Ostenta la liga de fútbol profesional más famosa de todo el mundo, es descendiente de uno de los imperios más grandes de su época y, sin embargo, España también es un claro ejemplo acerca de cómo manejar incorrectamente un asunto tan delicado como lo es una secesión. Y es que el reconocimiento de una comuna autónoma, Cataluña, como una República totalmente soberana es un tema tan sensible que se necesitó una acción colectiva de toda la población para que el caso se ponga a referéndum. Veamos de qué trata este tema y por qué marca un precedente en cuanto a gestiones geopolíticas tan delicadas.
La independencia catalana es un tema sumamente sensible! En primer lugar, tenemos a los que buscan la independencia de la región. Este grupo alega que la independencia le brindaría a la región catalana la posibilidad de desprenderse de la política económica española. Este es el punto más fuerte del argumento dado que, como ya se sabe, en los últimos años los manejos políticos y económicos no han sido del todo auspiciosos; es decir, la población catalana ha llegado a comprender que reciben menos del Estado Español de lo que aportan. Esto se da porque, como parte de España, Cataluña es uno de los mayores contribuyentes al fisco español, ya que es una de las regiones con mayor producto de todas. Adicionalmente, otro punto fuerte del independentismo catalán es que una Cataluña totalmente autónoma sería mucho más eficiente al momento de plantear nuevas políticas para sus ciudadanos. Pero tal vez el argumento más interesante expuesto por los catalanes es que estos no se perciben españoles, sino que sienten que sus manifestaciones culturales y sus tradiciones han sido apropiadas por el Estado Español. Dentro de estas se reconoce al idioma catalán, no válido para procesos judiciales o la educación primaria, por ejemplo. Es muy importante saber, también, que el movimiento independentista catalán ha sido muy afectado por distintos movimientos terroristas que promueven el separatismo, de entre estos, resalta ETA (que aboga por la independencia del País Vasco).
Luego se tiene a los que buscan la cohesión de la nación española, quienes dicen que Cataluña debe seguir anexa al Estado Español por un factor de continuidad histórica; es decir, llevan más de 500 años juntos. Otro argumento se basa en la constitucionalidad de la unión catalana al Estado Español (ratificada por 90% de la población catalana adulta), aunque esta actualización date de 1978. En cuanto al punto de vista económico. Ya se vio que muchas empresas han buscado alternativas para salirse del escenario español, ahora sumido en la incertidumbre total. A esto se le suma el hecho de que la bolsa de valores española, tras el referéndum del 1ero de octubre, registró una dura caída, no vista desde la salida de Inglaterra de la UE, hacia el año pasado. Específicamente, esta caída se vio – y se sufrió – en el IBEX 35, el cual registró su mayor caída (-2.85%) desde el BRIX BREXIT, en 2016. Otros indican que sería contraproducente ya que tan solo esa región saldría de la Unión Europea y la Unión Económica Monetaria (o sea, se la Eurozona), lo cual significaría un retroceso en el proceso de integración ya emprendido por más de 20 países hace más de 20 años. Finalmente, el argumento más interesante de este punto de vista es que, de prosperar una secesión catalana, se enmarcaría como ejemplo para otras regiones que busquen su separación de sus naciones nodrizas – resaltan Escocia o Baviera – lo cual causaría una suerte de involución en toda Europa, al volverla – como lo fue hace mucho tiempo – un continente sumamente segmentado, con harta abundancia de micro-estados que a duras penas podían mantenerse.
Como se ve, ambos enfoques tienes sus puntos válidos. Y, como se acostumbra en cualquier democracia, se sometió hace poco (el 1ero de octubre para ser específico) a un referéndum de autodeterminación para tomar una decisión definitiva. El sufragio se basaba en una simple pregunta, clara y concisa:
¿Quiere que Cataluña sea un Estado Independiente en forma de República?
Octubre llegó, se dio el referéndum y surgió una nueva controversia. ¡Resulta que toda la gestión carecía de legalidad! Y es aquí que se abren dos nuevas vertientes: (i) los que alegan que, por la misma constitución española, una secesión no está contemplada de ninguna manera y (ii) los que alegan que el concepto de autodeterminación de una nación está por encima de lo que diga la constitución. Y en estas siguen hasta ahora.
En fin, la Madre Patria no ha estado llevando muy bien el asunto de Cataluña e incluso hace que los que vemos el caso desde el exterior simpaticemos con la posición catalana. Y aquí es que se sigue debatiendo; pues, si bien se comprobó que el referéndum sí fue ilegal, los stake-holders todavía sopesan si es que la secesión catalana es plausible dentro de los límites de la constitución. Usted, estimado lector o lectora, tiene la última palabra, al escoger si es mejor estar unidos para lograr el objetivo o vivir según lo que nuestra identidad lo demande.