¿Esto es imposible? No. Para que esto ocurra, ¿necesito el apoyo de la #SeñoraK? No. #TaperFecto.
Cada vez que ocurre un suceso en nuestras vidas, tendemos a preguntar a los demás sobre la opinión que tienen al respecto. Por ejemplo, si encuestáramos a todos nuestros amigos de Facebook acerca de su género de música favorito, saldrían respuestas distintas como el reggaetón, salsa, rock, etc. De aquí, uno puede concluir cuál es el más escuchado por ellos. Como resultado, se dice que una variedad de comportamientos es “contagioso” porque se difunden a través de la población a medida que las personas perciben que otros adoptan el comportamiento y luego siguen dicha conducta ellos mismos. Es decir, si crees que tus contactos escuchan a Nicky Jam, percibes que los demás también lo escuchan y finalmente tú mismo terminas escuchándolo, entonces el comportamiento que has adoptado ha sido “contagioso” #Brrrr.
En algunos casos, el “contagio social” se extenderá de un pequeño número de personas a una gran parte de la población, lo que resultará en una moda, una canción de éxito o quizás una campaña política exitosa. Sin embargo, este fenómeno puede sesgar las percepciones sociales que las personas hacen sobre los demás. Leman, Yan y Wu han identificado dos principales sesgos que surgen a partir de esto.
El primer sesgo se conoce como la paradoja de la amistad, que establece
que, en promedio, la mayoría de las personas tienen menos amigos que sus amigos.
Además, en contradicción con lo anterior, la mayoría de personas creen que
tienen, en promedio, más amigos que sus amigos #CaíEnMisMentiras. Esto puede
ser aplicado a una serie de características binarias tales como “compró un
iPhone” frente a “no compró un Iphone” #JustoEnLaPobreza o demócrata versus
republicano Vizcarra vs SeñoraK. A partir de este punto, surge un
segundo sesgo denominado como la paradoja de la “ilusión mayoritaria”. Esta lleva
a las personas a sobrestimar sistemáticamente la prevalencia de ese estado, lo
que puede acelerar la propagación de contagios sociales.
El ejemplo básico sobre el que se puede fundamentar estos sesgos es el siguiente:
Si nos fijamos en ambas figuras por fuera, la opinión mayoritaria es de las personas que prefieren blanco, mientras que solo tres personas escogieron rojo. Sin embargo, si vemos lo que pasa por dentro, las cosas funcionan de forma diferente. Si tomamos a cada nodo de esa red como una persona, que tiene ciertos contactos -los cuales están unidos a través de los hilos- nos podremos dar cuenta de que los resultados entre ambas redes funcionan de forma diferente.
En la red de la izquierda, si preguntamos a la persona del nodo 1 sobre la opinión de la mayoría de sus contactos (2, 6, 8 y 11), este nos responderá que la mayoría (todos) prefiere blanco. Si pasamos a preguntarle a la persona del nodo 2 sobre la decisión de la mayoría de sus contactos (1, 3, 5, 6, 7, 10 y 12), nos responderá que casi todos (excepto el 5) prefieren blanco. De la misma forma, la persona del nodo 3 nos dirá que la mayoría de sus contactos (2 y 11; es decir, todos) prefiere blanco. Así, pasando por todos los demás, la respuesta siempre será la misma: la mayoría de los contactos de cada nodo prefiere blanco.
Sin embargo, si nos enfocamos en la red de la derecha, hay cambios significativos en la mecánica de cómo funciona. Como se puede observar, la red es exactamente la misma. Cada nodo mantiene sus mismos contactos, y, nuevamente, hay solo tres personas que opinan rojo; y once, blanco. No obstante, si ahora preguntamos a cada nodo sobre la opinión de la mayoría de sus contactos, las respuestas serán diferentes. En primer lugar, de los cuatro contactos del nodo 1 (2, 6, 8 y 11), la mayoría opina rojo (2, 8 y 11). En segundo lugar, para los contactos del nodo 2 (1, 3, 5, 6, 7, 10 y 12), la elección mayoritaria es blanco. En tercer lugar, el nodo 3 respondería que la mayoría de sus contactos (todos) escogieron rojo. De la misma forma, para los nodos 4, 5, 7, 10, 12, 13 y 14, la respuesta será que la mayoría de sus contactos eligieron rojo. Es decir, nueve de los catorce nodos observan que la mayoría de sus contactos opinan rojo. Sin embargo, bajo un panorama desde afuera de la red sabemos que rojo es una opinión minoritaria.
Lo que ha sucedido aquí es que la opinión de los nodos rojos es muy influyente porque es percibida por muchas personas de la red. Por lo tanto, este grupo pequeño de nodos rojos puede hacer creer a toda la red que la opinión mayoritaria es una que ciertamente no es la verdadera. Pero ¿cómo los nodos se pueden dar cuenta de qué opinión es la mayoritaria? La respuesta es que no existe forma de saberlo desde dentro. La única manera en la que se podría descubrir la verdad es viendo este fenómeno desde afuera; sin embargo, en la práctica es muy difícil de ver esto desde ese ángulo.
Ahora, si pensamos esto como en nuestra cotidianidad, nos podemos dar cuenta de que quizás podríamos estar sesgando algunos hechos. Volviendo a nuestro ejemplo inicial, el hecho de que existan ciertas personas influyentes #LosManyaditos que escuchan a Nicky Jam, no significa que la mayoría escuche a este artista y que sus canciones sean la nueva moda. Es decir, nuestra percepción de la realidad puede estar sesgada #FuimosTimados.
Finalmente, la solución que podría ayudar a reducir este sesgo es diversificar nuestras amistades. Es decir, no fiarnos solo de la opinión de algunos, sino que deberíamos expandir nuestros horizontes y agrandar nuestra red de contactos para poder tener una mejor percepción sobre la realidad #WannaBeManyado.
Editado por Claudia Barraza
Referencias
Lerman, K., Yan, X., & Wu, X.-Z. (2016). The “Majority Illusion” in Social Networks. PLOS ONE, 11(2), e0147617. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0147617