“Nuestros papelitos son seres humanos y ese es el llamado que, a pesar del cansancio, y a pesar de todo lo que nos agobia… es el llamado a que juntemos nuevamente nuestras fuerzas”

Pilar Mazzetti, instantes después de juramentar como nueva Ministra de Salud (15 de julio)

Las malas noticias aparecieron en estas semanas, el país registraba la segunda mayor tasa de mortalidad per cápita y una dramática caída del PBI durante el segundo trimestre del año, un 30.2%. La peor caída trimestral de la historia[1]. En medio de este panorama lúgubre, la estrategia tomada por el gobierno fue muy criticada, pues se habría deshecho frente a una “mezcla desafortunada de fenómenos estructurales”, como lo dijo Janice Seinfeld, consultora especializada en políticas de salud. Durante años, la mala gestión no solo ha sido acompañada por riñas políticas sino también por la corrupción, la informalidad que son consecuencias potenciales de una metástasis que invade al sistema: la burocracia. Este mal que no ha buscado mejor oportunidad que la pandemia para cobrar vidas a costa de sus excesos.

LA “REPÚBLICA BUROCRÁTICA DEL PERÚ”

En cuanto las medidas de libre mercado invadieron la década de los 90, era de esperarse el rol de un estado (pequeño, pero eficaz) enfocado en ofrecer servicios de calidad en cuanto a salud, educación y seguridad. Sin embargo, no pasó tanto tiempo para que se fundara la “República Burocrática del Perú”. El 21 de marzo de 2001 se promulgó la Ley del Procedimiento Administrativo General (Ley 27444) cuya posible intención recae en ordenar los procesos administrativos con una sola herramienta. Esta ley, en la práctica ha sido usada para construir una “maraña de trámites, procedimientos y multas con los que el Estado se relaciona con individuos y empresas”, lo que al final desencadenó un incentivo al cobro de trámite o multa (IPE, 2016). Asimismo, el sistema público es conocido por sus largos trámites que han invadido diferentes ministerios a lo largo de estos años. No obstante , en este contexto donde la lucha contra el coronavirus y la reactivación económica son vitales en la agenda, es frustrante ver que las gestiones se vean paralizadas por las sobrerregulaciones y sus consecuencias, sobre todo en ambos sectores: el económico y el de la salud.

EL COSTO DE LA BUROCRACIA

La corrupción e informalidad son parte de la enfermedad estructural del país. En un principio era común ver a la segunda como uno de los principales factores de “la cuarentena fallida”. No obstante, ¿Acaso ambas no podrían ser consecuencias de una mala gestión? En ese sentido ¿la mala gestión no estaría entonces sujeta a esta barrera que la causa?

Es muy común pasarse horas en una cola esperando a que algún trámite inicie, trasladar documentos de una oficina a otra y quizás volver pasados los días para darlo por terminado. Este proceso suele hacerse pesado y para agilizarlo se recurre a una táctica “infalible”, la coima. De esa manera, la corrupción se vuelve en complemento de la burocracia. Esta suele ser la alternativa eficiente para reducir tan lenta transacción y, lamentablemente, la consecuencia de este “mecanismo” es la inequidad para personas de bajos recursos, quienes tendrían más dificultades de acceder a un servicio público eficiente. Esto porque se tienen que cubrir costos ocultos: sobornos y trámites burocráticos, que implican inversiones de tiempo (Yamada & Montero, 2011).

La burocracia ha sido incorporada al lenguaje coloquial en referencia al sistema estatal; no obstante, también está presente en el sistema privado y ambos, en este sentido, están muy relacionados. Este año, el país cayó 8 puestos en el ranking Doing Business donde el indicador más delicado fue el de “Apertura de negocio”, dado que el país obtuvo el puesto 133. Es innegable que los infinitos requisitos legales y permisos redundantes desalientan a emprendedores que prefieren trabajar en “la economía subterránea” y luego irónicamente se preguntan ¿Cómo es que existe un 71% de informalidad? Esa informalidad que fue un principal componente de la crisis sanitaria.

EL ESTANCO DE UNA SOLUCIÓN

Si bien ya se expuso el daño económico que causa la burocracia, existe otra pérdida aún más delicada, la de vidas y ante esto, un ejemplo. Un equipo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) consiguió elaborar una “prueba rápida molecular”, un examen que en solo 40 minutos detectaría si el material genético del virus está en tu cuerpo (a comparación del método molecular que demora 48 horas). La ventaja de esta prueba no solo radica en su eficacia, sino también en su precio, pues cuesta “5 veces menos respecto a la prueba convencional”. Empero, esta solución estatal no está a disposición de los peruanos ni de políticas públicas ¿Por qué? Burocracia.

Edward Málaga y su equipo de científicos.

La indignación se acentúa porque la validación de esta prueba requiere de procesos exhaustivos ante ministerios y direcciones, para que se internalice, se regule y luego sea comercializada. La incertidumbre política fue esencial en este drama; puesto que, la caída de uno y otro gabinete no permitía seguir con los procedimientos. El mensaje que brindó el legislativo no es otro del que las prioridades no están claras en la pandemia, pues al parecer este se esfuerza por generar continuos enfrentamientos y retrasar, aún más, mecanismos que podrían ayudar a salir de esta crisis. 

¿Y AHORA?

Diferentes organismos han propuesto reformas que evitarían trámites complicados. Para la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), es importante eliminar aquellas regulaciones detectadas por Indecopi como barreras burocráticas irracionales. Asimismo, según un estudio del BID, para la reducción de la corrupción y el costo de la burocracia, se recomienda la digitalización de trámites, ya que estas se demorarían 74% menos que los trámites presenciales. La inversión de los servicios en línea implicaría un beneficio a los ciudadanos, empresas y administración pública. Inevitablemente, la pandemia ha obligado a los gobiernos a tomar esta última medida, pero aún es necesario más. Esta carga burocrática no puede seguir arrastrando la competitividad económica, fenómenos estructurales y mucho menos vidas en estas circunstancias.

FUENTES

Montero R. &  Yamada G. (2011) Corrupción e inequidad en los servicios públicos en el Perú (1ª edición). Universidad del Pacífico.

IPE. (13 de Diciembre del 2016) La república burocrática del Perú | Instituto Peruano de Economía. https://www.ipe.org.pe/portal/la-republica-burocratica-del-peru/

IPE. (13 de septiembre del 2005) | Burocracia aumenta y sigue agravando problema de informalidad. Instituto Peruano de Economía. https://www.ipe.org.pe/portal/burocracia-aumenta-y-sigue-agravando-problema-de-informalidad/

Roseth B, Reyes A, Santiso C. (2018) Wait No More: Citizens, Red Tape, and Digital Government. IDB.

Cuarto Poder: https://www.youtube.com/watch?v=FZJ3d704KqA


[1] Según datos del BCRP, se superó la caída trimestral del 20% de la época de la hiperinflación en 1989.

Editado por Isabela García.