¡Empezaron las clases! Nuevos cursos, nuevos amigos y quizás también, nuevas aulas. Si eres de los que llegan temprano, tienes una oportunidad que tal vez antes no divisabas y que este ciclo podría volverte el #1 en tu vida académica. Lamentablemente, esto sólo aplica en la académica porque, admitámoslo, no existe tal magia en la vida amorosa #YLoSabes #AhoraDiloSinLlorar.
Busca en lo más profundo de tu memoria, seguro recuerdas tus años de cole, cuando tus tutores eran los que decidían a inicio de año dónde te ibas a sentar. Molestoso, ¿no? Tener que verte la cara con gente que ni te caía bien #AUnMetroDeDistanciaPls. Sin embargo, tuviste la venganza que necesitabas en la universidad, pues esta vez podías decidir exactamente el sitio perfecto para pasar las clases durante todo el ciclo (siempre que llegues temprano) #NoALaTardanza #VueloEnFaltas. Sin embargo, una pregunta interesante en este contexto es… ¿estás escogiendo bien el sitio donde te estás sentando?
Quizá para ti es una pregunta muy poco trascendental, quizá le des más peso a la elección de tu bebecit@ almuerzo de ese día (?). No obstante, muchos investigadores se cuestionan la importancia de cómo los grupos de estudiantes se distribuyen en los espacios de clases y cómo esta decisión tiene efectos en el rendimiento de los alumnos. Esto último podría ser muy importante para ti #EsteCicloSí #QuieroElTercio.
Algo que no se dice mucho, pero que se piensa a menudo en cuanto a la distribución de los alumnos en el aula es que los más #chancones suelen sentarse adelante. Los que participan algo, en el medio y, en la parte de atrás, las personas que sólo quieren dormir o sacar su laptop no tienen mucho interés en el curso (?) #SoyYo #SoloQuieroDormir #NoMásClasesDe7:30AM. Perkins y Wieman (2005) estudiaron las percepciones de los profesores en cuanto a notas y sitios en el aula. Los resultados se graficaron tal y como se muestra debajo. Como se observa, la percepción de que los alumnos con mejor rendimiento suelen sentarse adelante y los que poseen bajo rendimiento, atrás queda totalmente confirmado.
Gráfico N°1. Percepciones de los profesores de notas según la localización en clase
Fuente: Perkins y Wieman (2005)
¿Pero qué tan cierto es esto? En principio, se pensaba que los rasgos de los estudiantes que se sentaban en las primeras filas eran factores importantes para su rendimiento. Por ejemplo, se pensaba que estos poseían mayor autoestima y tenían más confianza en sí mismos. Por ende, se sentían más motivados a participar de la clase, aprender y, en lo posible, sobresalir en la misma.
No obstante, Stires (1980) cambió un poco estas respuestas. A través de evaluaciones experimentales, el autor encontró que, a pesar de asignar la posición de los alumnos de manera aleatoria, el fenómeno de ‘más adelante à mejores notas’ se seguía repitiendo. Por tanto, no era un efecto puro asociado a las características del alumno, sino que el lugar que este ocupaba en la clase tenía un efecto directo en su rendimiento académico.
Todos ocupando las primeras filas en 3, 2, 1…
Asimismo, Marshall y Lonsoczy (2010) analizaron la evolución de 70 clases durante 15 años. A través de este estudio, los autores confirmaron que los estudiantes que preferirían sentarse en el área central de la primera fila participaban más y tenían mejores resultados. Sin embargo, no encontraron una correlación entre los demás sitios con el rendimiento, en general.
Por otro lado, Smith, Hoare y Lacey (2018) estudiaron un poco más este tema, y llegaron a la conclusión de que existían 4 grupos importantes de razones por las cuales los alumnos elegían un lugar: i) Amistad, ii) Razones audiovisuales iii) Para mostrar compromiso con el curso y iv) otros como “me gusta estar cerca de la salida para salir más rápido”. Asimismo, hubo, aunque en menor cantidad, alumnos que preferían sentarse atrás para evadir el contacto directo con el docente.
Gráfico N°2. Distribución de sitios en clase del alumnado dependiendo de sus preferencias
Fuente: Smith, Hoare y Lacey (2018)
Es importante mencionar también que el estudio no recomienda exponer a los alumnos tímidos o suprimir a los más activos, pues podría traer efectos contrarios a los que se querría llegar en principio. Podría ser más bien perjudicial para la educación de cada uno (y del grupo). Asimismo, una buena noticia para los #amigueros en clase, pues según el estudio las personas que se sientan juntas en clase por amistad suelen tener promedios más altos que la media y notas muy parecidas.
En conclusión, numerosos estudios encuentran correlación entre sentarse en las primeras posiciones en clase y tener mayor rendimiento académico, aunque esto no debe ocurrir a la fuerza pues puede tener el efecto contrario. Además, podría ser beneficioso que algunos estudiantes permanezcan en grupos de amigos. A fin de cuentas, si ahora te sientes súper motivado con esta nueva idea y sientes que nada te detiene, hazlo, ve a esa clase tempranísimo, guárdalo o que te guarden sitio tus patas. Con seguridad, serás un buen agente racional e introducirás esta nueva información dentro de tu función de reacción para que este ciclo tu promedio se vaya hasta arriba y el perreo hasta abajo.
Editado por : Camila Rodríguez Morante
Bibliografía
Douglas Marshall, P., & Losonczy-Marshall, M. (2010). Classroom Ecology: Relations between Seating Location, Performance, and Attendance. Psychological Reports, 107(2), 567–577. https://doi.org/10.2466/11.22.PR0.107.5.567-577
Marshall,P.D, Lonsoczy,M (2010). Classroom ecology: relations between seating location, performance, and attendance.
Smith, D. P., Hoare, A., & Lacey, M. M. (2018). Who goes where? The importance of peer groups on attainment and the student use of the lecture theatre teaching space. FEBS open bio, 8(9), 1368-1378. doi:10.1002/2211-5463.12494
Stires, L. (1980). Classroom seating location, student grades, and attitudes: Environment or self-selection? Environment and Behavior, 12(2), 241-254. http://dx.doi.org/10.1177/0013916580122008