Hoy en día vivimos en la era de la globalización, en donde existe una amplia interconexión, que ha permitido la apertura comercial entre países para intercambiar bienes y servicios. Ello provocó que surja el comercio internacional. Este contexto ha dado oportunidad a que emerjan diversas compañías internacionales y, con los años, negocios de comercio electrónico, como es el caso de Amazon. El 55% de ingresos de esta empresa proviene de la venta electrónica de consumo y, de este porcentaje, el 40% lo realizan vendedores externos. Además, su éxito recae en la logística que desarrolla, el cual permite tener menores costos y, por ende, un menor precio final para sus clientes. Ello, sin embargo, podría tener repercusiones en el mundo. Por eso, surge la siguiente pregunta: ¿en qué medida Amazon y la demás compañía de venta por internet podrían ser beneficiosas para el mundo?
Para empezar, supongamos un mundo en donde no existiera Amazon y ninguna compañía de compra por internet para poder descubrir el beneficio que brindan al mundo. Además, asumamos que existe comercio internacional; es decir, se da el intercambio de bienes y servicios entre países y existen normativas que lo regulan como, por ejemplo, los aranceles, que son los impuestos hacia la importación o exportación.
Sobre la base de lo mencionado, tomemos la siguiente situación. Una persona llamada Anónimo, que vive en el Perú, desea comprar un traje especial para protegerse de la pandemia por la COVID-19. En su país, solo una empresa produce este artículo y lo vende a precios muy altos, por lo que, Anónimo piensa en importarlo desde la India y comienza a buscar a través de distintas plataformas en la red a diversas empresas. Anónimo, primero, analiza el tipo de cambio y se percata que 2 rupias indias equivale a 1 sol peruano. La compañía con la que se contactó en la India le menciona que el traje cuesta 50 rupias indias, mientras que, en Perú, cuesta 50 soles. Es decir, el traje le costaría la mitad del precio. Pero, además, Anónimo debe evaluar otros costos que implica importar, como son los aranceles y fletes. Estos últimos son los costos de transporte. Finalmente, Anónimo concluye que no le saldría a cuenta, pues, entre aranceles y fletes, el costo de importar el traje le saldría al mismo costo que comprarlo en Perú. Además, existe un costo implícito, como es el tiempo en hacer los trámites, por lo que Anónimo decide adquirir el traje en Perú. ¿Cuál fue el problema? No es su tacañería, sino los altos costos.
Ahora bien, supongamos un mundo, en donde ya existe Amazon y las demás compañías de compra por internet. Estas ofrecen una alta eficiencia en la logística y distribución de sus productos que reducen los costos de transporte, lo que, finalmente, se traduce en un menor precio final para los consumidores. ¿Cómo así? La respuesta está en el proceso logístico que se sigue.
Al momento de aceptar un pedido, la compañía recibe, a la vez, otros encargos de diferentes empresas hacia un mismo destino. Es decir, Amazon puede recibir cien pedidos de trajes especiales contra la COVID-19 o de otros productos de empresas de la India hacia usuarios de Perú, todos a la vez. Esto genera que los costos del trámite de envío se terminen costeando entre varios usuarios. Asimismo, Amazon emplea envíos por rutas; en otras palabras, los productos no se envían directo de India hacia Perú, sino que, primero, recorre las rutas más frecuentes como China, India y Europa. Esto genera que, en vez de costear un barco para pedidos hacia un solo destino, se pueda aprovechar a la vez los envíos de otras partes del mundo hacia Perú. Ello implica que se disminuirían aún más los costos logísticos porque se termina compartiendo entre más usuarios. El mecanismo que aplica Amazon es el de las economías de escala. Esto sucede cuando la empresa al expandirse, en cuanto más produzca su costo para fabricar una unidad de ese producto es menor. En el caso de Amazon, a mayor cantidad de pedidos que recorra alrededor del mundo, el costo de transacción por pedido será menor.
En conclusión, actualmente vivimos en una era en donde podemos hacer distintas transacciones de bienes y servicios con otros países del mundo. El comercio electrónico de algunas compañías internacionales, como Amazon, permite tener un mayor alcance entre los consumidores y empresas, para que este proceso sea más eficiente. Esto último se debe a las economías de escalas, que originan un menor coste de transacción para los envíos que, finalmente, generan un menor precio final para los consumidores. Ello demuestra que, efectivamente, todo ello es beneficioso para el mundo #Pagandomenossomosmásfelices.
Edición: Claudia Barraza