El voto de confianza es una solución dinámicamente inconsistente al problema: si se disuelve el congreso se tendría que convocar a nuevas elecciones y recién con un nuevo congreso se podría dar el voto de confianza a un nuevo gabinete. Este escenario solo tendría como perdedores a los ciudadanos. El ruido político que se generaría perjudicaría en gran medida a las inversiones y en un contexto de menor crecimiento de China y de posibles políticas proteccionistas en Estados Unidos la situación se hace aún peor para los ciudadanos. ¿A dónde queremos llegar si la oposición y el Ejecutivo no se dan cuenta de que el Perú está en medio del fuego cruzado? Ya hemos perdido muchos años en nuestro camino al desarrollo, no queramos perder más.
Jaime Saavedra no va a renunciar. Para él lo importante no es el cargo sino servir al país. Una persona con su trayectoria es ejemplo para muchos funcionarios que cada vez están más dispuestos a asumir los riesgos que implica trabajar en el sector público peruano de hoy en día. Solo alguien con una motivación muy grande puede haber dejado su estabilidad laboral para luchar para que muchos niños tengan una educación de calidad que les permita desarrollar su potencial y para velar que los sueños de los jóvenes no se trunquen al terminar la educación superior. Con censura o no, él va a trabajar hasta el último minuto. Las reformas se quedan y es nuestro deber defenderlas.
Gracias por tanto, perdón por tan poco.