Esta pandemia nos ha obligado a nosotros los estudiantes a pasar del salón de clases a nuestras casas. Esta nueva modalidad virtual ha traído muchos cambios y retos, desde tener que concentrarnos por varias horas seguidas mirando una pantalla, saber organizar mejor nuestro tiempo, saber separar ambientes de trabajo y no pelearnos con toda la familia cuando se cae el internet. Por eso aquí les traigo 3 consejos para tener éxito este ciclo y no morir en el intento.
Lectura impresa
Un primer cambio fue utilizar sitios web y libros digitales en lugar de libros impresos y hojas de trabajo. Sabemos que los libros digitales no son nada nuevo, existen hace más de una década, pero ¿qué tan bien estamos absorbiendo toda la información? Resulta que la impresión es más fácil de comprender que el texto digital y ahora descubriremos el porqué.
La compañía Millward Brown descubrió que el cerebro procesa materiales físicos y digitales de manera diferente. En un estudio los participantes vieron anuncios en una pantalla y en una tarjeta impresa mientras se sometían a una resonancia magnética. Se observó que lo impreso tenía más probabilidades de activar la corteza prefrontal medial y la corteza cingulada, que son partes del cerebro involucradas en el procesamiento de las emociones. La lectura impresa también generó más actividad en la corteza parietal, la cual es la parte que procesa las señales visuales y espaciales. (1)
Esto ocurre porque la impresión es visualmente menos exigente que el texto digital. Cuando leemos, nuestros cerebros construyen un mapa cognitivo del texto, lo cual ayuda a procesar y recordar mejor la información. Esto incluye por ejemplo recordar que un párrafo o idea apareció cerca de la página superior derecha de un libro. Pero en una página web, con puntos de referencia en constante movimiento, este proceso se complica. Es más difícil mapear palabras que no están en una ubicación fija. (2)
Sin embargo, esto no significa que debamos deshacernos de la lectura digital. Para retener la información de texto en pantalla te sugiero reducir la velocidad y escribir a mano las principales conclusiones ya que la escritura a mano es una herramienta de memoria superior. Asimismo, siempre es bueno un descanso del mundo digital. De vez en cuando disfruta de apagar tus dispositivos, leer un libro y acurrucarte para pasar la página.
Dormir
Todos hemos escuchado que el sueño es importante en el aprendizaje y la memoria. Esta idea empezó con un estudio en 1924 que demostró que las personas recordaban mejor las sílabas sin sentido cuando dormían un poco entre aprenderlas y probarlas. Esos resultados sugirieron que el sueño de alguna manera protege los recuerdos. Ahora se sabe que el sueño es importante para presionar el botón “guardar” en los nuevos recuerdos. Cuando dormimos ocurre un proceso activo que estabiliza y transforma los recuerdos, haciéndolos más resistentes a la descomposición, que es importante cuando aprendemos nueva información. (3)
Cuando uno se acuesta a descansar, su actividad cerebral cambia de ondas pequeñas de alta frecuencia a oscilaciones más grandes y lentas con ráfagas de actividad llamadas husos. Ese cambio promueve la reactivación de la memoria: las neuronas que se activaron cuando se formó por primera vez un rastro de memoria reproducen su patrón de activación, fortaleciendo las conexiones entre ellas y la memoria misma. (3)
Podemos decir que el sueño es el pegamento que mantiene unidos el aprendizaje y la memoria. Por lo tanto, si realmente deseas consolidar tus aprendizajes antes de un gran examen, en lugar de quedarte estudiando toda la madrugada, atiende a clases durante el día y duerme tus 8 horas, vas a ver que te ira mejor.
Tomar descansos
Concentrarse requiere esfuerzo mental, sobre todo si tenemos clases por 8 horas seguidas mirando una pantalla. Es difícil intentar procesar toda la nueva información y concentrarnos mientras tratamos de ignorar las distracciones. Aunque pongamos todo nuestro esfuerzo, nuestros recursos de atención pueden agotarse con el tiempo. Cuando nos concentramos en una tarea, nuestro cerebro dedica más recursos de procesamiento a áreas que impulsarán nuestro rendimiento. La fatiga mental podría ser una señal de que estamos gastando demasiada energía en relación con el beneficio que obtendremos al concentrarnos en la tarea, por lo que el cerebro retira estos recursos. (4)
De esa manera los descansos son clave, nos ayudan a mejorar nuestro enfoque al reducir el aburrimiento y restaurar la energía y la motivación para reanudar una tarea. Dividir el aprendizaje en varios períodos cortos de tiempo es mejor que agrupar el aprendizaje en un bloque, esto se llama “efecto espaciador”, y se ha documentado en varios animales, desde los humanos hasta la babosa de mar. (5)
Tomar descansos también es efectivo porque nos da tiempo para olvidar. Pero, ¿para qué quiero olvidar lo que aprendí? Olvidar te obliga a practicar recordando información y esa práctica de recuperar información del pasado te ayuda más tarde cuando necesites recuperar esa información para un examen final. A veces la gente tiene miedo de tomar descansos porque cree que el aprendizaje se detiene, pero al contrario, tu cerebro todavía está haciendo cosas con esa información que tomaste. Así cuando estés estudiando no intentes aprender todo de una, intenta utilizar el método pomodoro: 25 minutos de estudio y 5 de descanso, y te aseguro que recordarás mejor la información.
Referencias
- Singer Trakhman, Lauren & Alexander, Patricia. (2016). Reading Across Mediums: Effects of Reading Digital and Print Texts on Comprehension and Calibration. The Journal of Experimental Education. 10.1080/00220973.2016.1143794.
- Hou, Jinghui (Jove) & Rashid, Justin & Lee, Kwan. (2017). Cognitive map or medium materiality? Reading on paper and screen. Computers in Human Behavior. 67. 84-94. 10.1016/j.chb.2016.10.014.
- Kayt Sukel (2019) Can You Learn in Your Sleep? Obtenido el 6 de septiembre del 2020 de: https://www.brainfacts.org/thinking-sensing-and-behaving/sleep/2019/can-you-learn-in-your-sleep-100419
- Lim, J., Wu, W. C., Wang, J., Detre, J. A., Dinges, D. F., & Rao, H. (2010). Imaging brain fatigue from sustained mental workload: an ASL perfusion study of the time-on-task effect. NeuroImage, 49(4), 3426–3435. https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2009.11.020
- Vlach HA, Sandhofer CM, Kornell N. The spacing effect in children’s memory and category induction. Cognition. 2008;109(1):163-167. doi:10.1016/j.cognition.2008.07.013
Muy interesante, lo pondré en práctica este ciclo