Cada día surgen nuevas dietas que prometen resultados instantáneos, ¿quién no desearía bajar de peso sin mayor esfuerzo? Una de las maneras más conocidas es la dieta cetogenica (o dieta keto en su forma abreviada del inglés). Una simple googleada nos arrojará cientos de resultados informativos y testimonios de personas que llevan a cabo esta dieta con la esperanza de lograr resultados positivos para eliminar esos rollitos bajar de peso. Sin embargo, la controversia alrededor de ella incrementa debido a sus diversos efectos y en este artículo les explicaré las dos caras de la moneda.
Primero, una dieta cetogénica está caracterizada por tener un bajo aporte de carbohidratos y un gran aporte de proteínas y grasas. ¿Comer grasa para bajar de peso? Sí. Esta “contradicción” se respalda en la forma en la que nuestro cuerpo obtiene su energía
Para realizar todas tus actividades del día tu cuerpo necesita energía la cual obtiene a partir de los alimentos que nosotros ingerimos. La principal fuente de energía que el cuerpo utiliza son los carbohidratos. Pero después de aproximadamente 3 horas, el cuerpo ya agotó todo el suministro de energía proveniente de este grupo de alimentos. No obstante, el cuerpo aún necesita conseguir energía para seguir funcionando y esta la obtiene a partir de las grasas, las cuales podríamos decir son su segunda opción. Después de utilizar las grasas como energía, finalmente, el cuerpo empieza a conseguir energía de los músculos, es decir de las proteínas. Utilizar las proteínas es el último recurso de nuestro cuerpo, ya que no nos conviene empezar a disminuir nuestra masa muscular, pero cuando al cuerpo no le queda de otra, opta por este recurso.
Entonces, ¿qué sucede cuando empezamos una dieta keto? ¿Por qué hay una disminución en el peso al seguir esta dieta? Al ser muy baja en carbohidratos nuestro cuerpo no va a tener un buen suministro de su principal fuente de energía. Como consecuencia, se optará por utilizar el plan B: degradar lípidos y músculo para obtener la energía que se necesita. Por eso, después de algunos días, las personas siguiendo esta dieta notarán una reducción en su peso, pero esta no se debe únicamente a la degradación de grasas almacenada en nuestro cuerpo, sino que también habrá perdido masa muscular debido a la necesidad del cuerpo por consumir más energía.
Pero, un aspecto importante a tomar en cuenta es el hecho de que nuestro cuerpo no puede obtener su energía de manera indefinida de estos dos sitios. Pues, como todo en esta vida, la utilización de lípidos y proteínas tiene un límite, y cuando el cuerpo llega a ese extremo, empieza a producir cuerpos cetónicos. Los cuerpos cetónicos son compuestos producidos por nuestro organismo para poder proveer energía al cerebro cuando la utilización de grasas para obtener energía llega a su límite. La producción de estos compuestos es de donde proviene el nombre de la dieta cetogénica.
El cuerpo solamente produce estos compuestos en circunstancias “extremas”, ya que son tóxicos y pueden llevar al cuerpo a un estado que se conoce como cetosis. Cuando nuestro cuerpo llega a este punto pueden empezar a presentarse problemas a nivel hepático, renal y cardiaco. Asimismo, puede producir síntomas como náuseas, vómitos, dolores de cabeza y mareos.
Pero sucede que esta dieta no es del todo mala, pues se ha utilizado como tratamiento en distintas patologías como obesidad, síndrome de ovario poliquístico, acné, cáncer, y pacientes epilépticos, mostrando en algunos casos un resultado satisfactorio. A pesar de ello, igual se ha reportado que utilizar esta dieta podría llevar a desarrollar las consecuencias negativas descritas en el párrafo anterior, por lo cual su uso continúa siendo un tema muy controversial. En caso de padecer alguna de las patologías anteriormente mencionadas es importante que si optas por esta dieta la realices con acompañamiento de un nutricionista, ya que una mala implementación de esta puede resultar perjudicial para nuestra salud.
Finalmente, es por ello que la dieta cetogénica no es la opción más saludable cuando una persona sana busca perder peso; pues, como ya hemos visto, a pesar de que sí ayuda a reducir medidas, trae consigo muchas consecuencias negativas a largo plazo. Si tu objetivo es ponerte fit y perder algunos kilitos, no es necesario probar ninguna “dieta milagrosa” para lograrlo, solo es necesario aprender a llevar una vida más saludable con una alimentación balanceada que se adapte mejor a tu estilo de vida.