“Piensa diferente”, “Just do it”, “Red Bull te da alas”, “Hay cosas que el dinero no puede comprar. Para todo lo demás, Mastercard” e incluso la pegadiza frase “Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas” son mensajes de posicionamiento para garantizar un espacio importante en la mente del prospecto. No hay marca que no resuma su ventaja competitiva en un eslogan; sin embargo, son pocas las que han sabido utilizar el poder del eslogan para tomar la delantera en el juego.
Más que una frase pegadiza: “El tío Sam te necesita”
Durante la primera guerra mundial, con el objetivo de animar a los ciudadanos a alistarse a las filas del ejército estadounidense, se creó el famoso cartel del Tío Sam (personificación nacional de EE.UU.), señalando al espectador con las palabras “I WANT YOU” (“Te quiero a ti”). Este es quizás el eslogan más famoso de la historia que fue capaz de lograr que millones de norteamericanos decidieran combatir en la Gran Guerra
Un eslogan es más que una frase pegadiza que suena bien; es el mensaje que resume lo que hace diferente a un producto y construye la posición que la marca desea ocupar en la mente del prospecto
El eslogan, además, esconde el principal objetivo de todo negocio: Vender. Cuando Apple le dice a su audiencia “piensa diferente” la está invitando a comprar,; ya que, para creer que pensamos diferente debemos hacer todo lo que hacen quienes creemos que piensan diferente como aquellos que compran Apple.
Desde el nombre, empaque, logo y diseño de producto tienen la finalidad de garantizar que, efectivamente, Apple es una marca diferente para quienes piensan diferente. En otras palabras, el eslogan sintetiza la posición o la primera idea que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en una marca.
Cómo crear un buen eslogan
Una forma eficaz de crear un buen eslogan no es crear algo nuevo y distinto o algo poético e ingenioso, sino; por el contrario, un eslogan potente se debe construir en base a percepciones y/o creencias que ya están en la mente del prospecto en cuestión.
Se trata entonces de establecer conexiones entre lo que la audiencia piensa y/o desea con la percepción que queremos que tenga de nosotros. La clave está en lograr que el prospecto asocie una creencia con la marca.
“Red Bull te da Alas” permite que el público objetivo asocie aventura y riesgo con la marca. Para quien no es el prospecto de Red Bull, el eslogan puede sonar pretencioso e imposible; sin embargo, la única realidad que cuenta es la que existe en la mente del cliente meta.
La marca debe conocer a su público y a la competencia para definir la posición que debe ocupar y después tomarse el tiempo para redactar el mensaje que garantice dicha posición.
En definitiva, el poder del slogan radica en su capacidad de presentar el posicionamiento de una marca, diferenciándola del rival e invitando al usuario a comprar.
Bibliografía
Ries, A., & Trout, J. (2005). Posicionamiento – la Batalla Por Su mente. McGraw-Hill Companies.
Edición: Sol Seguil