¿Alguna vez has salido a comer en grupo y te has preguntado si te resulta más barato pagar tu plato o tomarte el chambón de pagar la cuenta en conjunto y dividirlo en partes iguales?… ¿pa qué? si ahora hay Yape. Pues la ciencia económica dice que es mejor pagar la cuenta por separado si es que uno quiere ser roño ahorrador.

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Gneezy, Haruvy y Yafe (2004) demostraron, a través de un experimento, en el cual se encontró que cuando las personas pagaban lo que cada uno consumía, se gastaba en promedio 37.3 dólares. Mientras que, si se dividía la cuenta en partes iguales se gastaba en promedio 50.9; y si los investigadores pagaban la comida a los individuos, estos gastaban 82.3 dólares.

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Esto se debe al fenómeno free rider o el fenómeno del “conchudo”, formalmente, el problema del polizón. Este se da cuando un individuo trata de obtener un beneficio al utilizar un bien sin pagar por este.  Por ello, cada vez que una persona tenga la oportunidad de transferir el costo a los demás, lo hará.

¿Suena conocido?

¿Suena conocido?

Además, en la columna 3 de la tabla 1 se observa que los hombres consumen mucho más que las mujeres cuando se les invitaba a comer. Esto sirve como evidencia de que los hombres tienden a ser más free riders más egoístas.

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Pero…, ¿cuál es el razonamiento detrás de esto?

Bajo los supuestos: hay dos platos, uno caro y otro barato, de los cuáles prefieres el primero y pagar la diferencia entre los dos platos te quita satisfacción. Además, asumiendo que la insatisfacción brindada por tener que pagar la diferencia de precios es mayor a la satisfacción que obtienes al comerlo. Siempre satisfecho nunca insatisfecho. Entonces, uno pensaría que en el caso donde todos se dividen la cuenta, convendría pedir el plato caro porque le estarías pasando parte del precio adicional a los demás… (aquí es donde entra el free rider) #¿MeSiguen? Pero si los demás son tan ratas inteligentes como tú y piensan igual, entonces todos terminarían pagando más de lo que hubieran pagado inicialmente.

  No me funcionó

No me funcionó

Así, el equilibrio del juego, cuando se divide la cuenta, es que las personas deben minimizar sus costos aprovechándose de los demás. En cristiano ser un free rider. Además, los investigadores aplicaron la prueba de hipótesis no paramétrica de U Mann-Whitney para averiguar si ciertos pares de grupos independientes tenían la misma distribución o si diferían en localización (distintas medianas). La siguiente imagen nos permite entender visualmente las hipótesis:

 como 6 Donde:
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En la imagen derecha se observa el cumplimiento de la hipótesis alterna al observarse que la distribución de la variable “females” está desplazada hacia la derecha de “males”. Esto nos indica que los pares de grupos difieren en localización, que es similar a decir que sus medianas no son iguales.

Por los resultados anteriores de la tabla 1 se espera que los pares de grupos difieran en localización debido a que los costos promedios por individuo bajo los diferentes tratamientos son muy distintos. Así, se espera que se rechace la hipótesis nula. Esto sucederá siempre que el p-valor sea menor al nivel de significancia (1%). La siguiente tabla muestra los resultados de las pruebas aplicadas.
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Si analizamos el caso en el que cada individuo pague lo suyo vs. que se divida la cuenta en partes iguales: Screen Shot 2019-05-18 at 07.36.12

Como observamos en la columna 1 del cuadro, el p-valor (0,0014) es menor a 0.01. Es decir, que al 99% de confianza, se podría considerar que la cantidad de dinero que se gasta en promedio por individuo en el caso del que cada uno paga lo suyo, difiere del de la división de la cuenta en partes iguales. De igual manera se da para los otros dos casos posibles. #TareaMuchachos

Asimismo, pagar la cuenta cada uno por separado trae costos. Por un lado, encontramos los altos costos mentales debido a los cálculos matemáticos requeridos para ver cuanto tiene que pagar cada individuo. Por otro lado, si decides pagar solo tu parte, podrías quedar mal delante de los demás creando “costos sociales”. Además, a veces hay ciertas restricciones institucionales que originan costos adicionales.  Un ejemplo puede ser que ciertos locales solo te dejan pagar con una tarjeta #MalditosCines. Luego de que un individuo pague la suma total se debe conseguir el cambio exacto para pagarle a este causando más trámites engorrosos. Es aquí donde entra Yape y nos ayuda a combatir estos costos adicionales que usualmente no observamos al salir con nuestros amigos. Facilitándonos pagar solo lo que nos corresponde.

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La lección es que las personas reaccionan a los cambios en los incentivos e ignoran en gran medida las externalidades negativas que causan. Esto nos conlleva a indicar que, si las instituciones no toman en cuenta el efecto de las externalidades negativas estas serán ineficientes. Un ejemplo de esto se encuentra en la investigación de Gneezy, Haruvy y Yafe (2004), donde se encontró que el 80% de las personas prefieren pagar lo que les corresponde, pero gracias a ciertos códigos y costumbres de la sociedad (que se pague la cuenta en partes iguales) no llegamos a hacer lo que queremos. En conclusión, si las instituciones no toman en cuenta el efecto de las externalidades, el resultado será que las personas jugarán el equilibrio del juego disponible (minimizar sus pérdidas aprovechándose de los demás cuando se divide la cuenta), incluso si prefieren otro juego (que cada uno pague lo suyo).

Editado por Sofía Flores Dávila

Referencias

Gneezy, U., Haruvy, E., & Yafe, H. (2004). The inefficiency of splitting the bill. The Economic Journal114(495), 265-280.