Lo último que necesitamos en este momento son fake news. Si los principales medios de comunicación impresos, televisivos y radiales sin excepción no investigan y corroboran sus fuentes, ¿cómo sabemos qué parte de la información que consumimos es verdad y qué parte no? ¿cuánto tiempo hemos consumido información mentirosa, sin verificar, con cuchara y coreografía de avioncito directo a la boca? En la época de la inmediatez y del exceso de información ¿Somos responsables de dejarnos engañar por medios que no hacen verificación de la información?
Durante el inicio de la segunda semana de julio, se hizo viral la noticia de un peruano llamado Jorge Cuyubamba, quien supuestamente era un ingeniero genético radicado en China, trabajando en nada menos que en una cura contra el coronavirus. Cuyubamba fue entrevistado en muchos canales peruanos, y ahí vaticinaba dos cosas: la llegada de una (o más) nuevas cepas del virus COVID (un COVID-20 y hasta un COVID-21) y, además, hablaba de su supuesta participación en la elaboración de una “supervacuna” para el coronavirus. Unos días después, el Perú entero supo que Cuyubamba nos mintió a todos (y en horario estelar para colmo). Esto levanta la alerta ¿la prensa peruana no revisa sus fuentes? ¿nos venden cualquier tipo de información con tal de generar rating? Hasta Magaly tiene más cuidado con los chismes que nos cuenta.
Con solo buscar el nombre Jorge Cuyubamba en internet, uno se encuentra con información algo bizarra. Al googlear su nombre, uno podía leer que Cuyubamba “creó” su propia “organización de investigación”, la cual, entre otras cosas, realizaba estudios para revertir el proceso de envejecimiento y a la par desarrollaba viajes lunares e interplanetarios (¿?). Es difícil de creer que este hombre, que se identificó con su nombre real y que además se presentaba como presidente de su propia “organización” (Cámara BIOLATIN), apareció en todos los noticieros más vistos del Perú y fue entrevistado por los periodistas más reconocidos, pero todo lo que él decía era mentira. ¿Por qué ningún medio “serio e importante” se tomó la molestia de investigar mínimamente a Cuyubamba antes de entrevistarlo en horario prime time?
Cuyumbamba, como todos sabemos ahora, es un narcisista compulsivo cuyo objetivo fue perturbar la tranquilidad de los peruanos. Este supuesto ingeniero biotecnólogo genetista no figura en ninguna página de registros académicos en nuestro país. Además, su supuesta “trayectoria” y “logros” fueron desmentidos por distintas entidades ajenas al Perú. Cuyubamba declaraba en la página web de su organización y en su perfil de Facebook que estudió menos de 2 años de medicina humana en la Universidad Científica del Sur, pero le dijo a la prensa peruana que es egresado de distintas casas de estudios en China, y que recibió ofertas de la Universidad de California y de la prestigiosa Harvard, pero declinó ambas por razones económicas.
Para continuar con la labor de investigación que los medios peruanos nunca hicieron, nos enteramos de que Cuyubamba, a parte de mitómano, es una suerte de “cineasta”. En su canal personal de YouTube colgó cortometrajes bastante experimentales de una película que él mismo ha producido, y que es nada menos que una colaboración entre Perú, Mongolia y China. El cortometraje se llama nada más y nada menos que “El Príncipe de las Fantasías”, producido por la productora Dreamix Pictures, de propiedad de Cuyubamba. Si bien es difícil encontrar el largometraje completo, sí se puede acceder al teaser trailer, que deja mucho que desear. Créanlo o no, el 4 de noviembre de 2016 este largometraje se presentó frente a autoridades chinas y representantes de la embajada de Perú en China, y fue galardonado.
¿Cómo así un cineasta experimental logra contarle cualquier cuento a los noticieros más “serios” del Perú? ¿Cómo así durante algunos días todo el país le creyó? El caso Cuyubamba nos deja claro que la prensa peruana tiene un serio problema de verificación de información. Por ello, es importante que los peruanos seamos conscientes de que no podemos confiar en la información que nos presenta nuestra prensa. Los medios de comunicación, junto con sus presentadores, equipo de producción, reporteros y demás involucrados son tan culpables como aquellos que nos dejamos llevar con lo primero que nos toca el oído. Es completamente irresponsable que aquellos medios en los que confiamos no ejerzan correctamente su labor de verificación de la información que le proporcionan a todo un país. Por eso, esa responsabilidad de ser críticos y objetivos, por ahora, recae en todos los peruanos que consumimos su contenido.