Cuando Gianni Infantino, presidente de la FIFA, anunció que la Copa del Mundo aumentará de 32 a 48 participantes a partir de 2026, se pudo escuchar a lo lejos un murmullo de hinchas peruanos esperanzados anunciando que a ese mundial sí clasificamos. No importa si los grupos son de tres, o si también participan Etiopía, Omán o Nueva Zelanda, un Mundial es un Mundial. Pero de 2026 en adelante, los Mundiales dejarán de ser lo que han sido hasta ahora. ¿Qué cambios serán necesarios para aglutinar a 16 equipos más? ¿Por qué se tomó esta decisión? ¿Qué consecuencias tendrá en la competición de fútbol más prestigiosa del planeta?
La ampliación del número de participantes contempla cambios en el formato de la competición. En vez de 8 grupos de 4 participantes, se formarán 16 grupos de 3 participantes, donde los dos mejores procederán a la etapa de eliminación directa. Con estos cambios, el número de partidos aumentará de 64 a 80, aunque la duración de la competencia se mantendrá por debajo de los 32 días y el máximo número de partidos que un equipo juegue, en caso llegue a semifinales, seguirá siendo 7.
Si bien Infantino argumentó que las principales razones para ampliar el número de participantes son futbolísticas, no cabe duda que todo es un plan para que Perú finalmente clasifique el dinero y el poder están detrás de esta decisión. Según estimados confidenciales de la FIFA, revelados por The Times, los ingresos de un mundial por contratos televisivos, auspiciadores, marketing y entradas aumentarían en casi mil millones de dólares. Por otro lado, una de sus principales promesas de campaña para la presidencia de la FIFA fue expandir el número de participantes en el Mundial. Cumplir con su promesa afianza su reelección en 2019, donde cada uno de los 211 miembros de la FIFA – desde Alemania hasta Gibraltar – tendrá un voto.
Aunque la decisión ya está tomada, existen muchos detalles que todavía faltan aclarar. En primer lugar, ¿cómo se repartirán los 16 cupos adicionales? Los presidentes de cada confederación lucharán por obtener la mayor cantidad posible de cupos, aunque todo parece indicar que Asia, África y Norteamérica serán los más beneficiados.
El mayor número de plazas por confederación también afectaría el proceso clasificatorio, que, no hay que olvidar, es cuando realmente comienza un Mundial. En la CONCACAF, el presente sistema hexagonal sería ilógico si se amplía el número de cupos de 3.5 a 6.5. En la CONMEBOL, ¿tendría sentido un grupo de diez equipos si siete clasifican? Tras pocas fechas, ya se conocerían muchos de los equipos que están clasificados y las eliminatorias, que representan un gran espectáculo futbolístico y una importante fuente de ingresos para las federaciones sudamericanas, perderían atractivo. Una solución que baraja la FIFA es fusionar ambos procesos clasificatorios.
Con respecto a la fase final del Mundial, los grupos de tres no son más que una lamentable decisión. Bajo el formato actual, los dos últimos partidos se juegan en simultáneo para evitar colusión entre equipos. Con el nuevo sistema, con un número impar de equipos, esto sería imposible. Según el estadístico Mr. Chip, el nuevo sistema corresponde a una máquina de amaños. Imaginemos un grupo formado por Rusia, Estados Unidos y China, con el siguiente calendario.
- Partido 1: Rusia vs EE.UU.
- Partido 2: EE.UU. vs China
- Partido 3: Rusia vs China
Bajo este formato, Rusia y China jugarían el tercer partido sabiendo exactamente qué resultados necesitan para pasar y podrían coludir – explícita o implícitamente – para dejar fuera de la fase de eliminación directa a Estados Unidos #MakeAmericaLoseAgain. Un ejemplo simple sería:
- Partido 1: Rusia vence a Estados Unidos 2-0
- Partido 2: Estados Unidos vence a China 1-0
En el último juego, Rusia y China se ponen de acuerdo para que dejar que China gane 1-0, lo que clasificaría a ambos equipos a costa de Estados Unidos.
La FIFA es consciente de este problema y ha sugerido que podría implementar tandas de penales en caso de empate durante la fase de grupos para que siempre haya un ganador y evitar el incentivo para los amaños. Sin embargo, esta modificación a las reglas del fútbol solo reconoce las graves deficiencias de este formato y, para colmo, no resuelve el incentivo a coludir por un resultado, tal como ilustra el siguiente escenario.
- Partido 1: Rusia empata con Estados Unidos 0-0 (Rusia gana en penales)
- Partido 2: Estados Unidos empata con China 0-0 (EE.UU. gana en penales)
- Partido 3: Rusia empata con China 1-1 (China gana en penales)
Aparte del diseño de la competencia, los críticos más feroces argumentan que traer más equipos diluirá la calidad del torneo, lo que le quitará prestigio, atractivo y competitividad, especialmente en las primeras rondas. Si Brasil 2014 hubiera tenido el nuevo formato, en la fase de grupos hubiéramos podido disfrutar partidos de “alto calibre” como Honduras (75 en el ranking FIFA) contra Nueva Zelanda (109), o Venezuela (59) contra Etiopía (112). Por otro lado, las abultadísimas goleadas impropias de un mundial – olvidemos por un segundo la masacre victoria de Alemania sobre Brasil – se multiplicarían debido a la inequidad entre la cabeza de serie y los demás miembros del grupo.
Las decisiones financieras, políticas o emotivas no deberían anteponerse sobre razones futbolísticas en el diseño de la más prestigiosa e importante competencia de fútbol a nivel mundial. A partir de 2026, los Mundiales no serán lo mismo.