¿Sabías que en Estados Unidos se consume más de 100 kg de carne por persona cada año? Esta cifra es alarmante, y se estima que para el 2050 se duplicará el consumo de carne a nivel mundial. La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA por sus siglas en inglés) recomienda un consumo menor a 63 kg de carne al año, ya que su alto consumo tiene repercusiones fatales en la salud, como mayor predisposición a problemas cardíacos. Peor aún, la gran demanda por productos cárnicos a su vez genera un aumento en la producción de los mismos, lo cual tiene implicancias en el medio ambiente. La ganadería produce contaminación del aire, ya que el ganado produce CH4, CO2 y N2O teniendo un impacto negativo sobre el efecto invernadero. E inclusive, se produce un gasto de agua significativo, ya que esta es utilizada para el alimento de las vacas. A partir de los datos mencionados anteriormente es que se empiezan a buscar diversas alternativas como sustitutos de la carne.
Entre las alternativas puestas en mesa, se encuentra la carne sintética (o artificial) creada en laboratorio ¿Cómo se fabrica la carne sintética? El proceso puede ser explicado en 4 pasos. El primer paso es obtener el tejido del animal deseado realizando una biopsia, procedimiento para extraer una pequeña muestra de tejido para que sea analizada. El segundo paso consiste en extraer células madre del tejido animal, obtenido en el paso anterior, y agregar factores de crecimiento (sustancias químicas que van a permitir la multiplicación de las células). En el tercer paso, las células madre deben ser cultivadas en un biorreactor, aparato utilizado para cultivar células manteniendo un ambiente biológicamente activo. Finalizando, con el cuarto paso, se agregan sustancias para otorgar sabor, color y algunos nutrientes a nuestro resultado final, obteniendo así la carne de laboratorio. En la siguiente imagen se puede observar el proceso resumido para el caso de la carne de cerdo:
Como hemos podido observar, con este método se puede producir carne a partir de las células madres sin la necesidad de sacrificar a ningún animal. El proceso a escala industrial promete producir la cantidad requerida para satisfacer la demanda de productos cárnicos. Además, se está evaluando su beneficio para la reducción de la contaminación ambiental, aún se continúan realizando estudios, pero la mayoría de análisis muestran un efecto positivo.
«Hemos estado comiendo carne durante muchos cientos, miles de años; siempre necesitamos matar un animal para comer, hasta ahora» dijo a CNN Business Josh Tetrick, cofundador y director ejecutivo de Eat Just, start-up a la cual Singapur le otorgó la aprobación regulatoria para vender pollo cultivado en laboratorio. La Agencia de Alimentos de Singapur (SFA por sus siglas en inglés), aprobó en diciembre del 2020 la carne de pollo cultivada a partir de células animales como ingrediente en nuggets de pollo para un restaurante en Singapur. Es la primera vez que se va a lanzar al mercado la carne de laboratorio y tiene como objetivo expandirse a más restaurantes en Singapur.
A pesar del gran avance en este mercado, la carne sintética aún presenta varios desafíos, entre ellos la aceptabilidad del consumidor. Como hemos podido evidenciar, la carne de laboratorio es una alternativa para moderar el gran consumo y producción de carne, pero queda por ver si las personas están dispuestas a consumirla o no. Este es uno de los principales retos pues algunas características organolépticas, como el color, sabor o textura, varían en comparación a la carne animal.
La carrera por producir carne artificial cada vez se acerca más a la meta, pero aún tiene varios obstáculos por superar. Se continuará buscando estrategias para replicar el sabor y la textura de la carne animal. Asimismo, su composición y valor nutricional se continúa analizando para hacer de la carne artificial “una fuente de proteína alternativa para alimentar al mundo” como lo describe la doctora Marianne Ellis, ingeniera química de la Universidad de Bath.
La aprobación de la venta de la carne sintética de laboratorio es un gran avance para esta alternativa, mas todavía quedan varios aspectos por investigar y comprobar. Si bien esta alternativa ofrece un mayor bienestar animal y una gran posibilidad de disminuir la huella de carbono, es necesario que se hagan estudios a largo plazo de las repercusiones que tiene la carne artificial en la salud de sus consumidores y la especificidad de su impacto en el medio ambiente. Y tú, ¿te animarías a probar carne sintética?
Editado por: Daniela Cáceres