“Un viernes de locos” – esa es la mejor manera de describir los anuncios matutinos en Corea el pasado viernes. Un sorpresivo grito de paz entre la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea del Sur), tras una reunión histórica entre Kim Jong Un y Moon Jae-in, se ha vuelto una realidad después de 65 años de guerra. Sin embargo, este acuerdo, seguido por un emocionante abrazo entre ambos líderes de la Península coreana, trae consigo varias dudas: ¿Qué es lo que significa realmente la firma del acuerdo? ¿Llegará a ser cumplido? ¿Qué beneficio trae para ambas partes?
Antes que nada, pongámonos en contexto y retrocedamos al año 1950, cuando empezó la Guerra de Corea. Al igual que múltiples conflictos durante la Guerra Fría, este surgió a partir de la división ideológica de la Península de Corea, pues el norte estaba bajo la supervisión de la Unión Soviética y el sur bajo la de Estados Unidos. Aunque se buscó reunificar ambas partes, la diferencia ideológica llevó a que el norte invadiera el sur, lo que dio inicio a una guerra cuya paz no se firmaría hasta días atrás. Sin embargo, en 1953 se firmó un armisticio que establecería una línea divisoria entre ambas partes en las que no se pondrían tropas en un ancho de 4km – hoy en día esa frontera es conocida como la Zona desmilitarizada de Corea (ZDC).
Si bien desde entonces no ha habido una confrontación armada, la tensión política seguía presente, con ambas partes considerándose los legítimos gobernantes de toda Corea. Y así, en el 2017 vimos cómo esta tensión creció debido a la constante amenaza de Norcorea de usar sus misiles nucleares, lo que terminó involucrando también a a EEUU y al presidente Trump. Así pues, la noticia de las pruebas nucleares estaba en las mentes de todos, mientras nos imaginábamos un botón de “Presione para iniciar la siguiente Guerra Mundial” encima de la Península.
Así pues, esta paz en la región llegó para la sorpresa y tranquilidad del mundo, al tener a ambas partes del conflicto comprometiéndose por la desnuclearización de toda la Península. Pero… ¿Qué tan factible es que realmente se cumpla? La duda surge por la reputación de DPRK que desarrolló con acuerdos de desnuclearización previos:
- 1992: Acuerdo entre las Coreas
- 1994: Acuerdo con EEUU
- 2005: Acuerdo con China, Rusia, Japón, Corea del Sur y EEUU
- 2012: Acuerdo con EEUU
Entonces, ¿realmente se puede cantar victoria? Algunos opinan de manera positiva considerando hechos sin precedentes vistos en esta negociación. Por ejemplo, cómo Kim llamó a Corea del Sur por su nombre diplomático – República de Corea – reconociendo así la legitimidad e independencia de dicho país.
¿Qué se está prometiendo? Con la firma de este acuerdo las partes no solo prometen la desnuclearización de la región, sino también implementar todos los acuerdos existentes entre las dos partes. De igual forma, el acuerdo llama a un proceso de reconciliación y co-prosperidad entre ambas partes, llegando a acordar en unir a las familias separadas durante la separación de la península. Ahora bien, este acuerdo de 4 páginas también ha sido criticado por su falta de contenido, especialmente en el tema de la desnuclearización, ya que no se especifica ningún timeline ni estructura que seguiría dicho proceso. Es más, Hong Joon-pyo, líder el Partido Liberal de Corea, criticó a Moon a través de sus redes sociales afirmando que el presidente solo había “copiado las palabras de Kim” para firmar algún acuerdo.
Sería de esperarse que con la resolución de este acuerdo las puertas del país del norte sean abiertas al mundo.Sin embargo, por el modelo económico del país, este puede ser un proceso más largo. No obstante, el impacto económico que tendrá este proceso de reconciliación en el norte, a partir de los pagos de dividendos de paz, se espera que mejore las condiciones de vida en dicho país. En este tema, la opinión mediática entre ambos países muestra grandes diferencias. Mientras que en el sur se habla de la posibilidad de reunificar todo Corea, en el Norte el periódico Rodong Sinmun dedicó 4 páginas a explicar los beneficios que traería la paz para el país, especialmente en el comercio.
Para terminar, creo que vale mencionar como siempre se puede ver el futuro como algo incierto. Si bien aún se ve gris la posibilidad de una reunificación en la región o una total desnuclearización para fines del año, vale estar orgullosos del avance que estos dos líderes políticos (Moon y Kim) están realizando rumbo a la paz. Dejar de lado las diferencias, especialmente ideológicas, no es fácil; como dijo el presidente norcoreano en la reunión después de cruzar al sur y vuelta al norte junto con Moon: “Cruzar la línea de demarcación era tan simple y, sin embargo, tardó 11 años en llegar a este momento histórico”