Más allá de la polémica del VAR, es claro que Binacional tuvo una ventaja frente a Alianza Lima gracias a la altura de Juliaca. ¿Cuáles son los principios fisiológicos que rigen este fenómeno? y más importante, ¿Sabías que tú podrías rendir mejor que un jugador de la Liga 1 en un partido contra el “Gigante del Sur”?
Cuando un limeño animal es sometido a un ambiente hipobárico (con baja presión atmosférica) sufre ciertas adaptaciones para poder sobrevivir. ¿Por qué es esto necesario? El principal problema es que, debido a la presión atmosférica, la presión arterial de oxígeno es sumamente baja. En otras palabras, la sangre que vuelve de los pulmones al corazón tendrá un contenido de oxígeno similar a la de la sangre “venosa” que llegó a ellos en primer lugar. ¡Es como si los pulmones no pudieran oxigenarla! A este estado de deficiencia de oxígeno en sangre y células se le denomina hipoxia.
Las consecuencias de esto podrían ser devastadoras si la exposición inmediata es seguida por un esfuerzo físico desmedido sin que se le permita al cuerpo aclimatarse. Cabe resaltar que el proceso de aclimatación podría tomar semanas en algunos individuos. Teniendo tan sólo días en la puna, la hipoxia produciría en las células de los jugadores una reducción en su capacidad metabólica-aeróbica afectando la fase final del Ciclo de Krebs, básicamente impidiéndoles producir energía. En respuesta, el cuerpo recurre a la vía metabólica-anaeróbica y es aquí cuando los problemas se incrementan pues esta vía, además de producir energía, produce ácido láctico en los músculos, lo cual se traduce en mucho dolor y en la posibilidad de acalambrarse.
Siendo el fútbol un deporte que consiste mayormente en carreras cortas de alta velocidad, la acumulación de ácido láctico impide la pronta recuperación del músculo. Esto va reduciendo paulatinamente la capacidad de aceleración del jugador en su siguiente sprint de manera acumulativa. Además, se ha demostrado que la hipoxia reduce significativamente la capacidad neurocognitiva de las personas, especialmente, en dos aspectos cruciales durante un partido de futbol: su velocidad de procesamiento y concentración.
Ahora, una persona “común” sin un entrenamiento físico profesional sufriría menos en Juliaca que un atleta. Al recibir una preparación física constante el cuerpo humano sufre ciertos cambios a nivel circulatorio. Principalmente, el corazón se hace más grande. En condiciones normales, esto permite a los jugadores consumir menos energía al realizar ejercicio. Al ser más grande y por tanto poder contener más sangre, el corazón requerirá menos latidos por minuto para bombear el mismo volumen de sangre que uno más pequeño. Sin embargo, debido a la falta de oxígeno en altura, la sangre requerirá pasar más veces por los pulmones, es decir, latir más. Para un corazón grande, oxigenar la misma cantidad de sangre que un corazón normal cuesta significativamente más en una situación de esfuerzo moderado.
Aun así, diversos estudios afirman que a pesar que un jugador ve su rendimiento físico afectado en la altura, no ocurre lo mismo con su capacidad técnica. Se demostró en un análisis de partidos jugados entre Australia y Bolivia que, a pesar de correr menos km en promedio, los jugadores mantuvieron sus estadísticas de pases, centros y precisión de tiro sin importar la elevación.
En vista de todo esto, es en los partidos de Binacional donde sale a relucir más la actitud y la estrategia que el físico. Jugar a 3820 msnm no trae ninguna consecuencia fatal a largo plazo. Está probado que los efectos de la hipoxia no son tan críticos como hace algunos años gracias a los avances tanto tecnológicos como de nutrición y fisioterapia. Binacional le debe su éxito a más factores que el soroche y es posible que este domingo firme el inicio de una nueva era.
Edición: Raisa Escudero