Sin lugar a dudas, la resiliencia y la capacidad para superar obstáculos son habilidades positivas y demandadas en el mercado laboral. Sin embargo, también tenemos que saber cuándo perder y dejar ir algo (sí, te hablamos a ti Keiko Fujimori). Después de 2 derrotas electorales en su haber (2011 y 2016), pensaríamos que Keiko Sofía Fujimori Higuchi por fin se retiraría de la vida pública y buscaría un trabajo (le vendría bien). No obstante, todo parece indicar que este 2021, veremos una tercera candidatura de la popularmente conocida como “Señora K” a la presidencia de la república. ¡La tercera es la vencida! ¿Por qué cree la hija del expresidente Alberto Fujimori que esta vez sí tendrá una oportunidad? ¿Qué ventajas y desventajas trae consigo? En las siguientes líneas, Voz Actual te lo cuenta:
Las desventajas:
No nos caben dudas de que Keiko Fujimori es la candidata que inicia la carrera hacia las elecciones del 2021 con la mochila más pesada (¡es tan pesada que parece un ancla!). Repasemos algunas de las joyas que la lideresa de Fuerza Popular tiene en su prontuario haber y que ningún otro candidato puede “jactarse” de tener:
1) Ser hija de un exdictador condenado por violaciones a los derechos humanos y corrupción. No olvidemos que participó del gobierno de su padre como Primera Dama, luego del divorcio de sus padres.
2) Haberse puesto del lado de su padre cuando su madre denunció a los medios que había sido torturada, con conocimiento de este y con la ayuda del “tío Vladi”.
3) Estar investigada por la Fiscalía por delitos como organización criminal y lavado de activos.
4) Haber sido detenida en tres oportunidades, pasando más de un año en la cárcel.
5) Haberse “picado” por perder su segunda elección presidencial (2016) y usar a su “bankada” parlamentaria para impedirle gobernar a dos presidentes: Pedro Pablo Kuczynski (quien después de dos intentos de vacancia tuvo que renunciar) y Martín Vizcarra (¡no olvidemos que lo querían reemplazar con Meche Aráoz!). Esto último, generó el cierre del Congreso.
6) Enfrentarse a su hermano, Kenji, en una lucha fratricida y haber dejado a su padre en prisión a pesar de haber podido liberarlo utilizando a su bancada congresal.
Como vemos, esta novela no es fácil de olvidar. Con todos estos “peros” en su pasado, cualquiera pensaría que Keiko Fujimori no se animaría a postular nuevamente a la presidencia. Sin embargo, parece que lo intentará una tercera vez (si pierde nuevamente será la nueva Lourdes Flores). Desde que salió de prisión, Fujimori se ha dedicado a dirigir la “Escuela Naranja” y a exponerse públicamente con mayor recurrencia. Incluso, recientemente Luis Galarreta, secretario general de Fuerza Popular y expresidente del Congreso, declaró que Keiko era la “candidata natural” del partido. Con esta posición coinciden la mayoría de líderes de opinión fujimoristas. ¿Qué tiene Keiko para ofrecerle al electorado?
Las ventajas:
Keiko cuenta con algunas ventajas frente a otros candidatos: una sólida organización partidaria con presencia en todo el país, un importante bolsón de apoyo popular por las obras que hizo su padre (especialmente entre los sectores socioeconómicos más desfavorecidos) y la experiencia previa de una campaña congresal (2006) y dos campañas presidenciales (2011 y 2016). Sin embargo, a estas ventajas habría que añadirle una que hasta hace pocos meses parecía impensable: cordura y mesura.
Cuando todos pensábamos que el Congreso disuelto era el peor de la historia, nos “estampamos” contra la pared de la triste realidad: el Congreso 2020-2021 parece aún peor. En sus cortos 7 meses de existencia, aprobaron leyes inconstitucionales y antieconómicas, censuraron un gabinete recién formado y trataron de vacar al presidente (¡en medio de la peor crisis sanitaria, social y económica de la cual se tiene memoria!). No obstante, el desempeño de la bancada fujimorista ha sorprendido. En los últimos debates parlamentarios, su bancada se ha mostrado dialogante, votando a favor de la investidura de los últimos gabinetes (incluyendo el de Pedro Cateriano, conocido antifujimorista), no apoyando algunas leyes inconstitucionales y votando en contra de la vacancia de Vizcarra.
¿Por qué el comportamiento de Keiko Fujimori y su banca ha cambiado tanto en tan solo un año? La respuesta es simple: estrategia electoral. Fujimori busca quedar ante la sociedad como una alternativa seria y responsable. Frente al comportamiento de los otros partidos representados en el Congreso, hoy por hoy, Fuerza Popular parecería uno de los partidos más serios y menos populistas. Esto es lo que buscan: distinguirse frente al resto de partidos que actualmente parecen preferir un populismo desmedido.
Así, (aunque suene increíble), Fuerza Popular pasaría ser la opción responsable frente a un Acción Popular desatado, frente a la Izquierda, frente a partidos como Podemos Perú (al servicio de los intereses de las universidades no licenciadas) y frente a Unión por el Perú (que defiende a Antauro Humala). La pregunta es: ¿será esto suficiente para que Fuerza Popular obtenga las llaves de Palacio de Gobierno? Solo el tiempo nos dirá si Keiko Fujimori será la primera mujer presidenta del Perú o la nueva Lourdes “eterna perdedora” Flores.