El pasado 5 de mayo, por mayoría en el congreso, se aprobó el Proyecto de Ley 904-2021-CR, titulado “Ley que impulsa la calidad de los materiales y recursos educativos en el Perú”, que se presentó el pasado diciembre de 2021, por el congresista Esdras Medina. Al contrario de lo que propone su título, este proyecto supone una regresión en la educación peruana e implica una vulneración a los derechos sexuales y reproductivos.
¿Por qué el PL 904 atenta contra estos derechos? Este tiene por objeto “facultar a los padres de familia, para que participen en la elaboración y aprobación de los materiales y recursos educativos, de acuerdo a sus convicciones y creencias religiosas”. En otras palabras, todos los materiales que no tengan previo consentimiento de los padres, serán eliminados. Aunque no se menciona explícitamente la eliminación de los contenidos de educación sexual, se podría deducir ello al hacer mención a las creencias religiosas, y al recordar a conocidos movimientos como “Con mis hijos no te metas”, colectivos que rechazan este tipo de educación; lo que es realmente preocupante y nos impide, de nuevo, avanzar en materia de esta temática.
Para entender la gravedad de la situación debemos conocer por qué es tan importante la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI). Comencemos definiendo a la ESI. Se refiere al conjunto de enseñanzas que fomentan actitudes, valores y proveen los conocimientos para la toma de decisiones en relación al cuidado del cuerpo, sobre la sexualidad y el ejercicio de ésta. Debemos recalcar que la sexualidad no se abarca sólo desde un punto de vista reproductivo, sino que engloba todas sus dimensiones: social, psicológica, ética y biológica; con ello, se la comprende integralmente. Sí incluye a las actividades sexuales, pero también a los comportamientos afectivos, a las expresiones de amor y cuidado, a la vinculación, la orientación sexual, entre otros. Asimismo, es importante mencionar que los contenidos que cubren varían según el nivel educativo, tomando en cuenta las respectivas etapas del desarrollo humano y de madurez de los estudiantes.
Siendo así, ¿quiénes son los perjudicados con la falta de la ESI? Nada menos que los niños, niñas y adolescentes, quienes se conoce que, si no reciben estos conocimientos de fuentes confiables, la buscarán vía otros medios como el Internet, donde encontrarán una visión sesgada de lo que es la sexualidad, o acudirán a sus amigos, quienes son propensos a esparcir mitos al no corroborar la veracidad de la información que comparten, creando una cadena de desinformación. Según un informe elaborado por la Universidad Cayetano Heredia y el Instituto Guttmacher, un 85% de estudiantes mencionó que obtuvo información sobre sexualidad vía Internet y la televisión.
Entonces, es evidente que los jóvenes sí tienen un interés y una preocupación por aprender sobre estos temas e investigan por su cuenta. Parece que sus mayores curiosidades son en relación al correcto uso de los preservativos, las infecciones de transmisión sexual (ITS), el embarazo y los actos sexuales. Y con razón, pues no solo han aumentado los casos de VIH en el Perú, sino que una de las poblaciones más afectadas es, en efecto, la de los adolescentes. El VIH es el virus que causa el SIDA, una de las más de 30 ITS existentes, que, recordemos, deteriora el sistema inmunológico y destruye la defensa que tenemos contra otras infecciones y el posible desarrollo de tumores, lo que podría ser letal para esta población. Las ITS, si no se detectan en las primeras etapas, pueden llegar a ser catastróficas y tener consecuencias como infertilidad y cáncer.
Unido a esto, hay un incremento del número de abortos clandestinos y la mortalidad materna, lo que termina ocasionando un alto índice de deserción escolar (dejar de asistir a clases). En el Perú, 8 de cada 10 menores embarazadas son obligadas a dejar la escuela y en 2020, el número de embarazos en niñas menores de 10 años se triplicó, cifras realmente alarmantes. Evidenciamos, entonces, que la salud sexual y reproductiva peligra, y que la educación está comprometida. Más que nunca, es importante que se creen espacios para resolver estas interrogantes, pues la exposición a la información sobre ITS y anticonceptivos hace que los jóvenes sean más propensos a protegerse cuando tienen un comportamiento sexual. Un colegio en uno de los departamentos con mayor tasa de embarazos entre los 12 y 17 años, Ucayali, logró reducir estos casos en un 80% al implementar la ESI.
El acceso a la Educación Sexual Integral es un derecho, reconocido así por las Naciones Unidas. Aparte de la falta de capacitación docente en temas de sexualidad (en 2017, solo el 8% de maestros peruanos habían recibido alguna capacitación en estos temas), los padres de familia son los actores claves en corroborar que la información de calidad, basada en evidencia científica, llegue a sus hijos e hijas; y ahora, regresando al PL 904, la responsabilidad recae totalmente en sus manos. El objetivo al que deberíamos apuntar es que los y las adolescentes vivan su sexualidad de manera saludable, responsable e integral, para que así, sean capaces de establecer relaciones interpersonales democráticas, equitativas y respetuosas; y, sobre todo, que tomen decisiones informadas.
Edición: Juan Diego Linares