El mes pasado se concretó un acuerdo que establece los detalles del Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea. Como ya indica Frances Coppola en Forbes, Theresa May ha logrado que todos los políticos y sus seguidores, leavers o remainers, estén de acuerdo: todo el país coincide en su odio hacia este acuerdo.

Antes de explicar el porqué del rechazo, es importante especificar que este acuerdo firmado no es definitivo, sino que tiene el objetivo de plasmar los puntos que se vienen concretando hasta ahora. Es decir, todavía falta mucho por determinar al respecto del futuro de esta separación. Sin embargo, esta es una señal de lo que está por venir. Y como tal, vale la pena tomar este desastroso acuerdo.

Y el Reino Unido no sólo está de acuerdo en que el proceso está yendo de manera lamentable; Theresa May es señalada unánimemente como la responsable de lo que sucede. Como ya explica el reconocido economista Niall Ferguson, el Brexit ha venido siendo liderado por las personas que se opusieron a él desde el principio. Theresa May ha apresurado innecesariamente el proceso para iniciar discusiones sin siquiera haber decidido exactamente qué busca el Reino Unido; es así como el Reino Unido fue a negociar sin saber qué debía exigir, qué podía ceder y qué tenía que esperar.london

Contra lo que indican muchos analistas, el Reino Unido se encuentra en capacidad de funcionar de manera separada de la Unión Europea. No solamente es el Estado miembro con la segunda economía más grande y el mayor comercio con el exterior, sino que también cuenta con el idioma inglés como el oficial, lo cual resulta muy atractivo para que las compañías estadounidenses localicen sus divisiones europeas en este país, y de esta manera, que Londres sea un centro financiero tanto o más importante que la misma Nueva York. Todas estas cualidades le otorgaban un gran poder de negociación al Reino Unido que fue desaprovechado por Theresa May.

Dicho esto, ¿qué se ha concretado? Todo lo contrario a lo que determinaba Theresa May. El Reino Unido no iba a otorgar más financiamiento a la Unión Europea; ahora, les van a entregar 50 mil millones de dólares. El Reino Unido necesita de socios comerciales y para eso necesita urgentemente poder firmar tratados de libre comercio; al parecer, esto no podrá suceder hasta el 2021. El Reino Unido tendría que escapar de las abundantes regulaciones del Área Económica Europea; pero ahora no sólo se atendrá a ellas, sino que no podrá votar sobre estas.

Para detallar un poco de la carrera política de May antes de estar a cargo de este importante momento en la historia del Reino Unido: ya desde antes de haber sido Primera Ministra se mostró interesada en mantener un estricto control de entrada de flujos migratorios. Este hecho va en contra de uno de los principios de la Unión Europea, el libre movimiento de personas. ¿Adivinarán qué sí pudo mantener en este pacto? En mi opinión, el único aspecto negativo que presentaba el Brexit.

Parte del plan original del UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido) tomaba en cuenta esta reducción de la migración europea y pretendía, en su lugar, fortalecer lazos con la Mancomunidad de Naciones, lo cual habría sido más difícil anteriormente debido a los controles migratorios europeos. A la fecha, el Reino Unido no ha intentado fomentar la migración de ningún tipo, ni con la Unión Europea ni con la Mancomunidad.

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Lo que todo esto nos indica es que el Brexit ha sido un fracaso. La falta de un liderazgo competente ha dañado profundamente el desempeño de la economía británica, rezagándola en tal vez diez años. Las profecías apocalípticas de los remainers eran fácilmente evitables;, sin embargo, Theresa May logró que todas y cada una de ellas se cumplieran al intentar cerrar cada vez más a la economía británica, cuando el Brexit en realidad prometía abrir al país, al permitir que el Reino Unido baje los excesivos aranceles externos de la Unión Europea y trabas regulatorias.