Hoy en día, no es noticia que la expansión mundial del coronavirus sea un problema al que esperamos pronto las autoridades encuentren solución. Lo que sí resulta interesante llegado a este punto son las lecciones, para una sociedad como la peruana, que nos deja este tema. ¿Qué tenemos, como peruanos, que aprender de este nuevo coronavirus? Esa es la pregunta que hoy nos interesa.
En primer lugar, una clara reflexión para los peruanos que deja el tema del nuevo coronavirus es la importancia de mantener una buena higiene y cuidar de nuestra salud. Lamentablemente, cuidar la salud personal no recibe la importancia suficiente en el Perú, pero ¿realmente se puede vivir tranquilo en una comunidad así? Con el brote del nuevo coronavirus vimos que no. Si no se le da la relevancia necesaria a la higiene personal y al cuidado de la salud, la aparición de cualquier virus o bacteria podría ser letal en cualquier sociedad. Por tanto, es necesario cambiar ciertas conductas: Por el lado de la higiene, lavarse las manos constantemente (sí, con agua y con jabón), cepillarse los dientes y bañarse a diario (¡haz el esfuerzo!). Respecto a la salud personal, hacerse chequeos médicos y comer sano. Entonces, el nuevo coronavirus ha demostrado que es fundamental mantener una buena higiene y proteger nuestra salud.
Por otra parte, una importante lección tras la aparición del nuevo coronavirus es la necesidad de entender que nuestras acciones pueden afectar a los demás. Sabemos que la expansión del virus se originó por el contacto de seres humanos con animales infectados y pese a que la intención pueda no haber sido mala por parte de las primeras personas contagiadas, lo cierto es que tenemos que tomar conciencia sobre la estrecha relación entre la salud pública el civismo: nuestras acciones pueden atentar la salud de la sociedad. Por ejemplo, el consumo público de cigarrillos convierte a muchas personas en fumadores indirectos. Lamentablemente, en el Perú, los niños, mujeres embarazadas y ancianos con un estado delicado pueden ser seriamente afectados por este tema. Además, es común ver por las calles limeñas animales abandonados (sobre todo perros y gatos) que causan molestia a muchos ciudadanos por dejar suciedad en la calle y por los malos olores que esto último implica. Parece algo exagerado, pero no lo es pues estos animales abandonados que andan rondando libremente por las calles no cuentan con aseo ni atención médica y tranquilamente pueden transmitir enfermedades a otros animales o peor aún, a seres humanos. Debemos tomar el brote del coronavirus como una oportunidad para darnos cuenta como ciudadanos de la importancia de pensar en la sociedad antes de meter la pata.
Una última reflexión para los peruanos, tras la expansión del coronavirus, es la urgencia de mejorar el sector salud en el país. China, siendo una de las mayores potencias económicas del mundo, está teniendo dificultades para controlar el coronavirus, entonces, ¿te imaginas cómo sería la situación si el coronavirus se hubiese iniciado en el Perú? Probablemente sería un escenario desastroso pues, aceptémoslo, el sistema de salud en nuestro país es deplorable. ¿Cómo es posible que sea más rápido cruzar toda la Javier Prado a las 6pm que sacar una cita en el hospital? ¿Cómo es posible que el personal administrativo de los hospitales permita tantas demoras con excusas como “se nos cayó el sistema” o “la enfermera está de vacaciones”? Desafortunadamente, la falta de camillas, de organización, de especialistas y de compromiso con el trabajo abundan en el Perú y ni qué decir de los que solo buscan lucrar con la salud pública. Ojalá entendamos que el nuevo coronavirus nos está diciendo a gritos que nuestro sistema de salud requiere ser reestructurado.
Las lecciones que deja el nuevo coronavirus son valiosas para los peruanos: cuidar de la higiene y la salud personal, considerar las consecuencias de nuestras acciones sobre la sociedad y considerar urgente una mejora en el sector salud. Así, esperemos que por tu salud pienses antes de comer una hamburguesa de la tía veneno, que tires la basura donde corresponde y que ojalá, si la madre de un bebé quiere sacar una cita en el hospital, que no se la den cuando el niño ya esté en quinto de primaria.