#CasoDeLaVidaReal: Pedrito está envuelto en una relación tóxica hace 4 años y a pesar de que sus amigos tratan de ayudarlo, él apela  que esta relación “vale” lo suficiente como para seguir “intentándolo” #SalvemosAPedrito #PrayForHim. Muchos conocemos a un #Pedrito (o hemos sido uno, no nos engañemos) y nos continuamos preguntando una y otra vez qué sucede con él, ¿por qué no se aleja de esa persona? ¿Está loco? ¿Le hicieron un “amarre”?

#NiUnoMenos

#NiUnoMenos

Lo cierto es que todos conocemos o hemos sido parte de un caso similar, y la respuesta que da Pedrito es la que todos damos #NosFaltaCreatividad. Efectivamente, nuestras experiencias pasadas suelen marcar de alguna forma nuestras vidas y determinar en quién nos convertimos y las decisiones que tomamos en el presente. Casi siempre, antes de tomar una decisión, reflexionamos directa o indirectamente acerca de lo que ya nos ha ocurrido antes.

Sin embargo, hay ocasiones en las que esta reflexión, que se supone nos ayuda a tomar una mejor decisión, por el contrario, se convierte en un impedimento para una toma de decisiones racional. Existen dos efectos de la economía del comportamiento que explican esta situación: el efecto de los costos hundidos y el efecto de inacción inercia. Ambos son efectos que actúan de forma inversa pero que se basan en experiencias pasadas para tomar decisiones no necesariamente racionales en el presente.

La falacia de los costos hundidos

¿Has estado en una situación en la que has seguido luchando por un proyecto o una relación por el tiempo o dinero que has invertido en ello? Los costos hundidos son costos irrecuperables en los que ya se ha incurrido en el pasado. En este sentido, para tomar decisiones racionales, los agentes deberían ignorar estos costos.

#SunkCostEffect

#SunkCostEffect

La falacia de los costos hundidos, que fue introducida por Kahneman & Tversky (1979), se refiere a la tendencia de continuar dedicando recursos y esfuerzos a una inversión, aun cuando las inversiones iniciales no han producido los efectos deseados, por lo que un gasto adicional es injustificado. Esta falacia no sólo se presenta en los proyectos, un ejemplo de ella en la vida cotidiana es el hecho de continuar estudiando una carrera que no nos gusta porque ya hemos invertido tiempo y esfuerzo en ella.

Traduciendo esta idea en las relaciones personales, más específicamente, al ejemplo de Pedrito, probablemente en su decisión de seguir intentándolo él tomó en cuenta el tiempo invertido en esa relación, convertida en dinero (quizá pudo haber trabajado horas extras y ahorrado en vez de salir con su persona tóxica), así como sus gastos en regalos (mesarios, aniversarios, Navidad, San Valentín…), entre otros gastos. Luego de este cálculo, quizá la conclusión de Pedrito fue que “ya ha invertido mucho como para irse”, y esa es la razón por la que continúa en esa relación.

Lo que pensamos antes de decidir

Lo que pensamos antes de decidir

El efecto inacción inercia

Por otro lado, existen casos totalmente inversos a la situación de Pedrito, en la que la inacción inercia es provocada por la sombra de oportunidades perdidas #Khe. ¿Alguna vez has conocido a alguien que dice que es incapaz de tener una relación dado que tuvo una del pasado … #Blablabla? Sí, pocas veces les creemos. Sin embargo, este efecto les da la razón.

El término “inacción inercia” fue introducido por Tykocinski, Pittman y Tuttle (1995) para describir cuando un agente se niega a tomar una oportunidad de acción posterior luego de haber tenido una mejor oportunidad en el pasado y haberla desperdiciado. En este efecto, hay un rol muy importante al sentimiento de arrepentimiento o remordimiento. Así, por ejemplo, si un comprador vio un descuento de 50% pero no realizó la compra, en el futuro cuando vea que la misma prenda ahora tiene un descuento del 30% no querrá realizarla porque pensará en la de 50%.

Cuando te arrepientes de no aprovechar una oferta

Cuando te arrepientes de no aprovechar una oferta

En el caso de las relaciones personales, las personas que tuvieron una “oportunidad” pasada y la “desperdiciaron” suelen sentirse arrepentidas por ello y tienden a  idealizar esa oportunidad, pensando que esa fue la mejor que podrán conseguir, por lo que son incapaces de darse una nueva oportunidad con otra persona #Sad.

En general, podemos darnos cuenta de que nuestras decisiones pueden ser no del todo racionales gracias a la influencia de las experiencias pasadas. A pesar de que casi siempre las reflexiones del pasado nos ayudan a evitar problemas en el presente, ya sea para no volver a equivocarnos o no perder una potencial oportunidad, hay ocasiones en las que, para tomar buenas decisiones, es mejor ignorar el pasado y pensar únicamente en cómo estas decisiones afectarán tu presente y quizá tu futuro.

Editado por

Sofía Flores

Referencias

Kahneman, D., & Tversky, A. (1979). Prospect theory: An analysis of decisions under risk. Econometrica, 47, 313–327.

McAfee, R. P., Mialon, H. M., & Mialon, S. H. (2010). Do Sunk Costs Matter? Economic Inquiry, 48(2), 323–336. https://doi.org/10.1111/j.1465-7295.2008.00184.x

Tykocinski, O. E., Pittman, T. S., & Tuttle, E. E. (1995). Inaction inertia: Foregoing future benefits as a result of an initial failure to act. Journal of Personality and Social Psychology, 68, 793–803.

Tykocinski, O. E., & Ortmann, A. (2011). The Lingering Effects of Our Past Experiences: The Sunk-Cost Fallacy and the Inaction-Inertia Effect. Social & Personality Psychology Compass, 5(9), 653–664. https://doi.org/10.1111/j.1751-9004.2011.00369.x