Dentro de solo unas horas, Perú y Colombia se medirán por el mismo sueño: llegar a Rusia 2018. Si todo sale bien, estamos a 90 minutos de romper 35 años de mala racha, de comprar los boletos a Rusia, los que pueden, y los que no, de comprar la tele ultra HD de N pulgadas para ver casi en 3D todos los partidos. Estamos a 90 minutos de llorar de alegría y de embriagarnos…¡de felicidad! Estamos a 90 minutos de llenar un álbum Panini con la cara de Gallese (dámelo siempre), Guerrero, Ruidios (?), Cueva, y demás. Estamos a 90 minutos de la gloria. Por esta razón, realizamos un breve repaso de lo que ha sido este camino, te contamos el cambio generado por los entrenadores de ambas selecciones, y adelantamos lo que será el enfrentamiento entre estas selecciones.
Versus de selecciones
Perú dejó de asistir a la cita mundialista después de España ‘82. Probablemente nuestros padres o abuelos aún recuerdan a la famosa “naranjita” y a los ídolos de ese entonces: el “Nene” Cubillas, el “Diamante” Uribe y “El Ciego” Oblitas. No obstante, hoy son otros los nombres que aclama la afición: la “Pulga Ruidios”, “Cuevita” y “Orejas” Flores son algunos de integrantes de la selección que le devolvieron la fe al hincha peruano. Pero el juego de este equipo no trascendió de la noche a la mañana, fue resultado de un proceso de cambio que inició Ricardo Gareca en 2015, cuando asumió el liderazgo de la selección nacional.
A lo largo de estas eliminatorias, Gareca intentó con diferentes alineaciones, hasta que encontró la ideal y trabajó en ella una restructuración total. Probablemente, su mérito más grande haya sido el cambio que realizó en la mentalidad futbolística del jugador. En lo personal, desde que me apasiona este deporte, no he visto un equipo más comprometido con la causa. Han pasado 35 años desde nuestro último Mundial, pero hoy, de la mano de Gareca, la selección ha superado no solo a equipos de gran talla, sino también los típicos males peruanos porque, hay que reconocerlo, en este país, es muy difícil no perder la cabeza y, sobre todo, el rumbo. La prensa, la fiesta y el criollismo sepultan a las más jóvenes promesas y, así, se rompe el ciclo de creación de jugadores.
A estas dificultades se agrega uno de los defectos que, considero, debemos erradicar urgentemente: la visión cortoplacista de los peruanos. Este es un defecto que va más allá del fútbol. Todos aquellos que buscaron la salida de Gareca apenas vieron una fecha perdida, una alineación que no dio resultado o un paso en falso, hoy son duramente criticados, pues los hinchas se han dado cuenta de que un cambio no se da de la noche a la mañana. Requiere tiempo, paciencia y buen humor optimismo.
Sin embargo, el Perú no es la única selección que ha realizado cambios sustanciales en su selección. Colombia también hizo lo propio, de la mano de su actual director técnico (DT), José Pékerman, y reapareció en Brasil 2014 tras 16 años de sequía mundialista. Desde Pékerman asumió las riendas de la selección colombiana, en 2012, ha alcanzado grandes logros, entre los cuales destacan haber conseguido que el jugador colombiano vuelva a confiar en sus habilidades, y apostar por jóvenes promesas –como James Rodríguez en ese entonces–. Los propios jugadores señalan que se produjo una revolución en el fútbol cafetero y que lograron adaptarse muy bien a la nueva propuesta que planteaba Pékerman. Al llegar las Eliminatorias de Brasil 2014, se vieron los resultados de su trabajo: Colombia clasificó en segundo lugar de las Eliminatorias y llegó hasta cuartos de final. Toda una hazaña.
Entonces…¿qué nos espera?
Se enfrentan dos selecciones que han cambiado su mentalidad de juego de la mano de entrenadores argentinos. Nos espera una selección colombiana igual de ilusionada por clasificar que nosotros, con jugadores hambrientos de gol, con ganas de no querer volver a faltar a una cita mundialista. Sin embargo, nosotros estamos con Gareca, con un grupo de jóvenes concentrados en el objetivo y motivados a más no poder, con una afición que ya saborea el triunfo y que está lista para hacer retumbar el Estadio Nacional. Hoy no importa si el que se sienta a nuestro costado en el Estadio se subió último al coche o si las colas en el Metropolitano son largas. Hoy tenemos que ser el jugador #12, tenemos que alentar como un solo país, ya sea que nos encontremos en el Nacional, en la calle de las pizzas, en casa o en donde sea… ¡Hoy todos #SomosSelección!