En la economía, al igual que en la vida, vivimos con información limitada. Existe, en el mundo, una clara tendencia a enfocarnos únicamente en los sobrevivientes o ganadores, sin darle importancia a los perdedores. A esto, se le llama sesgo de supervivencia. Pero ¿cómo este último puede afectar a mis inversiones y, en general, a mi vida?
Empecemos por definir qué es el sesgo de supervivencia. Durante la Segunda Guerra Mundial, los militares de los países Aliados buscaban fortalecer sus aviones para resistir aún más a los golpes de la artillería nazi. Por ello, llegaron a pedir el consejo del matemático Húngaro Abraham Wald llevando consigo la siguiente foto:
Esta imagen muestra el análisis de la mayor cantidad de impactos de bala que recibieron los aviones de guerra. Basándose en ella, la propuesta de los militares era reforzar las zonas rojas para asegurar la vida de sus combatientes. Después de todo, eran los sectores más afectados.
Sin embargo, Wald les propuso exactamente lo contrario. La muestra había sido tomada de aquellos aviones que sobrevivieron, pero ¿qué hay del resto? Precisamente, los lugares libres de puntos rojos eran los que debían reforzarse ¿por qué? sesgo de supervivencia. Los soldados, al no observar los aviones destruidos en guerra, tuvieron información limitada y con esto, realizaron una apreciación equivocada. Es así como se puede deducir que si los que regresaban habían resistido golpes en las partes rojas, entonces los que se destruyeron en combate recibieron los impactos más duros en las zonas libres de puntos.
Este sesgo no solo forma parte de la historia, sino se ve en las decisiones financieras también. Por ejemplo, se demuestra en los fondos de inversión. Estos últimos son instrumentos que engloban el aporte de diversos ahorradores que buscan invertir su dinero. Mediante estos, ceden a gestores experimentados la toma de decisiones de la inversión de su patrimonio. El conjunto de los aportes individuales se invierte en acciones, bonos, derivados o una combinación de estos instrumentos financieros a los que probablemente un inversionista individual no tendría acceso. De este modo, el gestor busca obtener la máxima rentabilidad posible en función a una estrategia de inversión definida.
En este tipo de inversiones, existe una tendencia a tomar decisiones sobre la base del rendimiento de los fondos presentes en el mercado. Estos últimos son seleccionados como una muestra representativa del rendimiento histórico. Sin embargo, no se consideran aquellos fondos que se fusionaron o desaparecieron en el camino.
Entonces, vamos a suponer que somos inversores y analizamos tres fondos de inversión con los siguientes retornos anuales promedio:
- Fondo 1 = 10%
- Fondo 2 = 6%
- Fondo 3 = 2%
La rentabilidad media de los tres nos dará 6%. Ahora, imaginemos que el fondo 2 desapareció porque culminó el contrato o porque la asamblea de inversionistas decide liquidarlo por mal rendimiento. En ese caso, se obtiene una rentabilidad promedio de 8%. Es decir, los resultados podrían estar viéndose como superiores a los que realmente se obtienen al considerar también los fondos que se disolvieron en el camino.
Sin embargo, ¿puede mi inversión verse afectada por el sesgo de supervivencia? Recordemos que las decisiones las toman los gestores. Si se basan en una visión limitada de las rentabilidades del mercado, se podría ver afectado mi rendimiento particular. Por ello, actualmente, los gestores toman ciertas medidas para evitar este sesgo, aunque, aun así, no logran mitigarlo por completo. Estas incluyen el elegir horizontes temporales de análisis amplios, y observar las rentabilidades de todos los fondos existentes desde el inicio del periodo, ya sea que se mantengan o no en la actualidad. Así, se debe buscar reducir cualquier impacto del sesgo de supervivencia sobre los retornos de los ahorristas individuales.
El sesgo de supervivencia se puede observar en diversos aspectos de nuestra vida, no solo en las finanzas, ¿cómo afecta nuestro día a día? La visión del éxito es un claro ejemplo, es este el que te hace visible en la sociedad. Todos queremos ser exitosos o “ser de los que regresan de la guerra”. El sesgo de supervivencia nos enfoca en las historias ganadoras y omite los fracasos. Los medios de comunicación resaltan a aquellas personas que iniciaron un emprendimiento con una computadora y ahora son grandes millonarios. De este modo, generan cierto exceso de confianza en algunas personas, quienes, al buscar su propio éxito, deben enfrentarse a problemas mayores a los esperados y terminan con grandes desilusiones.
Esto no significa que no debamos de ser optimistas. Sin embargo, es importante reconocer que las historias de éxito son personales y no verdades empíricas. Si bien nos motivan a salir de nuestra zona de confort, cada persona, al decidir emprender su propia historia de éxito, está abriendo las posibilidades a enfrentarse a un mundo de problemas y soluciones.
En conclusión, el sesgo de supervivencia puede ser peligroso si no sabemos manejarlo. Este no solo afecta a nuestras inversiones, sino también a nuestra vida diaria. Es importante recordar que lo que no vemos es igual de importante en todos los aspectos de la vida.
Edición: Claudia Barraza