Hola. Soy Anónimo y soy economista. Y como tal, quisiera hablarles de mi ciclo de vida universitaria. Pues como agente representativo que soy, tal vez muchos de ustedes se identifiquen como tal. El ciclo de vida universitario de un economista es similar a la hipótesis del ciclo de vida de Franco Modigliani (1988). ¿Por qué? Es simple. Modigliani (1988) planteaba que se debe trabajar a lo largo de la vida útil para luego gozar de los beneficios acumulados en tu jubilación. Nosotros, los economistas, estudiamos arduamente a lo largo del ciclo universitario para luego embriagarnos a más no poder disfrutar de nuestros conocimientos adquiridos y jactarnos de ser los mejores pagados según el portal Ponte en Carrera.
Un estudiante promedio de Economía acumula conocimientos y habilidades que se van formando en distintas etapas de su vida universitaria. La primera etapa es cuando somos grandes soñadores, “hijos de Adam Smith”, estamos en pañales y enfrentamos matemática básica y economía general para bebés #Eco1TuTerror. Si todo va de acuerdo a la malla jaja como si eso pasara en la vida real, dejamos nuestra primera infancia y pasamos a la pubertad con una buena iniciación: Microeconomía #HueleABica. Esta es la segunda etapa. Aquí, nos cuestionamos bastante sobre qué es mejor: ¿variación equivalente o variación compensatoria? ¿Hicks o Slutsky? ¿La #Bica o traslado mi talento?
Seguimos siendo estudiantes, pero al cuestionarnos y plantear posibles respuestas como “depende xd”, vamos en camino hacia nuestra adultez. La madurez en la cual empezamos a asumir que somos agentes representativos y racionales que toman decisiones para optimizar nuestra función de utilidad doblemente diferenciable con la primera derivada positiva y la segunda, negativa. Puesto que presentamos retornos marginales decrecientes #NoEntendí #ApuTampocoLoEntiende.
El sueño de ser Dios economista sigue. Y comenzamos a ver Macroeconomía, donde entendemos que detrás de las variables agregadas existen microfundamentos, en los cuales somos partícipes y que el mercado equilibrado no es otra cosa más que una unión de equilibrios. Un equilibrio parcial y otro general que hasta ahora no entiendo la diferencia, pero lo pongo para tirar tafin. Las herramientas son cada vez menos fáciles de entender y se necesita acumular conocimientos en magnitudes exponenciales. Las sombras se asoman y la “bica” nos da poder espera ansiosa.
Pero no seríamos buenos economistas si no contamos una historia con un modelo económico aplicado y microfundado que respalde nuestra teoría, ¿verdad? Pues bien, como se mencionó anteriormente, nuestra vida universitaria nos ayuda a acumular conocimientos y habilidades. Estas nos preparan para nuestro desempeño laboral futuro. ¿Y cómo se asocia con Modigliani?
Primero, se asume que un estudiante de Economía estudia durante z años. En teoría, z debería ser igual a cinco pero eso nunca pasa. Sin embargo, existen diversos shocks por los que esto no sucede como “la bica”, “la trica” o la carta al decano #NoMeBoten o el irse de intercambio. Segundo, se asume que n es el total de años que dedica a la carrera, de modo que n – z representa el total de años que trabaja. Tercero, por simplicidad, se asume que el conocimiento adquirido durante los años de estudio (C) y el conocimiento empleado en el trabajo (A), son constantes.
Definido esto, se determina el conocimiento necesario que debe adquirir el economista durante su carrera universitaria para no dar roche aplicarlo en el trabajo. Así, igualamos el valor presente del conocimiento adquirido en la universidad y el valor presente del conocimiento aplicado en la “chamba”. Asumiendo que las tasas de descuento (subjetivas y objetivas) son iguales a cero, entonces: nA = zC. Por ende, A=(z/n)C, lo que implica que el conocimiento que aplicamos en el trabajo deriva de lo que aprendemos en los años que estamos en la universidad.
Entonces, ¿Cuánto conocimiento debemos adquirir estudiando? Para responder a esta interrogante, primero analicemos C y A antes y después de z, año después del cual empieza la esclavitud empiezas a laborar. Si t≤z, entonces el conocimiento acumulado (en forma de ahorro) es:
Si t>z, dejas de acumular conocimientos teóricos y pasas a aplicar lo aprendido. Esto se mostraría a modo de un “desahorro” equivalente a:
La acumulación de conocimientos se genera tantos años como estemos en la universidad bajo el supuesto que en el trabajo sólo aplicamos lo aprendido (sí, ya sé que no se adapta a la realidad, pero soy economista y hago supuestos, #DéjameSer). Por su parte, la aplicación de conocimientos se da tantos años como se trabaje. En el equilibrio, debería pasar que:
Por lo tanto, la suma del ahorro total y el desahorro total de conocimientos es igual a cero. Esto significa que el ahorro de conocimientos en la universidad será totalmente empleado en el trabajo. ¿Y esto qué implica? Pues que el conocimiento que acumules en la universidad producto de atender a clases, asistir a tus prácticas dirigidas y no faltar por estar dizque ayudando a l@s cachimb@s e interiorizar lo aprendido, será el que apliques en el trabajo #AhoraSíEstudio.
Bueno, pero esto se aplica a cualquier trabajador con un título universitario. ¿Cómo se diferencia un Dios economista del resto de mortales profesionales? Supongamos que el conocimiento acumulado difiere entre agentes. Entonces, podremos observar diferentes disciplinas con diferentes approaches para la resolución de problemas que implican un stock de ahorro variado. Dado que el esfuerzo necesario para nuestra carrera puede ser es muchísimo mayor, probablemente debamos acumular más conocimiento debido al arduo entrenamiento. Eso explicaría, en parte, el retorno salarial a nuestro trabajo… ¿o no? #ClaroPeMascota
Editado por: Sofía Flores
Referencias:
Modigliani, F. (1988). “Life Cycle, Individual Thrift, and the Wealth of Nations” (Nobel Lecture). En Macroeconomics and Finance: Essays in Honor of Franco Modigliani, editado por R. Dornbusch, S. Fischer y J. Bossons. Cambridge, Mass., EE.UU.: MIT Press.