Por un lado, impedimentos del Congreso obstruyen la conformación de la comisión que investigará sobre las muertes durante las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte, en los primeros meses de este año y, por el otro, autoridades gubernamentales del ejecutivo emplean términos que desbaratan y tildan de falso el informe realizado por el CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos) respecto al mismo tema. Frente a ello, surge la pregunta: ¿actualmente vivimos en una democracia o estamos a puertas de una dictadura?
Imagen 1. Protestas en Perú. Fuente: El Comercio
Según comentarios de la revista “The Economist” con respecto a cómo el mundo en especial el Fondo Monetario Internacional evalúa a nuestro país tanto a nivel político como a nivel de inversión económica nos indica un resultado desastroso, situándonos de una democracia liberal a un régimen híbrido, por los constantes cambios de presidentes en los últimos 6 años, protestas de origen social, además de disconformidad en la representación de las autoridades regionales y distritales.
“Más al sur, un golpe fallido del presidente de Perú (después derrocado), Pedro Castillo, debilitó una democracia ya inestable. El índice ahora clasifica al gobierno de Perú como un ‘régimen híbrido’ en lugar de democrático” – The Economist
Pero no acaba ahí. Un informe técnico del INEI, resultado de una encuesta a nivel general en nuestra población “sobre la percepción ciudadana en cuanto a gobernabilidad, democracia y confianza en las instituciones”, evidencia que la ciudadanía peruana piensa que la corrupción es pan de todos los días, siendo un tema importante a solucionar y que afecta a nuestro país superando al de la delincuencia. Esto, porque las autoridades saben jugar con la ley, liberándose de acusaciones de corrupción en su contra y volviendo a postular a cargos institucionales sin ningún filtro de los organismos de regulación electoral como el JNE y la ONPE. Ante este hecho, se suma un problema que se ha ido acrecentando potencialmente que, de igual forma, si no se llega a tratar, seguirá creando ciudadanos que acepten pasar de una democracia a una dictadura militar o cívica. Este problema es el círculo de violencia.
Imagen 2. Cuadro estadístico de los principales problemas del país. Fuente: INEI.
Asimismo, nuestro país, en los recientes años ha aumentado las crisis democráticas por consecuencia de ciudadanos que generan violencia contra otros que no poseen sus mismos ideales políticos, a través de los diversos canales como las redes sociales (Instagram, Tik Tok, Facebook) o por medios tradicionales (Tv. prensa escrita o radio). Esto se ha visto reflejado notoriamente durante los sucesos de la última elección presidencial, en el que los Jedi se enfrentaron con los Sith ambos bandos desunieron a la sociedad civil votante con mensajes de ataques de unos contra otros, enfrentando a la capital con las provincias, llevando los discursos de odio y transgiversando, la información.Todo ello, en la actualidad, ha ocasionado que la mayoría de los peruanos cambiemos del pensamiento de una democracia liberal a una militante, aceptando que la única solución del cambio y mejora del país es que ingresen los militares al país o que exista un dictador que revolucione nuestra política. Sin embargo, se debe salir de ese pensamiento con la fomentación de la participación activa en el control y fiscalización de nuestras autoridades.
Imagen 3. Participación Ciudadana. Fuente: El Peruano.
La mejor forma de mantener nuestra democracia es fortaleciendo la educación cívica al ciudadano desde el comienzo de su escuela hasta el término de ella para que obtenga la suficiente capacidad de poder ser activo con su comunidad tanto socialmente como políticamente regulando a sus autoridades y participando en las asambleas – como lo hace normalmente Batman-, así mismo, como discerniendo y reconociendo a los malos personajes políticos que fomentan estos mensajes de odio y desunión social que crean cada vez más confrontamientos dentro de nuestra población. El camino al cambio de nuestro Perú es desde la base de sus ciudadanos, si deseamos mantener la democracia fortalezcamos nuestros valores pilares e iniciemos un dialogo empático con nuestros hermanos peruanos del interior del país.