Estimado Lector: Lo único que necesita para disfrutar este artículo es situarse en el contexto: el libro habla sobre la retirada desde el interior de Asia hasta Europa, a través de una abrupta geografía, de un grupo de diez mil mercenarios griegos, contratados por Ciro El Joven para apoderarse del trono de Persia. Estos mercenarios le dieron el triunfo a Ciro El Joven, aunque este murió en batalla, con lo cual la victoria careció de sentido. Entonces, ¿cómo se puede hacer para liderar un grupo a diez mil mercenarios? Ardua tarea, ¿cierto? Es así que aparece la figura del gran líder Jenofonte. A continuación le dejamos los siete mejores pasajes. Una delicia. Chapa lápiz y papel, sobrino:
Un líder valora la unión del equipo
«Porque bien sabemos que dondequiera que nos hallemos juntos, podremos estar salvos y conseguir los mantenimientos necesarios; pero si nos encontráramos en menor número que el enemigo, nos veremos en la situación de siervos»
Un líder vela por los intereses de todos
«Yo, varones griegos, nunca ceso de hacer sacrificio a los dioses por vosotros y por mí, y rogarles que me dejen pensar y decir y hacer todo aquello que sea en bien y provecho vuestro y mío.»
Un líder sabe lidiar con la duda y la desconfianza con argumentos sólidos
«Nadie hay de vosotros que no sepa dónde sale el sol y dónde se pone, y que el que quiere a Grecia ha de ir hacia el Occidente, y el que quiere ir a Asia, a tierra de los bárbaros, hacia el Oriente. ¿Cómo os puedo yo hacer fuerza para que naveguéis puesto que yo sería el engañador y vosotros los engañados, casi diez mil hombres todos armados?»
Un líder agradece cuando se lo reconocen
«Varones griegos, yo estoy muy alegre y gozoso, porque veo ser honrado y preciado de vosotros. Que, pues que soy hombre de razón y entendimiento, tengo que tener sentido para agradecéroslo y tener en mucho; y así ruego a Dios que me dé gracias para que yo sea causa de algún bien vuestro.»
Un líder toma decisiones inteligentes
«Varones griegos, ya habéis oído cómo muchos de los arcadios, nuestros compañeros, son muertos, y los que de ellos quedan están cercados por los enemigos en un collado. Pues yo ciertamente creo que si ellos perecen, nosotros en ninguna manera nos podremos salvar; porque, como veis, los enemigos son muchos y muy osados. Así que lo mejor de todo me parece que les debemos ir a socorrer de presto, para que si están salvos, peleen juntamente con nosotros contra los enemigos, y que no quedemos desamparados, y solos nos pongamos en peligro.»
Un líder intercede por su equipo cuando es necesario (contexto: ejército enemigo capturó prisioneros griegos)
«Paréceme, Cleandro, que tienes estos hombres en tu poder, porque te los entregó el ejército para que hicieses a tu voluntad de ellos y de todos los otros. Ahora los mismos del ejército te ruegan que los perdones por su amor, y se los tornes, y que no los mandes matar, siquiera por los muchos trabajos que han sufrido el tiempo pasado en servicio del ejército. Y si esto alcanzase de ti, ellos te prometen en pago, que si quisieres seas su caudillo y los guíes de aquí en adelante; y con ayuda de Dios, ellos se mostrarán tan buenos y obedientes a su caudillo que nunca teman a los enemigos. Y también te ruego que cuando estuvieren debajo de tu mando hagas la experiencia, lo que vale y merece cada uno »
Un líder reconoce el valor de su equipo (Contexto: Jenofonte se presenta antes Seutes, actual gobernador de Grecia al momento de que llegan los soldados a su tierra natal)
«Veme aquí, Seutes, ante tu presencia, no para pedirte nada, sino para enseñarte en cuanto pudiere que sin razón estás enojado conmigo, porque te pido lo de los soldados, que tú les prometiste de tu grado; y pienso ciertamente que no menos te cumple a ti dárselo que a ellos recibirlo. Porque primeramente bien sé que, después de Dios, ellos te pusieron en el estado en el que estás, pues te hicieron rey de muchas tierras, y señor de muchos vasallos; por donde no puede ser escondido lo bueno o malo que hicieres. Pues siendo así, pienso que a un tal hombre como tú eres, le conviene en gran manera no parecer que envía sin galardón hombres que tan bien se lo han merecido. Por gran cosa has de tener oír que digan bien de ti, y ser loado por boca de seis mil hombres; y por mayor, no perder crédito en lo que dices »
A modo de conclusión: Finalmente, es necesario hacer la aclaración de que el liderazgo no se aprende solo con los libros. Es teoría y práctica. Pero qué bien que nos vienen ejemplos o prácticas como la de este libro, ya que se puede enriquecer nuestra forma de ver las cosas. Estimado lector, anímese por ser un líder activo, asuma nuevos retos, pida responsabilidades si es que no se las dan, tome la iniciativa, pida y dé feedback, manifieste su opinión sin temores, pida ayuda cuando la necesite, porque recuerde: los líderes, los verdaderos líderes, no están solos.