Desde su llegada al poder, el presidente de China, Xi Jinping, ha emprendido una campaña para restaurar la autoridad del Partido Comunista. Como ya sabemos, esta ha tenido el rol de consolidar el control central sobre todas las instituciones del gobierno. En este contexto, una nueva oleada de purgas está barriendo al gobierno, esta vez con un enfoque en el Ejército de Liberación Popular.
Los intereses de fortalecer el control sobre el ala militar del gobierno no son recientes, como podremos ver en el siguiente gráfico. Se tiene el número de veces que se menciona términos específicos en artículos del Diario del Ejército de Liberación Popular, publicado por la Comisión Militar Central. Desde el 2012, año en el que Xi Jinping asumió el mando del gobierno, se puede notar un claro cambio de tendencia.
Fuente: Alastair Iain Johnston, Universidad de Harvard
Como contexto, la Comisión Militar Central es el órgano supremo de las fuerzas armadas chinas, y es este ente el que las vincula a la supervisión del Partido Comunista. El Diario del Ejército Popular, entonces, corresponde a las evaluaciones del gobierno sobre el desempeño por parte del gobierno, y es por lo tanto susceptible a los intereses del mismo. Y, en efecto, Xi Jinping lleva años revirtiendo la política de otorgar más autonomía a las fuerzas armadas que venía desde los tiempos de Deng Xiaoping.
Por ejemplo, la Comisión Militar Central fue dividida en 15 departamentos el 2015, para que sea mucho más fácil de controlar. Adicionalmente, el Ejército de Liberación Popular ya no se divide en regiones militares, sino en cinco teatros de operación. Lo que esto significa es que los generales a cargo ya no responden a comités burocráticos locales; los teatros de operaciones responden directamente a Winnie Pooh.
Es así que este diciembre, se destituyó a nueve generales chinos por corrupción, tres de ellos de la Fuerza de Cohetes y dos del Departamento de Desarrollo de Equipos. Días atrás, también se había despedido a tres ejecutivos de fabricantes estatales de misiles. Ello se debe a un verdadero fracaso en el desarrollo de este sector, pues los generales habían llenado algunos misiles con agua en lugar de combustible. ¿Cuál es el interés en los misiles? Estos han sido una de las prioridades en el plan de Xi Jinping para el desarrollo militar, y no es coincidencia que resulten cruciales para neutralizar las defensas militares de Taipei Chino durante una eventual anexión militar.
Así es, las reformas de Xi Jinping para modernizar las capacidades militares de China parecen haber estado motivadas en buena medida por la anexión de Formosa. De hecho, menos de una quincena después de la purga, se detectó un misil que sobrevoló la isla. Xi Jinping desea consolidar su autoridad con el mérito de haber sido el jefe de Estado que terminó de reunificar China, y, con el mal desempeño y la corrupción que ha caracterizado el desarrollo balístico de China, parece ser que se enfrentará a ciertos problemas. Solo el tiempo nos dirá si logrará su cometido antes de ser sujeto a reelección este 2027.