Este año se cumplen 75 años de la suscripción de los acuerdos de Bretton Woods, en los cuales se aceptó a la política librecambista como dogma inamovible el método más eficaz para mantener la paz y generar bienestar económico. Es así como se crearon las instituciones encargadas del desarrollo económico, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sin embargo, algo que ya ha sonado mucho es rediseñar esta cooperación internacional per se. Es decir, hoy en día el problema central no es reconstruir los edificios de la ciudad europea promedio; hoy los objetivos de las instituciones están mucho más enfocados en analizar cuáles son los principales factores por los cuales aún existe una gran proporción de pobres en el mundo. Y no me refiero solamente a necesidades en el sentido de no tener los suficientes recursos económicos como para mantener un hogar, sino temas mucho más complejos como el cambio climático o la corrupción.
De esta forma, las cabezas de las instituciones llegaron a la conclusión de que la solución a estos y otros problemas de la sociedad sería brindada por la cooperación internacional entre países de distintos contextos (pobres, ricos, con muchos o pocos recursos naturales), valga la redundancia. A este nuevo enfoque se le denomina como The Age of Ingenuity, también llamado nuevo multilateralismo, y, si bien es una propuesta joven, reúne muy bien a los factores que hoy se investigan a fondo para entender mejor por qué la pobreza es tan persistente en muchos países. En sí, se reconocieron cuatro principios básicos que deberán ser tomados en cuenta si se desea diseñar mejores políticas, con un enfoque mucho más claro en cuanto a eliminación de la pobreza, claro, si es que no estalla la Tercera Guerra Mundial antes.
- Comercio
En muchos países en vías de desarrollo (como el Perú) el comercio, en general, sí es una herramienta vital para aliviar las necesidades de las personas en situación de pobreza. Ejemplos de esto los vemos en las exportaciones que concentran mucha de la mano de obra poco calificada, como los agros.
- Impuestos internacionales
Hoy en día muchas de las empresas multinacionales más grandes del mundo (que facturan en diferentes países) tienen políticas de impuestos diferentes entre sí. El desafío para el policymaker es crear un sistema más uniforme que capture mejor todos los posibles ingresos que el país deba recibir. De esta forma, se garantizaría que estos sean invertidos en planes enfocados a reducir la pobreza.
- Clima
Hoy en día el clima juega un rol clave en el uso correcto de recursos (sobre todo los no renovables) y el bienestar de personas que no pidieron bueno, algunos sí vivir en lugares afectados por la minería o, aún más pintoresco, lugares que en unos cuantos años serán cubiertos por el agua del mar. Ejemplos de esto, para mi sorpresa, son algunas de las ciudades que demuestran prosperidad, como Shanghai, Dhaka o Bangkok.
- Corrupción
¿Por qué la corrupción es un problema más grave del que creemos? El problema, más allá de los recursos que no van a donde deberían, es que aquellas personas que perciben que la economía no funciona para ellos se desconectan de ella y de lo que ofrece la sociedad. De esta forma, personas que reniegan de lo que sucede en su país no desearán cooperar con el mismo, lo cual sí delimita las posibilidades de conseguir nuevas y mejores opciones para solucionar las problemáticas de la pobreza.
En estos cuatro principios podemos rescatar la voluntad por encontrar nuevas maneras de atender el problema de la pobreza y sus consecuencias. Es, en verdad, algo tomado como un nuevo paradigma en la cooperación internacional, en recuerdo de los acuerdos de Bretton Woods mencionados anteriormente. Siendo ello así, no es de extrañar que en el futuro cercano los diseños de políticas, planes de desarrollo económico y acuerdos internacionales tengan una tonalidad diferente en tanto sus enfoques sean sumamente diferente a los actuales. Es, en verdad, el momento de ser ingenioso.
Editado por: Pierina Paytán