Hoy se celebra el Día Mundial Sin Auto. Diariamente, pasamos al menos 2 horas al día en estos vehículos como choferes o peatones. Esto equivale a 30 días sufriendo el tráfico cada año y más de 4 años en toda nuestra vida. Hace tiempo que las autoridades nos prometen bypasses y nuevos carriles que terminarán con nuestras agonías en la Javier Prado. Pero, ¿realmente funcionarán? Este artículo no te dirá cómo acortar tus viajes, pero te ayudará a entender mejor tu sufrimiento al volante.
Roba, pero hace obra
Como podemos ver en las avenidas rotas y clausuradas, esta gestión de la Municipalidad de Lima está robando haciendo varias obras de expansión de vías. Sin embargo, como explicaremos, hacer las avenidas más grandes no es la solución.
Aquí chillin ensanchando una pista
El problema está en que existe una gran demanda oculta compuesta por la gente que desearía usar las avenidas, pero por la congestión, prefieren usar vías alternas o cambiar su hora de salida. En este contexto, hacer más ancha una avenida solo atraerá más autos a ella.
¿Cómo? ¿Aún más autos?
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que existen 1000 personas que quieren ir de La Molina a San Isidro y las personas pueden elegir entre usar la Javier Prado, con capacidad para 200 autos, o ir por vías alternas. El tiempo de demora de la Javier Prado sería T=30+10*N/200 (N es el número autos); mientras el de las vías alternas es siempre 40 min. Las personas se distribuirán de forma que el tiempo sea igual en las dos rutas, por lo que 200 personas usarán la Javier Prado y 800, las otras vías.
El ejemplo en acción
Ahora se amplía la Javier Prado a una capacidad de 400 autos. El nuevo tiempo que se demorarán los autos será T=50-10*N/400. Al principio, los 200 conductores usuales llegan más rápido (35 min). Pero luego, gracias a Waze, todo el mundo se enterará y más autos decidirán usarla, creando más congestión. Al final, el tiempo de demora es el mismo que antes (40 min), solo que ahora hay más autos usando la vía (400).
I feel you bro
¿Qué ha sucedido? El problema es que las personas sólo buscan minimizar sus costos (tiempo) y no se dan cuenta de que al usar la avenida están generando un costo para los demás (más tráfico). Un equilibrio para la sociedad no igualaría el tiempo entre las dos rutas, sino los costos sociales. Como resultado, habría menos personas sufriendo en la Javier Prado.
¿Hay solución?
La clave está en lograr que más personas identifiquen los costos sociales de manejar y elijan usar el transporte público. Como es muy difícil hacer que la gente deje de pensar en su propio beneficio (sino seríamos comunistas), se podría poner un precio al uso de la Javier Prado y/o subsidiar el uso del metro. Esto sería doblemente positivo, pues los impuestos serían ingresos para el Estado.
Nuestro máximo sueño
Pero claro, existe un problema de desigualdad. La Javier Prado se llenaría de camionetas, mientras que una mayor cantidad de personas se aplastaría en los vagones del Metro. Esto podría solucionarse parcialmente con una buena política de reinversión de los impuestos, que podrían servir, por ejemplo, para comprar más y mejores trenes.
Aquí el efecto de ponerle peaje a la Javier Prado
Finalmente, aunque estas teorías sólo nos cuentan una parte de la historia, lo cierto es que el tráfico está lejos de dejar de ser un problema en el corto plazo. En el día mundial sin auto, es bueno recordar que caminar o montar bici no solamente es saludable (física y mentalmente), sino que también te hace parte de la solución. Al menos, hasta que llegue UBER helicóptero.
Sí, sí existe.
P.D. Este artículo está dedicado a todos aquellos que viven en Ate o La Molina y pasan gran parte de su día en la Javier Prado.
Me parece ilógico que se recomiende el uso de bicicletas o caminar, si el artículo está precisamente hablando de los usuarios que utilizan la Javier Prado para recorrer distancias muy largas. La recomendación no puede ser esa. Por otro lado, el ineficiente (y peligroso) transporte público también es una opción muy complicada. Deberíamos tener una Municipalidad que verdaderamente quiera trabajar por la población, y no la que tenemos actuallmente.