¿Recuerdas cuando de pequeño veías adultos borrachos y te asustabas o burlabas de ellos? #AhoraSonTusAmigos(?) Probablemente acabas de iniciar clases y te has prometido, como todos los ciclos, estudiar y ser el nuevo Maes. La vida, sin embargo, requiere de momentos de relajación; salir con tu familia o amigos es parte de vivir una buena vida. Estas salidas, muchas veces, incluyen un elixir denominado alcohol que puede hacer más amenos algunos momentos; pero, en cantidades excesivas, puede resultar en una pérdida total de dinero, dignidad, salud y productividad. Por tal motivo, es de utilidad considerar cuáles son los costos y beneficios de consumir roncito bebidas alcohólicas, los cuales dependerán de las cantidades y el modo de hacerlo.
En primer lugar, analizaremos los costos de tomar bebidas alcohólicas en exceso. El primero, evidentemente, es el costo monetario. Asumiendo un escenario tranquilo y moderado, este solamente incluye la compra del trago y, tal vez, de algo de comida para la “bajona”. No obstante, asumiendo que eres un ser sin autocontrol y con poco temor de Dios, el costo monetario puede aumentar desde la compra de más trago, hasta el pago de una atención médica por intoxicación #EsasJuergasSonLasMejores. A esto se puede añadir el gasto adicional en transporte por si te pasas de babos@ y te equivocas de dirección o no la recuerdas por eso siempre pásale tu dirección a un amigo.
Asimismo, tenemos el costo social, específicamente relaciones y amistades. Muchas veces, cuando te pasas de ¡mb€cil copas, puedes hacer o decir cosas que no deberías. Por ejemplo, demostrar tu desagrado por alguien, decirle a la tipa que te cae mal, que es una z0rr@, llamar a tu ex o “mejor” aún, llorar por tu ex en frente de tu flac@. Estas acciones, en el peor de los casos, tienen como consecuencia el deterioro de las relaciones personales y pueden llegar a arruinar amistades #SuperSad.
Por último, existe el costo físico y en la salud de hacerlo. Este costo implica no solo los malestares de corto plazo, como el dolor de cabeza o las pocas ganas de moverte de tu cama al día siguiente, sino que considera las consecuencias en el largo plazo #FactorDeDescuentoCero(?). Dependiendo de la frecuencia y las cantidades de alcohol que tomes, podrías estar generando perjuicios en tu salud, que claramente, implicarán costos sanitarios, económicos y sociales #VaADolerMañana.
Si hasta este punto se te quitaron las ganas de beber sin miedo, recuerda que existen también beneficios en ello. El beneficio más directo podría ser que te guste el sabor del alcohol #TequilitasVenganAMi. Además de ello, que el alcohol es un buen lubricante social #Khomo. Muchas personas suelen desinhibirse e incluso ser más divertidas con él, aunque esto es discutible, dado que sería ideal no requerir del alcohol para ser tú mismo y divertirte al máximo. Aun así, beber puede resultar beneficioso en ese aspecto para algunos. Si te genera confianza, ¡adelante!, pero considera que el exceso puede tener el efecto contrario y dejarte en la shit, perjudicarte o peor aún, perjudicar a terceros #OyeTranquiloViejo.
Que sigan los beneficios. Otro beneficio de beber es que puede ser útil para relajarnos y olvidarnos de nuestras miserables vidas del estrés de la universidad y el trabajo. Nuevamente, el exceso también puede generar el efecto contrario, ya que si ya estás tío al día siguiente tu productividad puede resultar sumamente baja, al punto tal que te impida realizar las actividades que deberías, lo que te generaría en última instancia mayor estrés. Finalmente, y en casos excepcionales, el alcohol puede resultar medicinal, evidentemente, en dosis moderadas no los galones que te zampas.
La diferencia entre costos y beneficios es el beneficio neto. Existen diversos tipos de individuos bebedores; sin embargo, se destaca el tipo “borró cassette”, cuyo beneficio reputacional por tomar podría modelarse como una función discontinua. Es decir, existe un punto de corte, al que llamaremos d (de dignidad), antes del cual obtiene beneficios positivos, que podrían tener forma hiperbólica. Esta forma se debe a que, a medida que toma se va “sazonando” hasta llegar al punto c (cima del éxito), que es el clímax de una juerga bien vivida.
A partir de ahí, el beneficio marginal podría resultar aún positivo si eres más del tipo alcohólico Toledo, pero resulta decreciente dado que tus sentidos ya no responden óptimamente y empiezas a decir hu%vadas. Finalmente, pasado el punto d, obtienes un beneficio reputacional negativo que llega al nivel h (de humillación). Este punto es crítico y su valor depende de cómo hagas el ridículo qué es lo que hagas, como romper cosas o bailar con coordinación nula #ElRocheSeSupera.
A la mayoría de personas nos gusta creer que tenemos control sobre nuestro consumo de alcohol; no obstante, no siempre resulta ser así. Cuando decides tomar ese vaso que termina destruyéndote, tu capacidad de decisión ya estaba dañada, por lo que resultaría siendo una acción poco racional. Tomar alcohol requiere de autodisciplina y amor propio #QuieretePues. La vida es una sola, así que las decisiones que tomemos deben dirigirnos a vivirla bien. Y …¡salud!
Editado por: Daniela Cáceres