Una idea que puede sonar un poco absurda es que, si trabajamos menos, obtendremos mejores resultados y en un tiempo más corto. Generalmente, pensamos que un mayor tiempo en la oficina o frente a la computadora es sinónimo de productividad. Por lo tanto, si decimos que dedicarnos un «poquito» menos al trabajo puede repercutir en importantes resultados, puede sonar como algo sin sentido. Pero, ¿es este un planteamiento tan disparatado como parece? Continúa leyendo y conoce un importante hábito que, en una sociedad que vive para trabajar, acostumbramos a dejar relegado.
Sean Covey, autor de Los Siete Hábitos de los Adolescentes Altamente Efectivos, que es, a su vez, una adaptación del libro más conocido de su padre —si quieres saber de cuál se trata, puedes revisar este enlace—, nos menciona como hábito final, pero no menos importante, uno de un nombre bastante extraño: «Afilar la sierra». Ciertamente, esto no es en sentido literal —así que tranquilo, no tienes que ir corriendo a la ferretería más cercana—. Afilar la sierra se refiere a tomarnos el tiempo necesario para descansar, despejarnos y regenerarnos entre los momentos de trabajo. Y de aquí viene el nombre: si un leñador intenta cortar un árbol con una sierra sin filo, puede estar realizando por horas la tarea y obtener poco o ningún progreso.
Quizás, incluso, termine el día y el árbol continúe en pie. Pero, en cambio, si se detiene y se toma el tiempo para ir y afilar su sierra, al volver, terminará la tarea con rapidez.
Entonces, volviendo a como empezamos, productividad no es necesariamente trabajar más —ya que puedes estar horas y horas frente a un monitor, o en reuniones, sin que realmente se esté avanzando—, sino encontrar mejores y más efectivos modos de hacer las cosas, que puedes hallar con un adecuado tiempo de descanso.
Esa palabra es importante: «efectividad». Muchas veces nos quedamos con su colega: «eficacia», que significa el poder lograr una tarea. Pero «efectividad» implica encontrar una manera óptima de cumplir con esa tarea. Es decir, utilizando menos recursos y en un menor tiempo, pero logrando el máximo resultado. Efectividad y eficacia deben ir siempre juntas, ¡así que mucho cuidado con separarlas!
Muchas veces, nos dejamos llevar por pensamientos como «tengo que trabajar», «no puedo parar» y otros similares, sin darnos cuenta de que, si nos detuviéramos un momento para descansar y dar un respiro, podríamos volver a nuestras labores renovados, con nuevas energías e, incluso, nuevos enfoques para resolver problemas.
Ahora, como es habitual, busquemos un ejemplo en las películas. Y no se me ocurre uno mejor que el de una cinta que ya lleva varios meses en cartelera, y que es secuela de un éxito de taquilla de 1986, protagonizada por Tom Cruise. ¡Así es! Estoy hablando de Top Gun: Maverick.
En la película, el personaje de Cruise es encargado de la formación de un grupo de pilotos de combate de élite con miras a una misión prácticamente imposible de realizar. Durante las semanas del entrenamiento, Maverick se esfuerza por fortalecer tanto las mentes de los pilotos como sus habilidades en el combate aéreo. Sin embargo, se da cuenta de que aún están muy lejos de alcanzar el resultado esperado.
Es aquí cuando Maverick piensa «fuera de la caja» y decide hacer una variación en su programa: lleva al equipo a un día de playa, donde juegan fútbol americano. Cuando su superior lo cuestiona sobre por qué están «perdiendo el tiempo», faltando tan poco tiempo para la misión, Maverick responde que se le había encargado que formara un equipo, y eso era, justamente, lo que estaba haciendo. Y es, realmente, lo que sucede. A partir del día de playa, el grupo se vuelve mucho más unido: un verdadero equipo. Y, cuando llega el momento de la misión, es ese compañerismo y espíritu de grupo desarrollado durante el día de playa, gracias a la decisión de Maverick al darse de que necesitaban «afilar la sierra», lo que permite que la tarea tenga éxito y que todos regresen a casa a salvo.
En ese sentido, las pausas activas cuando realizas un trabajo que requiere mucha concentración, o las actividades de confraternidad al interior de las empresas para mejorar el clima laboral, son excelentes maneras de «afilar la sierra». Puede haber quienes las vean como tiempo perdido pero, en realidad, son tiempo ganado, pues, al reducir el estrés que sientes y relajarte un poco, te ayudarán al volver al trabajo, poder realizar todo lo que tengas que hacer de una mejor manera e, incluso, en menos tiempo.
¿Cuándo fue la última vez que «afilaste la sierra»? Detenerse unos minutos durante la jornada laboral para hacer algunos estiramientos, tomar agua o dar un breve paseo, así como dormir temprano por las noches, comer sano y hacer ejercicio, son excelentes maneras de empezar a ponerlo en práctica.
Si aún no te convences del todo, recuerda lo que puede pasar si trabajamos demasiado, sin detenernos a «jugar» un poco. O, en palabras de Stephen King, «All work and no play makes Jack a dull boy» («Mucho trabajo y poco juego hacen de Jack un chico aburrido», frase icónica de la cinta The Shining, 1980, en la que el personaje de Jack Nicholson enloquece).
Editor: Juan Diego Linares