Si nos la queremos creer de bilingües, podemos definir la palabra medio (o media en inglés) como un intermediario, aquello que transporta información de un lugar a otro. Este medio puede tomar varias formas: periódicos, revistas, propaganda, radio y televisión. Al ser así, los medios de comunicación se convierten en un ente esencial para mantenernos al tanto de los eventos y sucesos nacionales e internacionales.
Pero aguanta, ¿acaso esas historias son 100% reales?
Chomsky y Herman, ambos académicos críticos sociales, escribieron un libro llamado Manufacturing Consent, en donde especifican que, detrás de los medios de comunicación masivos, existen fuentes de poder que alteran las noticias para beneficiar sus propias metas. ¿Pero no se supone que la prensa es libre? Sí, claro. Pero lo que Chomsky y Herman argumentan es que el mundo del periodismo se encuentra controlado por ciertos paramentos de libertad que han sido establecidos a lo largo de los años.
Espera, mucho floro, escribe más claro porfa.
Okey.
Claro, la prensa es libre de escribir y contar la historia que quiera. Pero detrás de cada artículo, detrás de cada periodista, hay alguien dueño/a del propio medio. Hay una cabeza que paga los sueldos, hay uno o varios empresarios/as que lucran del número de ventas o “clics” en la página web. Al ser así, Chomsky y Herman alzan la pregunta de ¿qué historia va a vender más? Ahora, no es que ellos consideren que necesariamente tengas a alguien a tu costado controlando cada palabra que escribes o foto que escoges, sino que argumentan que el/la periodista ha internalizado ese sentimiento de lo que ellos consideran que es una noticia que vale la pena publicar. Porque un noticiero no cuenta TODO lo que ha pasado el día anterior, sino que debe ser selectivo. Esa selectividad está ligada a los beneficios y ventajas de diferentes fuentes de poder.
¿Cuáles son estas fuentes de poder?
Generalmente hablamos del poder que tienen los medios, pero según las ciencias sociales, especialmente la sociología, los medios no son los que generalmente tienen ese poder, sino son justamente personas en el ámbito de la política o la economía las que utilizan los medios como intermediario (como vimos más arriba) para ejercer su propio poder. Los medios son “la cortina de humo” como dicen Welch, Price y Yankey en su artículo sobre la fabricación de los medios. De esta manera, los medios de comunicación no son solo una fuente de información, sino también una fuente de reproducción ideológica que, a través de las palabras que escogen para describir un suceso, a quién colocan como la víctima del problema, producen significados y símbolos que, al leerlos, surten un claro efecto en nosotros. Y ese efecto es emocional.
Las reacciones que tenemos las personas pueden ser diferentes, ya sea que no estás de acuerdo con la noticia que leíste, o al contrario, estas completamente en línea con lo que dijeron, vas a sentirte de alguna manera cuando internalicen esa información. Además, normalmente los seres humanos consumen noticias que quieren escuchar, que les reafirmen su punto de vista y jueguen a su favor. Al ser así, nos encontramos en un círculo vicioso que puede o no llevarnos a la desinformación o escepticismo. Si leemos un solo periódico, asumimos instantáneamente que ese tiene la razón, o que ese me está presentando con los hechos objetivamente; cuando, en realidad, te están vendiendo una verdad que tú no has experimentado.
No salgan de acá pensando que no pueden confiar en nadie ni en nada. Tampoco pretendan cambiar la dinámica de la prensa. Al contrario, lean las noticias y escuchen la radio/TV, pero no se queden con una sola fuente de información. Lean diferentes periódicos y revistas, aunque no tengan correlación con su línea política. Y siempre lean críticamente, porque ten en cuenta que, si bien el artículo puede estar escrito por el periodista más responsable y neutral del mundo, sigue siendo una persona. Y los seres humanos, queramos o no, somos influenciables. Y ojo que no es solo relacionado a la prensa peruana, nada que ver, es una forma de analizar los medios a nivel global. No te quedes con una versión de la historia, así que tampoco te quedes con esta.
Editado por Paolo Pró