Este último año ha sido una batalla constante contra el SARS-CoV-2, pero también contra la desinformación masiva y las famosas “fake news”. Cada día aparece una cadena de Whatsapp que asegura haber encontrado la cura milagrosa o el mejor método preventivo. Uno de estos temas controversiales ha sido el uso de la ivermectina. Sin embargo, antes de creer lo primero que vemos en los medios de comunicación, debemos saber ¿Qué es la ivermectina?, ¿qué dicen los estudios clínicos?, ¿realmente previene la COVID-19? 

La ivermectina es un antiparasitario que se usa para tratar infecciones como la oncocercosis, helmintiasis y sarna. Su compuesto activo modifica los canales de sodio de los parásitos, como los ácaros de la sarna, lo que les causa parálisis y, en consecuencia, su muerte. Esta se empezó a promover como “cura milagrosa” contra la COVID-19 después de que en marzo del 2020 un grupo de investigadores australianos publicaron un estudio titulado “The FDA-approved drug ivermectin inhibits the replication of SARS-CoV-2 in vitro” (“El fármaco ivermectina aprobado por la FDA inhibe la replicación del SARS-CoV-2 in vitro”).

El título suena prometedor, pero hay que analizarlo con detenimiento para saber qué nos está diciendo. Las palabras claves para comprenderlo son in vitro, lo que significa “en condiciones de laboratorio”. Para esta investigación se usaron cultivos de células infectadas por el virus Sars-Cov-2 a los que se le administraron ivermectina. Observaron que en estas células tratadas con el medicamento, la replicación del virus se redujo hasta en 5000 veces. Esto suena increíble, por lo que se la utilizó para apoyar la idea de que la ivermectina sí se podría usar para tratar la enfermedad. 

Pero, ¿cuál es el problema? En primer lugar, el estudio se hizo en células, lo que no significa que en seres humanos funcione igual. En segundo lugar, para poder detener la replicación del virus se requirió dosis hasta 100 veces superiores que las aprobadas para el uso en personas, por lo tanto sería tóxica en situaciones normales. Así, es que los mismos investigadores mencionan que su estudio no recomienda el uso de la ivermectina para tratar la COVID-19.

Se necesitan ensayos clínicos bien diseñados para comprobar la eficacia y seguridad de la Ivermectina para el tratamiento de la COVID-19

Ya ha pasado casi un año desde el estudio y ha habido mucho interés, esto condujo a más investigaciones para determinar si verdaderamente la ivermectina es efectiva y segura. Los resultados son variados. Algunos estudios no mostraron mejora o empeoramiento de la enfermedad después del uso de este medicamento, mientras que otros informaron una reducción en la inflamación o tasas de mortalidad inferiores en los pacientes. No obstante, la mayoría de estos tienen información incompleta y limitaciones metodológicas, entre las cuales están:

  • El tamaño de la muestra era muy reducido.
  • Los pacientes recibieron varios medicamentos además de ivermectina. Esto perjudicó la evaluación de la eficacia o seguridad de la ivermectina.
  • La gravedad de la COVID-19 en los voluntarios no siempre se describió bien.
  • Los parámetros para medir los resultados de los estudios no siempre se definieron claramente.

Dicho esto, algo importante de entender es que la ciencia no se basa en anécdotas. Decir – “Mi tío tomó Ivermectina y se curó” – no es ciencia. Es como decir que tuve COVID-19, vi “Friends” mientras estaba en cama y me cure, por ende todos deberían ver “Friends” porque es efectivo contra la enfermedad. Si esto no suena lógico, igual funciona con la Ivermectina. Es así, que la misma farmacéutica fabricante, Merck, emitió un comunicado el pasado 4 de febrero diciendo que – “No hay base científica para un posible efecto terapéutico de la ivermectina contra la COVID-19”.  Y, además, debido a una preocupante falta de datos en la mayoría de los estudios, no creen que los datos disponibles respalden la seguridad y eficacia del medicamento. 

En conclusión, debido a que la mayoría de estos estudios tienen limitaciones y no han logrado obtener datos que respalden este medicamento, no se puede afirmar  la eficacia de la Ivermectina para el tratamiento de la COVID-19. Para esto, se necesitan datos de ensayos clínicos bien diseñados para obtener resultados basados en evidencia científica. Así, podríamos prevenir la automedicación y alentar a los pacientes a consultar con un médico sobre el uso de estas “curas milagrosas”. Por ahora la mejor forma de cuidarse, es mantener el distanciamiento social y evitar salir de casa.