Existe una nueva ola de asesinos a nivel mundial que amenaza con acabar con la vida de niños, ancianos, enfermos y demás poblaciones vulnerables. Lo peor es que tú podrías ser uno de estos asesinos y ni siquiera saberlo.
La edad moderna nos ha llevado a un nivel de vida inimaginable para nuestros antepasados. Vivimos sin mucha preocupación sobre la escasez de alimentos, la amenaza de animales salvajes y el peligro de enfermedades letales. Pero hasta hace no mucho no fue así, por lo menos no con las enfermedades.
El humano moderno, debido a su tendencia a vivir en grandes comunidades, siempre se ha visto expuesto a la inminencia de las enfermedades y, por un largo tiempo, no sabíamos a qué se podría deber. Sin embargo, lo usual era atacar a estas mismas a la hora de presentarse, lo cual era bastante útil. Pero no siempre se puede tratar toda enfermedad a tiempo y estas pueden tener grandes consecuencias a la salud de la persona de por vida.
Gracias a la naturaleza humana de investigar todo, a finales del siglo XVIII se desarrolló un mecanismo con el cual se podría prevenir estas enfermedades mortales sin mayor riesgo. No obstante, este “milagroso” método recibió críticas desde su concepción y, en los últimos años, han surgido diversos movimientos a lo largo del mundo, como La Liga para la Libertad de Vacunación y Health Choice, entre otros, para “revelar los secretos” que la industria de la salud ha ocultado sobre este suero que suele ser aplicado a millones de niños todos los años: las vacunas.
Los primeros indicios de una inmunidad forzosa (como me gusta llamarla) se remontan al siglo X en China, donde se tomaba pus de las bolsas que salen por la viruela y se hacía un polvo, el cual era inhalado por las personas que buscaban inmunizarse. Esta práctica se extendió por grandes partes de Asia y ciertas partes de Europa, pero su gran riesgo de contagio causó que no sea comúnmente aceptada.
A causa del explosivo crecimiento de la población urbana a finales del siglo XVIII, las enfermedades tuvieron mucho mayor llegada a todas las comunidades y los científicos se encontraban en búsqueda de nuevos métodos para prevenirlas. Es ahí cuando Edward Jenner, científico inglés, notó que las recolectoras de leche solían contraer una clase de viruela bovina (de las vacas, pe) y, una vez curadas de esta no tan grave enfermedad, quedaban inmunes a la viruela “humana”. Gracias a esta particular observación, Jenner decidió inyectarle el virus de la viruela bovina a un niño de ocho años para observar su reacción inmunológica. Después de 48 días, le volvió a inyectar el virus, pero en esa ocasión de la viruela humana; esta vez el niño no mostró ningún síntoma. Fue así como la primera vacuna (otra vez por las vacas, pe) fue creada.
Con el paso de los años la técnica de inmunización fue perfeccionándose, añadiendo cepas desactivadas de los virus -básicamente, te inyectan el virus en tu cuerpo, pero no puede causar ninguna infección- y componentes que evitan que el cuerpo se infecte de patógenos que se pudieran encontrar en la inyección. Son estos últimos los que han generado gran controversia desde hace algunos años. Ahora, ¿por qué es que estos tan útiles componentes han generado tanto revuelo en la sociedad?
Buena pregunta, Timmy. Verás, el primer químico usado como antiséptico y fungicida en las vacunas fue el timerosal, derivado del mercurio, es un famoso metal que puede causar serios problemas a la salud. En 1998 fue publicada una investigación en la revista británica “The Lancet”, la cual demostraba un vínculo entre la vacuna triple virílica y el autismo. Fue este artículo el que incitó diversos movimientos de padres que optan por no vacunar a sus hijos, para protegerlos del autismo.
Pero, en parte, debido a estos movimientos es que están resurgiendo enfermedades que habían desparecido de los países desarrollados, como el sarampión y la viruela, lo cual explicaré luego. Estas enfermedades pueden ser mortales, en especial para los niños, ancianos y aquellos que poseen una enfermedad inmunológica, ya que estos últimos no pueden recibir vacunas.
“Igual, la vida de unos cuantos desafortunados no se podría comparar con la seguridad de que tu hijo no tenga una enfermedad mental, ¿no?” -Coteto, 2019 (no me citen)
Lo peor es que el infame estudio ha sido refutado innumerables veces y el autor, Andrew Wakefield, fue excluido del registro médico por fraude y abuso de niños con discapacidad de desarrollo y se le revocó la licencia médica. Además, estudios posteriores de la British Medical Journal desacreditaron las demás conclusiones que el estudio original exhibía. Y, por si fuera poco, en 2011 se descubrió que Wakefield planeaba lanzar una empresa de exámenes médicos alternativos con el fin de lucrar con la paranoia que causó su estudio.
Es decir, existe un movimiento global que pone en peligro la vida de miles de personas, a raíz del estudio de un fraude que planeaba sacar plata poniendo en pánico a la sociedad.
Actualmente existen varias organizaciones que promueven la “revelación de las vacunas”, con sus propios estudios que prueban sus puntos de vista, dejando de lado miles de otros estudios mucho más objetivos que prueban exactamente lo contrario.
Cabe resaltar que los índices de autismo han aumentado drásticamente en los últimos años, siendo este el mayor argumento que tienen los grupos anti-vacunas. Sin embargo, es totalmente irresponsable atribuir esto a las vacunas. La mayor razón por la cual ahora hay mayor proporción de niños con autismo es que ahora sabemos que lo tienen. En el pasado estos niños habrían sido calificados como “raritos” o “especiales”, pero ahora existe una mucho mayor conciencia sobre la salud mental y, por ende, los niños son expuestos a una mayor cantidad de exámenes médicos.
El daño que los movimientos anti-vacunas causan es difícil de medir, pero las consecuencias ya se pueden notar con los brotes de sarampión, paperas y tos ferina en países como Estados Unidos, Francia y Reino Unido, en donde estas enfermedades se consideraban prácticamente extintas. Este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a los movimientos anti-vacunas como uno de las principales amenazas contra la salud mundial. Es por ello que quiero resaltar la importancia de vacunar a sus hijos.