Si bien Nicolás Maduro es el más claro ejemplo latinoamericano de lo que no debe hacer un gobierno y genera polémica cada vez que tiene una presentación en público, hay otros presidentes que debemos tener en la mira, pues su política también resulta controversial. (Otra Venezuela no)
Mucho se ha hablado de Trump y sus medidas proteccionistas de mercado, así como de su promesa del infame muro fronterizo con México que hasta ahora no puede cumplir (Bad luck, Trump). Sin embargo, es precisamente en México, donde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha captado algunas de las miradas del mundo. AMLO inició su gobierno el primero de diciembre del 2018, después de una aplastante victoria en las elecciones del 2018 (ganó en 31 de los 32 estados mexicanos). Considerado como un presidente proteccionista y de ‘izquierda’, generó mucha preocupación durante su campaña e incluso se llegó a decir que llevaría al país a ser una nueva Venezuela.
Lo cierto es que en los más de 100 días que lleva al mando ya ha tenido algunas medidas controversiales que lo han puesto en la mira de la comunidad internacional, tales como la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la suspensión del programa de estímulos fiscales a empresarios o el anuncio de suspender el financiamiento a miles de estancias infantiles para entregar los recursos directamente a los padres de familia. De estas tres medidas, la que mayor polémica generó fue la cancelación del aeropuerto, dado que la obra ya tenía un avance del 30% y suspenderla costó un poco más 5,200 millones de dólares. Asimismo, provocó un impacto adverso en la imagen del país frente a los inversionistas extranjeros.
Pero no todo puede ser malo en el gobierno de AMLO (¿o sí?). También ha tenido aciertos como la lucha contra el ‘huachicol’ (término que se usa para denominar al combustible ‘robado’) o la creación de una Comisión de la verdad para Ayotzinapa (para investigar el caso de los estudiantes secuestrados y asesinados en esta región). El robo sistemático del huachicol viene generando en México desde hace casi una década una pérdida anual de casi 3,000 millones de dólares. La solución propuesta por AMLO fue cerrar las válvulas de al menos cuatro de los 13 oleoductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y enviar el combustible a través de camiones cisterna. Y aunque se han generado problemas de desabastecimiento a lo largo de todo México, el plan parece funcionar: antes el promedio de robo era de 787 pipas diarias; ahora la cifra se redujo a 177. Por otro lado, la creación de la Comisión de la Verdad para investigar la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa resulta fundamental para esclarecer uno de los eventos más dramáticos de la historia reciente del país. Se dice que los estudiantes fueron detenidos por policías locales y entregados a la banda Guerreros Unidos, el cual los asesinó e incineró en un vertedero de basura.
Otro de los presidentes que está llamando la atención en la región es Jair Bolsonaro, de 63 años y polémico por sus declaraciones de tinte machista, racista y homófobo, pero que ganó con más de un 55% de los votos (sí, el no saber elegir es un problema de la región) y se convirtió en presidente desde enero de este año. Entre las reformas que prometió en campaña están la reducción de límites para la posesión de armas (EE.UU, ¿eres tú?); no penalizar los crímenes ocurridos durante las operaciones policiales (licencia para matar); terminar con el ‘adoctrinamiento’ en las escuelas sobre las ideas políticas y educación sexual (con mis hijos no te metas (?)) y no otorgar más tierras a los pueblos indígenas.
En sus pocos meses de gobierno ha causado gran revuelo, ya sea por sus opiniones sobre política exterior, críticas bastante frontales a los periodistas de su país o por la publicación de un video obsceno sobre los carnavales, que generó muchas reacciones por su contenido explícito. Asimismo, para sorpresa de algunos, tomó una decisión intervencionista con respecto al aumento de precios del combustible. Presionado ante la posibilidad de una huelga de transportistas, el presidente ultraderechista tuvo que intervenir en la compañía petrolera Petrobras, la empresa más grande de petróleo del país, frenando un incremento previsto de 5.7% en el precio de los combustibles, el cual ahora está congelado. Si algo nos ha enseñado la historia económica reciente (y tus clases de macroeconomía) es que una intervención estatal en los precios del mercado solo genera escasez e inflación (si no miremos al primer gobierno de Alan). Por tal motivo, es entendible que el mercado haya reaccionado con recelo y que la confianza en el gobierno vaya disminuyendo progresivamente.
Si bien es cierto que estos presidentes tienen muy poco tiempo en el poder todavía, es importante no perderlos de vista. Seguramente continuarán dando de qué hablar, pues hasta ahora tanto AMLO como Bolsonaro solo han generado un clima de incertidumbre en sus respectivos países.