A lo largo de la historia, la música ha tenido diversas fuentes de inspiración. Quizá una de las más comunes sea el amor. El amor, el amor, el amor… Pero, ¿a qué nos referimos con el amor? ¿Cómo es que se expresa a través de la música? ¿Es el odio lo opuesto al amor? Trataremos de reflexionar con música, y veamos con lo que descubrimos.
En la actualidad tenemos una predisposición a tener una aproximación al amor desde un punto de vista romántico, pese a que existen otros tipos de amor. Sin embargo, a través de la música se han expuesto otros amores. Pero antes de ir con ello, considero muy importante ver cómo abordamos la cuestión.
¿Qué es el amor? En términos generales es una narrativa, como lo define el filósofo argentino Darío Sztajnszrajber. En otras palabras, es una historia. Pareciera que en cierto modo el amor es una forma de autorealización. Pero ese realizarnos excluye al otro. Hacemos del otro más cercano a lo que somos, para que nos cuadre, para exista el encaje perfecto –aunque esté encorsetado por los esquemas de la monogamia y el patriarcado– y concluir con la conclusión del arquetipo de la media naranja.
Olaya Sound System nos habla aquí del amor desde lo colectivo al enunciar que “necesito a mi gente”. Podemos ver que en la narrativa que se va construyendo, para la liberación del “bajón”, es honesto admitir que nos percibimos desde la carencia, siendo en este caso “la colectividad” la entidad que nos va a devolver el ánimo en tiempos tan difíciles como los que transcurren.
¡Esto es brillante! Nos descubrimos como carentes de algo, que solo el amor en su forma de colectividad y amistad podrá llevarnos a la realización. Ahora, bien es sabido que el lenguaje es un constructor de realidades, pero también una forma del ejercicio del poder. Esto se debe a que existen muchas cosas que pueden no ser expresadas por las palabras. En nuestro afán por lograr definir las cosas a través de las palabras, recortamos la realidad y la proyectamos. Un ejercicio del poder es un ejercicio político. Es por esto que las figuras literarias se han convertido en un clásico recurso dentro de la lírica musical.
El ejercicio lingüístico que realiza Taylor Swift en esta canción es admirable. Utiliza las anáforas (repeticiones) para que aclare un sentir específico que desea compartir a través de la narración de una historia. Nuevamente, una narrativa. Pero siempre estamos sujetos, Taylor Swift está sujeta a la elección de las palabras que escoge para representar lo que siente. Nos presenta al amor como una sola cuerda que, más allá de sostener la narrativa, es humanización de un objeto para representar lo que la une a ella con el ser amado, aunque habla de él en pasado.
Aludiendo a la estética musical y al recorrido de la canción, se sabe que es un amor que ya no está presente. Vuelve el estado de carencia. Sin amor somos carentes. En otra de las canciones de la propia Taylor (del mismo álbum) llamada “august” nos encontramos con otra visión del amor. “Nunca fuiste mío” es la frase que nos otorga una mirada del amor desde y como la posesión. ¿Podemos afirmar que poseemos a alguien?
¿Por qué el amor es una narrativa? Porque el amor es algo que contamos. Siempre se presenta como una historia que o nos contamos a nosotros mismos, o se la contamos a nuestros más allegados. Reflexionando sobre lo que es el amor en sus diversas formas de expresión, pareciera que está atravesado siempre por el “mira todo lo que pasamos juntos(as)”.
Ahora, la siguiente pregunta es: ¿existirá algún amor que no apunta a realizarnos? ¿Vale decir, que no haga de la otra persona un ser más cercano a nosotros, sino que siga siendo ella (o él) con todo lo que eso conlleva? ¿Estamos dispuestos a aceptar un sentimiento que nos despoje de nuestra realización? Es decir, ¿podemos desear lo mejor para el otro, aún siendo la situación de que la otra persona no nos desee como parte de su vida?
Coldplay, cuarteto británico que está por lanzar un nuevo disco, nos presenta esta desgarradora visión del amor. Desde una vieja canción llamada “What if”, se evocaba la idea de que está bien si el ser amado se va, “¿y qué? Está bien”. Parece ir camino hacia una visión más desprendida del amor. Sin embargo, en “True Love” se habla del amor como mentira. Parece realizarse un decir bastante común entre varias personas: “el amor no existe”. Ante ello, Chris Martin se resiste y en un último esfuerzo saca a relucir al ser amado que le diga que lo ama, “y si no lo haces miénteme”. Tal vez muchos digan: “¿tan desesperado?”. Tal vez en el fondo haya que reconocer que es una forma de vivencia y de expresar esta narrativa.
¿Es el amor una mentira? ¿Podemos probar que es una mentira?
No, no es posible probar una mentira en tanto uno, y si se logra probar con evidencias, debe definirse la existencia de voluntad en el acto. Es decir, si fue adrede o por nuestro bien. Por ello, pensar en el otro desde el amor resulta complejo, porque hace falta repensarlo desde nuestra mismidad. El ejercicio final es la deconstrucción del amor canónico, socialmente tipificado, y cuestionarnos su definición para –finalmente– amar de verdad.
En momentos tan polarizados, hace falta recordar cómo es que el filósofo Jacques Derrida habla sobre el amor y concluye, sobre las políticas de la amistad, que el amor y la democracia son siempre del otro, es decir, el que no es como yo, el que no me cierra, el que es diferente. Tal vez haya que repensarnos en la metáfora del nómada del mismo filósofo, en donde todos somos nómadas en el desierto, un lugar árido, representación de la carencia y la escasez.
Podemos concluir de forma inequívoca que el amor sale de nosotros y se dirige hacia un otro que lo queremos más nuestro. Es en ese sentido que el amor siempre es del otro. Todos tenemos un rumbo, y tal vez en algún punto nos encontramos en algún abrevadero, pero luego nuestros caminos seguirán, y el azar de la vida definirá si es que nuestras rutas coinciden o se bifurcan sobre el horizonte.
Pero quisiera saber, cuando hablan del amor, ¿en qué piensan? ¿cuál es la primera canción que se les viene a la mente?
Edición: Kelly Pérez Valenzuela.