El mundo como lo conocemos tiene fecha de expiración. La ONU ha lanzado dos advertencias sobre el calentamiento global. La primera, se está acelerando; la segunda es que el nuevo límite de calentamiento para que los desastres inicien es de 1,5° Celsius y no de 2°C. como se había estimado previamente.
¿Qué significa que el globo se caliente 1,5° Celsius?
No es lo mismo a cuando sube la temperatura en verano, sino que aumenta la temperatura promedio del globo, es decir de océanos y vientos. Un “adelanto” de lo que pasaría lo vivimos durante el EVENTO del NIÑO (ENSO) que tenemos cada ciertos años. En este la temperatura del mar se eleva, siendo los ENSO más fuertes aquellos que ocasionan un aumento de temperatura mayor a 1.5°C. Cuando esto ocurre somos testigos de grandes desastres naturales que dejan a muchos sin hogar, sin olvidar la escasez de agua que ocasiona. El calentamiento global es como esos ENSO fuertes, pero no durante un par de meses sino como “nueva normalidad”, a la cual será muy duro sobrevivir.
Gráfico del aumento de la temperatura en la tierra en comparación a la irradiación solar, hasta el 2020
¿Qué podemos hacer al respecto?
La ONU sugiere que, para no sobrepasar el límite de 1,5°C., las emisiones de CO2 de origen humano deberían reducirse en un 45% para el 2030, con respecto a los niveles del 2010 y alcanzar el cero neto en 2050, ya que con la tendencia actual podríamos llegar a más de 3°C. Para ello se requiere verdadero compromiso de las grandes empresas, las potencias mundiales y también las personas de a pie. El cambio debe ser drástico y rápido, no como señala la gigante CHINA, que pretende menguar sus emisiones para el 2060.
Estos cambios serán posibles con la adopción de la Economía Verde en todos los países y empresas (y así suavizar el golpe). Esta economía resulta en un mejoramiento del bienestar humano y la equidad social, mientras se reducen los riesgos ambientales, y es la que los expertos señalan como solución, tal como concretó en la Cumbre sobre la Acción Climática 2019. Para impulsar este cambio existen los fondos sostenibles a nivel mundial, que sumaron 2.24 billones en activos en el segundo trimestre del 2021.
El mundo ha dado hasta ahora pasos de bebé en cuanto a adoptar esta economía, ejemplo de ello es que después de 19 años de trabajo arduo, el pasado julio se anunció el fin de la gasolina con plomo. Pero ya no tenemos 19 años para los cambios que se requieren, tenemos menos de 10 y eso significa que se deberán tomar decisiones fuertes y rápidas de parte de los gobiernos.
¿Qué está haciendo el Perú para cumplir con esos cambios?
En febrero del 2020 el gobierno aprobó la Hoja de Ruta hacia una Economía circular en el sector Industria, la cual fue elaborada por el Ministerio de la Producción (PRODUCE) en alianza con el Ministerio del Ambiente (MINAM). La Economía circular es aquella que no genera residuos, sino que los reutiliza, cambiando el modelo de economía lineal que es netamente extractiva. El problema con la segunda es que los materiales que nos proporcionan los ecosistemas son finitos, en algún momento tendremos entonces montañas de basura inútil en vez de ecosistemas funcionales. Además, por su lado, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) en pos de estas metas, ha anunciado recientemente que dará beneficios a mineras que cuiden y restauren el medio ambiente.
Pero, como se mencionó líneas arriba, la población también debe “cambiar el chip”, cómo, pues cambiando también la economía del hogar. Para ello tenemos las ya conocidas 3R: Reducir, Reciclar y Reutilizar.
Puede que en casa ya separes las botellas del resto de la basura y las lleves a reciclar o que reutilices las bolsas plásticas, pero no es suficiente, debemos apuntar a tener cero residuos. Para ello debemos encargarnos también de nuestra basura orgánica. Al año se desperdicia en el mundo 1.300 millones de toneladas de alimentos, los cuales contribuyen a tres problemas: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Estos generan aproximadamente 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, esos que con tanta desesperación debemos eliminar. Así que la mejor opción para que esto no suceda es compostar nuestros residuos orgánicos (alimentos) y así contribuir a que el mundo no se acabe tan rápido.
Finalmente, cuando lleguen los cambios, la vida en la tierra seguirá existiendo, esta siempre se ha adaptado. Algunas especies sobrevivirán y otras se irán para siempre y dejarán espacio para que aparezcan nuevas, pero la humanidad no sobrevivirá. Debemos alejarnos del “consumismo” y hacer las paces con la tierra que nos ha albergado tantos años, si queremos continuar caminando en ella
Edición: Kelly Pérez