En algún momento de nuestras vidas, nos hemos dicho a nosotros mismos palabras hirientes por alguna parte de nuestro cuerpo, color de piel o por una característica que no nos guste, pero en realidad es algo que la sociedad nos inculca desde pequeños porque han crecido con la creencia de que tenemos que cumplir ciertos estándares para aceptarnos o encajar en algún grupo social, sin embargo; eso no es necesariamente cierto, pero de igual forma, nosotros crecemos con esas ideas y en caso de que no cumplamos con estos “indicadores” nos juzgamos y criticamos por no ser como los demás quieren.
Lo explicado anteriormente tiene que ver con nuestra autoestima, pero es entendible que cuando estamos en la etapa de la pubertad o adolescencia tomemos todo tan personal porque aún estamos en crecimiento y porque nos acostumbramos a escuchar opiniones externas. Por lo cual, Rice (2000), menciona que la autoestima de una persona es la consideración que se tiene hacia sí misma, asimismo; Gastón de Mézerville (2004) explica que existen aspectos que componen la autoestima, al cual denomina proceso de la autoestima y hay dos dimensiones complementarias:
Una dimensión integrada por tres componentes: la autoimagen, la autovaloración y la autoconfianza.
Una dimensión conductual conformada por: el autocontrol, la autoafirmación y la autorrealización.
Por otro lado, tenemos al amor propio que según Elena Daprá, citado por Martha Villalba, es la percepción que tenemos de nosotros mismos y la aceptación incondicional de nuestro ser, es decir; conocernos y aceptarnos tal y como somos, con todas nuestros defectos o imperfecciones.
Pero, ¿Cómo podemos construir el amor propio?
Al igual que una planta, ellas necesitan ser regadas constantemente y cuidadas con mucho amor para que puedan florecer, lo mismo pasa con nosotros; así como las plantas nosotros también necesitamos dedicarnos tiempo a nosotros mismos, amarnos, conocernos e ir sanando nuestras heridas. Por consiguiente, en este artículo te brindaré algunos actos de amor propio que puedes hacer según un blog de psicología, Terapify:
- Ponte en primer lugar
- Práctica el autocuidado
- Date gustos y tiempo a ti mismo
- Cambia la manera en la que te hablas
- Conócete
Además, tenemos la otra cara de la moneda que es la falta de amor propio, muchos de nosotros nos criticamos constantemente por lo que hacemos o dejamos de ser y acerca de lo que la gente quiere que seamos. Por lo cual, te preguntarás, ¿cuáles serían las consecuencias de no tener amor propio?, para Beatriz Pujante algunas de estas serían:
- Hablarte mal o invalidarte
- Creer en todo lo que dicen
- Te exiges demasiado para encajar
En la charla TED de Sofia Castro titulada “Amor propio”, nos menciona acerca de que la sociedad actual no es empática con las figuras públicas o cualquier persona a través de las redes sociales porque constantemente se critica el cuerpo, apariencia o comportamiento sin tener en cuenta los sentimientos o las consecuencias negativas que trae a las víctimas, como la depresión o ansiedad. El mensaje que nos deja su charla es que la felicidad viene de uno mismo y si uno como persona no se ama ni se respeta, nadie lo hará.
Por último, en la última película de Barbie también nos dejó un mensaje impactante tanto para las mujeres como para los hombres, nos enseñó que está bien sentir nuestras emociones y validarlas porque tienen mucho valor; los cambios en nuestras vidas están bien, y también es correcto que al inicio tengamos miedo a lo desconocido; no es necesario complacer a la sociedad porque siempre se dice “ella es flaca”, “arréglate como ella” o “él saca buenas notas y tú no”, son algunos ejemplos que la sociedad siempre está comparando con los demás. Además, nosotros ya estamos completos como estamos, no necesitamos a alguien para que lo haga.
En conclusión, nosotros somos los únicos dueños de nuestra vidas, tomemos nuestras propias decisiones, según lo que amamos. Valoremos cada logro que obtengamos por más pequeño que sea, hay que aprender a conocernos y sentir nuestras emociones.
“La peor soledad es no estar a gusto con uno mismo.” Mark Twain.
