Mientras nosotros nos divertíamos-deprimíamos con el nivel de nuestras elecciones, los gringos vivían una situación similar. En este caso inédito (para ellos, nosotros ya estábamos acostumbrados), Trump fue elegido y acaba de inaugurarse. Su cargo puede cambiar radicalmente al mundo para bien o para mal, pero ese es un tema para otro momento. Lo que vamos hacer ahora es explicar eso que sorprendió alrededor del globo. Sus críticos creían que su elección sería el fin de los tiempos, pero la realidad es otra: él llegó como señal de que es necesario un cambio. Después de la Gran Recesión y el fracaso de la lucha contra ISIS, ¿sorprende que sea llamativo querer volver a un tiempo más simple, pedir Make America Great Again?
Con el 2008 se habló de la gran crisis del capitalismo, pero es importante definir cómo es que esta sucedió y que pasó en estos nueve años. El sistema de post-guerra fría que conocemos no ha funcionado para muchos y ellos esperan ser la prioridad de su gobierno, en lugar de la ayuda al extranjero en nombre de la globalización. Trump se ha referido a ellos en su discurso y es un gran alivio ver que no son invisibles a su Presidente. Por fin van a tener la política pseudo nacionalista de America First que esperaban, no ayudar a países que ni siquiera pueden ubicar en el mapa o darle sus trabajos a extranjeros e inmigrantes.
Con Trump y Sanders como candidatos muy populares esta carrera, el establishment había fracasado. La debilidad de Hillary Clinton era que ella representaba todo de lo que los votantes querían deshacerse. Por ello, durante la inauguración, mientras tú estabas viendo el vestido de Melania -que no es tanto mundo como farándula-, en VA nuestro equipo de weberos sin vida actualidad decidió escuchar el discurso inaugural de Trump. El eje de su discurso fue quitar el poder de la clase política que los dejó como están para entregárselo al pueblo estadounidense. La globalización ha alienado a varios y por eso llegamos, en parte por lo menos, a la situación que ha lanzado a Trump al poder. No es un caso aislado: ya tuvimos el Brexit y las elecciones en Francia y Alemania pueden sorprendernos.
Cuando inició la crisis, era difícil saber que sería así: los que empezaron culpando al neoliberalismo eran grupos de izquierda. No sabemos qué será de ellos, pero parecían la dirección en la que íbamos a ir hace muy poco, tan recientemente como Piketty o la campaña de Sanders. Sin embargo, ellos en realidad son la otra cara de la moneda de los grupos pseudo nacionalistas detrás de Trump y le Pen. Ambos se definen en oposición a las políticas globalizantes como el TPP y se cree que van juntarse en un lado del nuevo eje político entre neoliberales y populistas. Se habla mucho de que Trump va a lanzar a China como primera potencia o asegurará la victoria siria en la guerra, pero el mayor cambio puede no ser lo que él haga, sino lo que lo llevó a donde está, y es este mismo realineamiento. Vamos a seguir viendo cómo la división entre izquierdas y derechas (al menos como las entendemos) demuestra ser obsoleta, y en menos de lo que pensamos figuras como Trump y Sanders se verán obligadas a trabajar juntas.