Llega Navidad, es Noche Buena y has sobrevivido a todas las reuniones, reencuentros e intercambios navideños. Puede que, durante este mes de celebraciones, ya hayas comenzado a sentir los efectos de nuestro enemigo, la resaca.
Todavía falta Año Nuevo y YA NO JALAS. No temas, mijo: conoce a tu enemigo y triunfarás. La ciencia nos puede ayudar a entender la causa de nuestro sufrimiento y, así, ayudarnos a formular el plan de ataque adecuado para vencerlo.
¿Qué pasa con nuestro cuerpo traicionero?
Lamentablemente, no se ha encontrado un único culpable. Digo lamentablemente porque si este no fuera el caso ya hubiéramos encontrado una cura. :’(
Por ahora, se tienen diferentes sospechosos.
Sospechoso #1: Deshidratación. Esta es la explicación más familiar y convencional. No falta la persona que esté segura que la formula, un vaso de alcohol y luego uno de agua, es *la* estrategia para evitar la resaca.
El alcohol es un diurético. Además, cuando tomas mucho alcohol por varias horas, probablemente, no estas tomando suficiente agua. De esta manera, puedes llegar a deshidratarte. No obstante, no se ha encontrado ninguna correlación entre la hormona que causa deshidratación (vasopresina) y la resaca. Por eso, aunque puede que la deshidratación explique algunos de los síntomas (mareo, vértigo y sed), no se cree que sea la única razón.
(Mira el lado positivo; como no sabemos si la formula < trago + agua > funciona, puedes aplicar la formula < trago + más trago >.)
Sospechoso #2: Metabolismo del alcohol. Tu cuerpo procesa el alcohol que consumes produciendo acetaldehído. Se estima que el acetaldehído puede ser de 10 a 30 veces más tóxico que el alcohol. Este produce náuseas, vómitos, dolor de cabeza y sudor. No obstante, aunque existe una acumulación de acetaldehído si tomas varias bebidas consecutivas, no se ha demostrado una correlación entre la concentración de acetaldehído en la sangre y la intensidad de la resaca. Esto sugiere que no es el único culpable.
Sospechoso #3: Citoquinas. Las citoquinas son proteínas de señalización utilizadas por el sistema inmune. Algunos estudios han demostrado una correlación entre niveles altos de citoquinas y los síntomas de resaca (fatiga, dolor de cabeza, nausea, perdida de memoria o irritación).
Ahora tienes a alguien a quien culpar cuando “borras cassette”.
Sospechoso #4: Congéneres. Los congéneres son compuestos biológicamente activos (diferentes al etanol) producidos durante el proceso de fermentación . Varios autores han demostrado que bebidas con alto contenido de congéneres producen resacas más severas. Diferentes tipos de tragos presentan más o menos congéneres.
Esto quiere decir que parece que el tipo de trago SÍ afecta la severidad de la resaca.
¡LO MÁS IMPORTANTE!
¿Cuál es la CURA?
Desgraciadamente, la estrategia más confiable es no tomar. ¯\_(ツ)_/¯
Como no haremos eso, podemos intentar algunas otras soluciones.
Cuando estamos con resaca somos capaces de intentar lo que sea para curarla. Aunque no hay una cura que esté comprobada científicamente, sí hay algunas que podrían ayudar a minimizar la severidad según las posibles causas.
Cura #1: Evita deshidratación. La vieja confiable: toma agua antes, durante y después. Combate la deshidratación. Esta solución sola no quitará todos los síntomas de la resaca, pero podría disminuir algunos dolores.
Cura #2: ¡Come! La comida no absorbe el alcohol como suelen decirte. La comida tan solo ayuda a que lo proceses más lento, evitando la acumulación de acetaldehído.
Cura #3: Toma antiinflamatorios no esteroideos y/o neutralizadores de acidez. Puedes tomar aspirina o ibuprofeno para curar el dolor de cabeza y antiácidos para curar el dolor de estómago. Sin embargo, NO deberías de tomar acetaminofén/paracetamol (Panadol). Tu hígado está muy ocupado procesando el alcohol y se vuelve sensible a los efectos tóxicos de esta droga.
Cura #4: Evita congéneres. Sabemos que a mayor cantidad de congéneres mayor resaca. Toma las bebidas que tienen una baja cantidad de congéneres para evitar resacas fuertes.
Parece increíble que no existan muchos estudios sobre este padecimiento tan antiguo como el alcohol—lo que es decir, tan antiguo como la humanidad. De todas formas, entendiendo un poco las posibles razones podemos intentar de minimizar nuestro sufrimiento.
¡Armado con este conocimiento, vence la resaca y ve a disfrutar tu Año Nuevo!