Esta vez, más que un artículo donde presento argumentos con apoyos visuales y estadísticas, quisiera escribir a manera de columna; y lo decidí de esta manera porque tuve empecé a desarrollar una idea en mi cabeza que me pareció interesante compartirlo. Todo comienza con la noticia de coyuntura: A fines de Mayo Gillette anuncio una publicidad donde mostraba la situación de un padre enseñandole a afeitar a su hijo transexual Sanson. El comercial me hizo pensar sobre el concepto de masculinidad (tema que paralelamente estoy viéndolo en un curso de humanidades en la universidad) y su relación que tiene con los deportes.
Quiero compartirles esta reflexión sobre una situación que pasa desapercibida por los padres pero no es la primera vez que sucede algo así: Mis papás me comentaban que cuando ellos estaban en la escuela los profesores, como método de castigo, golpeaban a sus alumnos con la ‘típica regla de metal’ cuando se equivocaban y esta forma de educación con violencia era aceptada por los padres porque así ‘se corregía a los hijos’. Ahora, ellos dicen, si un profesor/a se atreve a ponerle un dedo encima al alumno/a entonces este es inmediatamente expulsado y demandado por agresión. “Cómo han cambiado las épocas” me dicen mis papas cada vez que me cuentan esta anécdota.
Ahora, ¿para qué les describo una situación que (aparentemente) no tiene mucho que ver con el tema? Pues, en Estados Unidos, la preparación de los estudiantes universitarios para entrar a ligas superiores de deportes (por ejemplo la NBA o la NFL) es una situación que yo lo noto parecido a la forma antigua de educación que solía existir. En ese país, la profesión de entrenador deportivo es altamente remunerada y esto se debe al prestigio que tienen estas personas para impartirles ‘disciplina’ a los universitarios. Si lo miramos desde la preparación mental, los entrenadores les enseñan a sus estudiantes que nunca deben mostrar sentimientos débiles porque “llorar es para niñas y las niñas no llegan a ligas superiores” y de esa manera les enseñan un concepto de masculinidad relacionado a la frialdad, el salvajismo, la torpeza. Y la postura de los padres es que se sienten orgullosos que sus hijos estén adquiriendo disciplina deportiva para que puedan desenvolverse en las ligas mayores (¿ahora se nota la relación entre una idea y otra no?
“De pequeños aprendemos que ser etiquetados como rudos nos garantizan un estatus social y un reconocimiento de masculinidad.” — Wade Davis, ex jugador de fútbol americano, en una conferencia Ted en el 2017.
Entonces, los jóvenes estadounidenses crecen con la idea que está mal mostrar tristeza, cobardía porque eso significaría no ser un verdadero hombre. ¿Cómo creen que socializan estos jóvenes con esa idea tan profundamente arraigada en ellos? Lo usual es que cada uno trate de demostrar que es mas hombre que el otro, tocando temas que denoten ‘rudeza’ como “aquella vez que rompí una ventana del baño de un club social” o “aquella vez que le saqué la vuelta a mi enamorada” o anécdotas de ese estilo. Los otros temas, que aparentemente son menos importantes, como “aquella situación que me hizo sentir triste porque mi mamá está enferma” o “aquella situación donde estoy frustrado porque me va mal en las notas” no son temas intercambiados entre amigos porque ‘de esas cosas no se hablan’.
¿Qué tenemos como resultado? Un grupo de jóvenes que reprimen aquellos sentimientos que quizás sean los que deban ser más abordados porque pueden conducir a problemas de salud mental en las personas. Y más aún, sentirte impotente por no poder comunicar y expresar esos sentimientos es un factor que agudiza mas esos problemas; yo me imagino que crecer sabiendo que no tienes muchos amigos del cual puedes hablar de problemas personales te llena mas aún ese vacío emocional (irónica frase).
Editado por: Pierina Paytán