Y entonces te das cuenta. Te das cuenta de que muchas de las cosas que parecían tan importantes en su tiempo, ya no lo son. Y te ríes. Te ríes porque realmente no entiendes. ¿Qué era? Encontrar sentido a algo que pasó hace tanto tiempo…. ¿O no fue hace tanto tiempo? Y entonces te das cuenta. Muchas cosas que recuerdas como si fuera ayer pasaron, en realidad, hace mucho más tiempo de lo que creerías. Y, muchas cosas que parecían haber quedado en el olvido, probablemente pasaron hace no mucho tiempo.
Tiempo. Paras por un segundo y todos los pensamientos aparecen uno tras otro. Y entonces te das cuenta. Te das cuenta de que probablemente estás a la mitad del camino y que, existen tantas cosas que te hubiera gustado hacer, tantas otras por hacer y también, por qué no, unas cuantas por soñar. Y entonces te das cuenta. Estar parado a la mitad, significa que queda otra mitad por vivir. Y piensas, quiero tantas cosas pero realmente… ¿qué quiero?
Querer. Quiero viajar, quiero experimentar, quiero encontrarme con las mayores rarezas del mundo, quiero conocer, quiero… Tener una vida diferente. Pero ¿sabes?, probablemente solo por un momento porque también quiero tener un trabajo estable, casarme, tener hijos, comprarme una casa y en verdad, quiero ser esa persona con el trabajo, familia y vida perfecta. Feliz, sonriente. Aunque si lo pienso dos veces, es una imagen un poco… ¿surrealista? Y entonces te das cuenta. No sabes realmente lo que quieres. ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?
Complejo. ¡Vaya seres pensantes complejos! ¿Cuán difícil puede ser simple? No te gusta algo, no lo hagas. No puedes hacer algo, no lo hagas. Esto no, esto tampoco. ¿Y si realmente es algo que debes hacer? ¿Y si realmente puedes hacerlo? Sí. No. Pero entonces te das cuenta. Nada es realmente blanco o negro. Dicen que hay grises y hasta creería que más colores. ¿Y entonces qué? Cada quien tiene sus problemas y cada uno decide si decirle sí, no o alguna otra respuesta a ellas.
Qué quiero, qué hago, a dónde voy… Probablemente son preguntas que uno se ha hecho desde los 5 años. Y una vez más, te das cuenta. No hay realmente una respuesta. Sí, podemos definir lo más relevante para nosotros ahora, en este instante pero realmente… ¿Qué pasará? ¿Por qué pasará? No lo sabemos. Pero tampoco importa, ¿no? La gracia es vivirla, reírnos de nosotros mismos cuando pase el tiempo o quien sabe, volver al presente y quedarnos perplejos de lo genial que estamos siendo hoy.